— Me he torcido el pie - Susan lo miro a los ojos, con la pequeña borrachera que se mandaba su rostro se veía encantadora.
— Pensé que querías seducirme - Arturo le acaricio el rostro, Susan quiso evitar el contacto, se empujó queriendo salirse del agarre del hombre, pero lo único que consiguió debido a su movimiento inesperado fue que Arturo también perdiera el equilibrio, ambos habían caído, por supuesto el hombre había quedado por encima de ella.
- Quítate de encima de mí - Susan se removió, forcejeó bastante, pero no había logrado absolutamente nada, lo único que logró fue que Arturo la tomara de las muñecas y la llevará a la altura de la cabeza, pero entonces ella vio la mirada lujuriosa de él - ¿Qué quieres hacer? - Preguntó Susan.
— Ya vas a saberlo - los ojos verdes de la mujer se abren, pero antes de que pudiera reaccionar su cuerpo fue tomado en brazos, Arturo la cargó y se alejó de aquella zona oscura, pero para adentrarse en una zona más oscura, no obstante el olor de las flores entro en las fosas nasales de Susan, su cuerpo fue posicionado en una pequeña cama, que parecía improvisada.
— Arturo detente - Susan saltó de la cama, pero el hombre la inmovilizó por completo por debajo de él, Susan volvió a mirar al hombre, era misterioso, seductor, pero también se veía aterrador.
El rostro de Arturo estaba cada vez más cerca de ella, su aliento dejaba el leve aroma del whisky, la punta de su nariz jugueteo con el rostro de ella, Susan allí se sintió más pequeña ante o mejor dicho, estando por debajo de él.
— Alguien puede vernos aquí, detente Arturo - Susan logró articular aquellas palabras, pero su vestido se rompió, teniendo en cuenta que la tela era de mala calidad, el siseo estremeció el cuerpo de la mujer - Has destruido mi vestido - volvió a decir la mujer, pero parece que estaba quejándose ella sola nada más.
— Si te portas bien te compraré muchos vestidos.
— ¿Si me portó bien? - Susan volvió a susurrar, además se sentía mareada por el alcohol y con las palabras de Arturo estaba más confundida.
— Cierra la boca - Arturo le mordió la oreja, Susan sintió el dolor.
— Me duele - la mujer se quejó, mientras sentía que Arturo se apretaba más por ella, la sensación de frescura traspasa la piel de ella, mientras Arturo se despojó de su prenda y la había penetrado, Susan se llevó la cabeza hacia atrás, por supuesto el alcohol la dejaba más sensible reaccionando a las caricias que el hombre le dejaba en la piel, profundas embestidas, gruñidos roncos de él, hacen sentir una sensación desconocida para ella.
Arturo la había besado, un beso al cual en menos de 2 segundos Susan respondió envolviendo sus brazos alrededor del cuello del hombre, mientras seguía empujando en ella, después de dos horas, siendo las 1 de la madrugada el intenso encuentro sexual había terminado, sus cuerpos estaban enredados entre ambos, el otoño no se sentía tanto por el calor que ellos desprendían.
— Vístete y entra en la casa - Fueron las palabras de Arturo.
— No tengo ropa, acabas de actuar como una bestia, me has roto mi vestido, de hecho me debes un vestido - Susan realizó un puchero.
— ¿Quieres callarte? - Arturo levantó su saco del suelo y se la paso - No molestes y súbete.
— Yo no te he molestado, fuiste tú quien vino a mí - Expresó Susan mientras se colocaba él sacó del hombre.
— ¿Oh, vine a ti? - Arturo Esbozó una sonrisa ladina, mientras se acercaba a Susan nuevamente, pero la mujer se parto de él de manera inmediata.
— ¿Cómo podría el Presidente venir a su esposa por Contrato?.
— Es que tengo una esposa muy noble, que piensa en todos antes que en ella - Susan no entendía el significado de las palabras del hombre.
Tampoco quiso seguir indagando, así que se alejó bastante rápido del lugar, Susan entró en su habitación, se fue directamente al cuarto de baño, se duchó y cuando salió envuelta en la toalla, se acercó a la ventana, su habitación daba a la parte trasera de la casa pudo observar la alta figura de Arturo con un cigarro en manos, Susan frunció el ceño, nunca lo había visto fumando, observarlo desde la habitación te dejaba la vaga impresión de su Soledad, pero un instante después había recibido una llamada, porque lo contento.
Susan estiró la cortina, apagó la luz de la habitación y se sentó en la cama, su mente y su cabello estaban desordenados.
— ¿Qué está pasando? Si Gabriela ya volvió, si ya estuvieron juntos hoy ¿Por qué vuelve a mí, por qué volvió a tener sexo conmigo? - Susan sentada en la cama miraba su pie, como si aquello fuera la actividad más llamativa de la noche, pasaron los minutos se escuchó el sonido de los grillos afuera, pero aquella calma terminó cuándo la puerta de su habitación fue abierta, ella se asustó de ver a Arturo entrar en la habitación - ¿Qué estás haciendo aquí? - Susan preguntó torpemente.
— Esta es mi habitación - Arturo se desprendió los botones de la camisa.
— Muy bien, iré en la habitación de huéspedes - Susan se puso de pie y estuvo cerca de salir de la habitación, pero al pasar cerca del hombre Arturo la detuvo.
— Es nuestra habitación - Su voz varonil logró una reacción inesperada en el cuerpo de la mujer, Arturo tenía razón, aquella era la habitación de casados de ambos, pero el hombre nunca había pasado la noche allí.
— ¿Que ha cambiado? - Susan le preguntó directamente - ¿Por qué ahora es nuestra habitación, por qué ahora tienes sexo conmigo?.
— Piensas mucho, no ha cambiado absolutamente nada entre tú y yo, como todo hombre tengo necesidades, pero nada cambia.
— Entonces déjame ir a dormir en otro lado, además supongo que mañana iniciaremos los trámites del divorcio, ah, es por eso que tienes intimidad conmigo, para no herir tu ego de hombre, como el hecho de estar casado y no tocar a tu esposa.
— No es asunto tuyo - Arturo le dio la espalda - Quítame la camisa.
— Quítate tu mismo - Susan avanzó 3 pasos, la puerta aún no estaba cerrada, pero ella gritó cuando el golpe se escuchó, esta vez la puerta si fue cerrada, pero con fuerza.
— Te he dicho que me quites la camisa, y te recuerdo que nuestro matrimonio dura 1 año - Arturo había cerrado la puerta, su cuerpo inmovilizó el pequeño cuerpo de Susan por la puerta.
La mujer vio el rostro encantador del hombre, pero lo asocio con el rostro del Diablo.
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Comments
MARTITA
ÉL SABE QUE SU OTRORA NOVIA ES UNA ZORRA Y QUE SU ESPOSA ES PURA, ESO INFLA SU ORGULLO DE MACHO.
2025-03-20
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Albalu HS
Acá está pasando algo raro con Arturo, si volvió la mujer que ama, porqué no deja tranquila a Susan 🥺
2025-01-25
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Candelaria Cantillo
Ollé si que quiere este hombre ya no vino la mujer que el ama 😍
2024-12-14
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