Maratón 4/4

Ya estaba anocheciendo y es mal visto que una dama se quede con un hombre muy tarde en la noche, así que el Principe Edmundo acompaño a Azucena a su recidencial el la deja fuera de su casa y le dice que en unos días volverá para darles sus respetos a sus padres, el vuelve al palacio imperial y se dirige a los calabozos, ya ahí lo dirigen dónde está la doncella que el mando a apresar.

Edmundo llega al calabozo y ve a la doncella encadenada a la pared dormida de tanto llorar y que su abuela no aya hecho nada por detener a esos soldados siendo está la doncella principal de la emperatriz.

_ es hora de despertar _ Edmundo le lanza un balde de agua para que despierte y se sienta en una silla que le ponen frente a la doncella , la mujer se levanta sobresaltada

_ ¡ sueltenme ! soy una una doncella de la emperatriz _ dice alzando la cabeza como una digna dama

_ Crees que la emperatriz vendrá a defender a una simple doncella que le faltó el respeto a la princesa heredera _ dice Edmundo poniéndose de pies

_ yo solo hice lo que su majestad me ordeno, no hice nada malo _ la doncella le contesta a Edmundo

_ su majestad si quiere dejo que mis hombres se encargan de torturan a esta doncella _ dice Facundo

_ ¿ ma.... ma.... majestad ? _ dice la doncella bajando la cabeza

_ cierto Facundo tengo muchos años que no estoy en el palacio que hasta los sirviente no saben quién soy _ Edmundo camina a la mesa que está en el calabozo eta mesa tiene diferentes herramientas de tortura _ con cuál quieres que empieze _ le dice a la doncella haciéndose a un lado para que está vea las cosa de dicha mesa

_ no... no me haga nada por favor _ la doncella comienza a llorar

El principe comienza a agarrar diferentes instrumentos pero decide no ser muy rudo el primer día a si que agarra el látigo que tiene una punta de hierro

_ poganla de espalda serán venite azotes_ Edmundo le da el látigo a unos de los guardia para que haga el trabajo sencillo, cuando el guardo termina la mujer ya se había desmayado del dolor _ no aguanto nada, que un doctor la cure que mañana seguirá con su castigo.

Edmundo sale del calabozo para dirigirse a su palacio ya en el el se baña y se acuesta a dormir pero no sé puede sacar de la cabeza lo que le dijo Azucena, que será asesinado si lo matan Azucena tendrá menos protección y será más fácil para los emperadores llegar a ella " tengo que vivir ", el principe se queda dormido de tanto pensar.

En el palacio de la emperatriz su doncella esta terminado de arreglarle el cabello para la visita que le hará el emperador, pero está está llorando.

_ ¿ que demonios te pasa Lucrecia ? _ dice la mujer fastidiada de ver llorar a la doncella

_ es mi nieta su majestad, por favor ayúdale _ la doncella se arrodilla a su señora bajando la cabeza

_ que tiene tu nieta _ la emperatriz se pone un poco de perfume

_ el principe heredero la a encerrado en los calabozos _ dice la doncella llorando más fuerte _ ella fue quien le trajo a la señorita Zarcan hoy

_ yo me encargo de que la suelten, nadie toca al personal de mi palacio, puedes retirarte mañana tu nieta será libre

La doncella hace lo que le dice su señora y sale de la habitación, el emperador llega al palacio de su emperatriz y va directo a la habitación de esta ya ahí el se quita la ropa para hacer dedicarse a lo que fue que es tener a esa mujer bajo de el. el se acerca a la mujer y le quita la ropa repartiendo besos por todo su cuerpo y la tira a la cama para disfrutar de sus esposa de todas las maneras posibles.

Después de terminar la emperatriz le hace mimos a su esposo con la mano en el pechos y tambien le deja besos, el emperador se deja hacer todo lo que su amada esposa quiera hacerle.

_ dime qué desea _ dice el emperador cerrando los ojos

_ mi emperador quiero que haga justicia por mi _ dice la emperatriz subiendo se encima de el

_ que fue lo que te pasó mujer _ dice el hombre más exitado

_ es tu hijo, el principe heredero apreso a unas de mis doncellas injustamente _ dice la mujer dejando besos en el cuello del emperador

_ mañana me encargo de que ese bastardo siete a tu doncella querida _ dice el emperador dándose la vuelta para volver a estar entre las piernas de sus esposa

La mujer sonríe de la felicidad al saber que el bastardo principe tendrá su lección al día siguiente " el puesto de heredero tiene que ser de mi hijo " piensa la mujer dejando se hacer lo que su amado esposo quiera con ella.

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