14 Conflicto 2

Sonó el timbre del receso, comencé a recoger mis cosas.

– ¿Vas a comer con él?

–Sí, ¿porque?

–Voy contigo si no te molesta.

–No, claro que no.

Llegamos a la cafetería, Leonel ya nos estaba esperando en

una mesa.

–Llegas un poco tarde.

–Sí, disculpa la clase se alargó más de la cuenta.

– ¿Y él que hace aquí?, no recuerdo haberlo invitado.

–Yo le dije que viniera, es que siempre como con él.

–Así es, tienes algún problema.

–No, para nada y tu Jonathan, tienes alguno conmigo.

–Eso depende de ti.

– ¡YA BASTA!, si siguen peleando no comeré con ninguno de

los dos.

–Esta, bien Michelle, solo quiero saber ¿porque Jonathan me

trata de esa manera? Si ni siquiera lo conozco.

–Tú sabes cuáles son tus pecados.

–No, cuál de todos, por eso te pido que me los expliques.

–Sabes perfectamente que te gusta salir con chicas.

–Y eso que tiene de malo, malo que saliera con chicos,

aunque la verdad en estos tiempos eso ya tampoco es malo, ¿Qué acaso te gusto?

–Estas totalmente loco, además si me gustaran los hombres

nunca saldría con alguien como tú, que eres un mujeriego de primera, cada

tercer día traes a una chica diferente.

– ¡Ah!, eso. Eso no tiene nada que ver con Michelle,

nosotros tenemos otro tipo de negocios.

¿No es así Michelle?

–Él tiene razón Jonathan, si pensaste mal, te equivocaste.

Entre él y yo no hay nada más que solo negocios y aunque hubiera, no tienes por

qué molestarte tú y yo no somos nada más que solo amigos.

Así que por favor no vuelvas a hacer esto.

–Está bien Michelle, solo porque no quiero perder tu

amistad, pero entiende algo. Pase lo que pase, siempre te Voy a proteger. Me

voy, veo que solo hago mal terció aquí. Te veo en la segunda mitad de clases.

–Si Jonathan.

–Se ve que quiere algo más de ti.

– ¿Quien, Jonathan? No lo creo. Nos conocemos desde los 10

años, mi abuela solía cuidar de él y yo la visitaba cada verano y jugábamos

juntos

–Pero aun así no es razón para defenderte de todo y de

todos, te cela demasiado.

–Bueno no creo que sea así.

–Sabes Michelle dicen que no hay (peor ciego, que él que no

quiere ver), pero ya te darás cuenta después.

–Bueno, es que yo solo lo veo como amigo. Pero supongo que

no es eso de lo que querías hablar o sí.

–No, tienes razón. Vayamos al grano.

–Tus padres morirán hoy.

– ¿Qué?, como sabes eso.

–Bueno tú sabes bien como lo sé.

–Sí, si lo sé. Y como será, digo si se puede saber.

– ¡Claro! Pues ellos dos ya tenían su destino marcado desde

hace tiempo, tu madre morirá por una sobredosis y tu padre al verla tendida en

el suelo intentara llevarla al hospital, pero sabes que una persona drogada al

igual que alguien alcoholizado no maneja muy bien y terminará chocando contra

un tráiler, quedando prácticamente debajo de este y una parte del auto le

perforara los pulmones.

–No puede ser así de horrible su muerte, a pesar de que

nunca cuidaron bien de mí, no se merecen eso.

–Lo siento mucho Michelle, te lo digo porque eres mi amiga,

pero no puedes hacer nada al respectó, ya está escrita su muerte y no podemos

alterar el curso, pero tal vez si hay algo que puedas hacer y eso es despedirte

de ellos.

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