17 La Despedida

Jonathan y Leonel, colocaron una de sus manos en cada uno de

mis hombros.

–Pase lo que pase. Estoy a tu lado.

–Yo igual Michelle.

–Gracias chicos.

Suspiro profundo y toco la puerta, tarda un poco pero al

final se habré.

– ¡Valla! Pero si es la que nos abandonó. ¿A qué has

regresado? ¿Ya te diste cuenta que la vida cuesta más de lo que pensabas? ¿De

seguro quieres regresar?

¡DANIELA! tu hija volvió.

– ¿Qué es lo que quiere?

–No lo sé, solo se queda parada y no dice nada.

– ¿Qué es lo que quieres? ¿Y quiénes son estos dos?, Que son

tus padrotes, ya eres prostituta. Sabía que terminarías así, yo no sé porque tu

abuela no me dejo venderte, si se notaba que no servirías para nada más.

–Mamá ya basta por favor, que les hice para que me trataran

así.

–Que nos hiciste, nos destruiste la vida con tu llegada.

Todo iba bien para nosotros, pero tenías que haberte interpuesto en nuestro

camino.

–Ya vasta madre, no voy a seguir permitiendo que me trates

de esta manera, ustedes dos nunca se comportaron como verdaderos padres y ya

estoy cansada de que siempre me humillen y me traten como a una basura. Solo

vine a decirles que a pesar de todo los perdonó.

–jajajajaja. ¡Tú! a nosotros, no me hagas reír, la cosa

seria al revés pero te diré una cosa, yo nunca te voy a perdonar, tú destruiste

mi vida.

–Como siempre no se puede dialogar con ustedes, solo espero

que nunca se arrepientan.

–Lárgate por donde viniste, no quiero volverte a ver por

aquí o esta vez si te venderemos con aquel señor. Total sigue interesado en ti.

Apreté los puños y me di media vuelta para alejarme,

mientras que en el fondo de mi corazón les decía (ADIÓS).

Regresamos a mi departamento, Jonathan y Leonel seguían a mi

lado, temían lo peor, pero sabiendo lo que me espera del otro lado de la

muerte, no es como si tuviera muchas ganas de morir tampoco.

–Michelle ¿estás bien?

–Si Jonathan estoy bien.

Siempre han sido así no te preocupes.

–Sigues estando segura de que no quieres que ellos tomen tu

lugar.

–No Leonel. No lo haré de esa manera.

–A que se refieren ustedes dos.

–Jonathan, tengo algo que decirte.

–A que te refieres Michelle.

–Pues veras recuerdas el funeral de mi abuelo.

–Si lo recuerdo.

–Bueno todo comenzó aquel día......

Le conté toda la historia a Jonathan, al principio no me

creyó, pero cuando Leonel le mostró que en verdad era la muerte, se quedó

perplejo, pero finalmente entendió todo.

–Michelle, esa es la razón por la que no tienes espejos en

tu casa, y tu abuela tampoco los tenía.

–Así es Jonathan, esa es la razón.

–Y porque nunca me lo dijiste.

–Porque tu primera reacción, es la que siempre han tenido

las personas a las que les he contado. Por eso no te había dicho nada.

–Perdóname Michelle, no debí hacer eso, perdóname, fui un

tonto.

–No te preocupes Jonathan.

En cuanto terminamos de cenar vimos una película con Leonel,

al parecer no quería irse, algo extraño ocurre entre ellos dos.

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