-Señor Muñiz, veo que tiene un gran historial -dice la pelirroja viendo los papeles.
Aunque el hombre no se veía nada contento.
-Disculpe señorita, pero pensé que la entrevista la haría el presidente de la compañía.
La chica sonríe amablemente, pero eso solo era una prueba más.
-Bueno. No veo el problema.
-No se ofenda, pero prefiero hablar con el señor Louis y no con una asistente. Ya sea su puesto el que vamos a ocupar.
-¿El señor Louis? Creo que prefiere que le digan presidente y no señor.
El hombre se veía bastante molesto. Pues pensó que sería atendido por el gran Louis Bangel y no por una simple empleada.
-Podría pedirle a su jefe que él mismo haga las entrevistas.
-¿Cuál es el problema con que yo le haga la entrevista?
-No se ofenda, pero una mujer no podría saber estas cosas.
La chica quiebra un lápiz que tenía en las manos.
-Bueno. Ya que tiene tanto interés en el presidente Bangel… -La chica hace girar una placa que estaba sobre el escritorio -Yo puedo ser el presidente Louis Bangel, para usted.
El hombre se levanta molesto y golpea el escritorio.
-¿Qué clase de broma estúpida es está? En cuanto el presidente se entere la echaran a patadas -grita.
Louis suelta una carcajada.
-No se moleste. Además no creo que al presidente le importe -ella lo mira fijamente.
-Eso es absurdo, una mujer como usted, deberia ser despedida.
-Lo único absurdo es usted. Mire que sentirse inferior solo porque una mujer es mejor que usted.
El hombre rechina sus dientes, pero algo sí estaba seguro, esa mujer estaba buscándose una lección.
-Tú, maldita mujer, de seguro te acuestas con el presidente y por eso te crees dueña cuando solo eres una pe…
El hombre no pudo terminar su frase, recibiendo un golpe de parte de Louis.
-Será mejor que pidas perdón.
En la sala, fuera de la oficina estaba John inquieto, mientras que los demás veían sus celulares o miraban las revistas que se encontraban en la sala.
De pronto se escucha un ruido por el pasillo y todos se levantan para ver. Un hombre estaba tirado en el pasillo, pero rápido se levanta y una hermosa mujer sale de la oficina.
Karla, quien también estaba allí, se cubrió la boca, no podía creer que el presidente otra vez estuviera golpeando a otro hombre.
-¡¡Te arrepentirás maldita perra!!
El hombre se abalanza contra Louis, pero no llega a tocarle ni el cabello. El pobre estaba contra el suelo y una mano lo detenía, sujetándolo del cuello de la ropa.
-No es forma de dirigirse a una dama -dice John.
Pues John actuó rápido, detenido el ataque del hombre contra la chica.
-Esa no es una dama, solo es una mujerzuela que se revuelca con el presidente.
John lo mira enojado, no había nada que lo enojara más, que un hombre insultando a una mujer.
-Le sugiero que corrija su vocabulario y pida una disculpa a la dama.
Louis solo se quedó viendo la espalda de John, una espalda ancha y que a pesar de la ropa, se notaba que el chico hacía ejercicio, era alto y delgado, aunque debía ser un poco más bajo que ella. La chica sonríe, pues a pesar de que no le puede ver la cara, tiene buen ojo y deduce que ese chico es realmente guapo.
-¡No!
Louis se acerca a John, le coloca la mano sobre el hombro y puede sentir lo duro de sus músculos.
-Está bien -dice, cerca del chico -Déjalo, yo me encargo.
John se aparta un poco ruborizado, la pelirroja era más hermosa de cerca y su voz seductora. Louis se acerca al hombre y coloca el tacón de su zapatilla, sobre la mano del hombre, el cual grita del dolor.
-Escucha muy bien, porque no me gusta repetir las cosas. No vuelvas a mostrar tu horrible cara frente a mi. Si te sientes inferior a una mujer, es tu problema. Ahora desaparece -quita su tacón y el hombre sale corriendo -Y para el resto -mira a los que quedan -Si no soportan tener a una mujer como su superior, este trabajo no es para ustedes.
Louis estaba tan enfadada que no nota que parecía una amenaza sus palabras. Así que con miedo, el resto de los postulantes salen corriendo.
-¡Presidente, ya los asustó! -se queja Karla -Tanto que me llevo reunirlos.
Karla, había hablado con varios de ellos y la mayoría estaba capacitado para el puesto. Louis suspira y pasa la mano por su cabello.
-No es mi culpa, que sean cobardes.
Louis se gira para regresar a su oficina, pero choca con algo y se tambalea, espera la caída, la cual nunca llega. John la sostiene de la cintura.
-Lo siento -se disculpa y la suelta.
-Descuida -le sonríe -¿Estás aquí para la entrevista?
-Sí.
-Entonces, adelanté.
Louis pasa primero y detiene la puerta para que entre John, luego la cierra y ofrece al chico sentarse. Ella lo observa detenidamente. El chico era guapo, bastante atractivo y su mirada era como la de un niño, todavía. Eso a ella le encantaba, era la primera vez que un hombre le atraía sobremanera.
John coloca sobre el escritorio sus documentos y Louis los ojea, da una checada rápida.
“¡Oh!, Así que pronto la mayoría de edad… espero poder darle un muy buen regalo”
-Veo que no tienes experiencia laboral, aunque es normal a tu edad.
-Se que debe querer un mejor candidato, pero soy dedicado y perfeccionista.
Louis sonríe, dando un recorrido por todo el cuerpo del chico, el cual se pone nervioso bajo la mirada penetrante de la chica.
-Vas estar bajo mis órdenes, ¿No tienes problemas machistas, verdad?
-Claro que no. Mientras no pida nada ilícito.
Louis estaba más que encantada. Podría negarle el puesto por su edad y falta de experiencia, pero ve algo muy diferente en él.
-John Meyer, ¿verdad? -el chico asiente -La verdad es que no debería, pero no creo que esos cobardes regresen. Mi nombre es Louis Bangel, mucho gusto.
John se levanta sorprendido y mira con detenimiento a Louis. Una mujer delgada y una belleza sorprendente, pero se veía joven.
-¿Usted es Louis Bangel? El presidente del corporativo.
El chico vuelve a recorrer con la vista a la chica, la cual sonríe y se levanta para ir donde está el chico.
-Sí, si me sigues viendo de esa manera, pensaré que eres un pervertido.
Rápido John se pone serio y desvía la mirada, estaba como tomate. Se reprocha en su mente, el haber visto tan descaradamente a una mujer.
-Lo… siento presidente. Yo… no era… fui descuidado.
Louis suelta una risita, pues el chico era adorable y lindo. John vuelve a ver a la chica.
“¡Oh!, Es más hermosa, cuando sonríe!”
-Bien señor Meyer, vaya con Karla, ella le dirá cuándo empieza y cuáles serán sus funciones.
John sale de allí casi corriendo, jamás había estado tan nervioso, en toda su vida.
Mientras Louis regresa a su silla y saca un celular de un cajón. Presiona el único contacto que tiene registrado.
-¿Dígame que necesita? -se escucha del otro lado de la línea.
-Quiero que investigues a John Meyer Alet. Necesito saber si es quien creó.
-Pondré la investigación como prioridad.
-Bien. Avisa cuando la tengas.
Louis cuelga el teléfono y vuelve a revisar los documentos que entregó John. Allí había información, pero nunca se fía de lo que le entregan otros. Además de que el apellido Meyer, era uno que buscó por años y nunca lo encontró.
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