16 Enfrentamiento

–Por favor siéntate señorita Michelle.

–Si director. Que es lo que necesita.

–Pues veras, como cada año hay olimpiadas del conocimiento y

el profesor de tu grupo te ha recomendado a ti para ser la representante de tu

grupo. ¿Qué opinas?

–Me alaga demasiado... Si me lo permite seré la representan

de mi clase.

–Muy bien, entonces deberás de asistir a las clases

particulares que dará el profesor de último grado. Las estará dando todos los

días después de clases. Así que por favor asista para que se prepare.

–Claro que si director, daré lo mejor de mí.

–Eso espero, eso sería todo. Puedes retirarte.

–Con su permiso director.

Valla esto no me lo esperaba. Al fin una buena noticia.

…………………………………………….

Leonel y Jonathan

– ¡Leonel! Michelle me dijo que por favor la esperaras, la

han mandado a traer de la dirección.

–Está bien, esperare.

¿Iras con nosotros, verdad?

–Sí, tienes algún problema con eso.

–No, claro que no.

–Muy bien... Ahora que no está Michelle te lo diré.

La he amado desde hace muchos años y ahora que por fin puedo

estar a su lado. Tú te estas interponiendo y solo quiero dejarte algo muy

claro. Voy a pelear por ella hasta el final. No haré las cosas fáciles para ti.

–Bueno ya que lo dices, tienes razón en una cosa. Ella me

atrae y claro que luchare también por estar a su lado, y espero y sea una pelea

limpia y no hagas trampa.

–Eso mismo digo, ya que los dos acabamos de decir nuestras

intenciones. Espero que cualquiera de los dos que gane su corazón, el otro se

marché sin resentimientos.

–Eso me agrada Jonathan, que gane el mejor.

[Los dos se dieron la mano, sin pensar que en realidad no

pelearían entre ellos dos, si no que lucharían contra alguien más, alguien a

quien prácticamente ya le pertenece Michelle por completo.]

– ¡CHICOS! disculpen la tardanza.

–No te preocupes Michelle, que tal te fue con el director.

–En realidad me fue muy bien.

Me escogieron para participar en las olimpiadas del

conocimiento.

–Que bien por ti Michelle, muchas felicidades.

–Muchas gracias chicos.

Nos fuimos los tres juntos caminando hacia la casa de mis

padres. Espero que por una vez me puedan recibir de buena manera. Mientras que

Jonathan y Leonel platicaban de cosas triviales, yo estaba sumergida en mis

pensamientos. Mis padres nunca lo han sido en realidad, siempre me han

maltratado y humillado hasta donde más pudieron, siempre me decían que nunca sería

nada en la vida y en una ocasión mi madre me grito que ojala y me hubiera

abortado.... Pero a pesar de todo me siento muy triste por lo que les va a

pasar.

–Muy bien chicos llegamos.

–Aquí viven ellos.

–Sí, aquí viven.

–Pero la casa se ve demasiado deteriorada.

–Si, como me fui. Ya no le han dado mantenimiento.

– ¿Michelle que te pasa?

–Estoy bien no se preocupen.

Estoy parada frente a la casa de mis padres pero no me doy

el valor para tocar la puerta. Me están temblando las piernas y las manos, no sé

porque me siento así, si ya los he enfrentado un montón de veces antes.

No entiendo porque siento tanto temor de estar aquí de pie

frente a la casa de ellos dos.

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