Liam
Se que es estúpido traer un desconocido a tu casa, bueno, dos; pero para ser sincero Farah me agrado mucho, mas de lo que hubiera deseado. Es una chica muy seria pero agradable, se le notaba por encima que no era su lugar probablemente su amiga la arrastro a la fiesta.
Estoy por servirle algo de beber cuando noto lo pálida que se ha puesto. Y al responderme que se había mareado corrí a su lado y en un instante la tenía en mis brazos descompensada.
La lleve a mi cama y la cubrí con una manta la otra habitación de invitados la usaba mas como deposito que como una habitación. Asi que decidi dormir en el sofá esta noche. Me estaba comenzando a hacer efecto el alcohol, o eso creía. Comencé a marearme más de la cuenta. Quise ir a buscar una aspirina pero al intentar marcharme Farah abrió los ojos confundida. Y lo que hizo después me dejo descolocado. No esperaba que fuera una chica tan lanzada, pero sus ojos estaban perdidos, como si no fuera ella misma. Farah enrollo sus brazos en mi cuello y me beso. Me aleje de ella, y se veía muy sonrojada, su cara parecía como si estuviera muy exitada, ¿Que es esto, me engaño?
- Farah.
No respondía a mi llamado, me sentía peor comencé a sentir mucho calor, sentía la mente muy nublada, y me quedé dormido o al menos, eso era lo que pensaba.
Farah
Me desperté con mucho dolor en el cuerpo, me dolía la cabeza y sentía náuseas, me senté en la cama y la sabana calló de mi cuerpo dejándome el pecho desnudo, tomé la sabana y me cubrí. Me di cuenta que la cama y la habitación no era la mía, miro a mi derecha asustada y veo el cuerpo de un hombre desnudo acostado boca abajo.
Comencé a llorar y trate de levantarme suavemente de la cama para no despertar a ese hombre, al intentar ponerme de pie sentí un fuerte dolor en medio de mis piernas, baje la mirada y descubro la sangre que tengo en esa zona, miro la cama y esta manchada también. Perdí mi virginidad con un desconocido y lo peor es que no me acuerdo de nada. Tome mi ropa rápidamente, me puse el vestido y cuando iba a tomar las bragas descubro que están rasgadas ¡Dios, ¿que me hizo este animal?!
Recogí mis zapatos y el hombre se movió, volteo la cara dejándome ver que era Liam, el chico agradable de anoche, como fui tan tonta, este hombre me drogo y me violo, esto no lo voy a dejar pasar por alto, voy a denunciarlo.
Salí de la habitación lo más silenciosa que pude, tenia miedo que se despertara. Fui a buscar a Berenice. Entre en la habitación y la vi aún dormida, la moví muchísimas veces pero no me respondía, salí rápido a la cocina y tome un vaso de agua, regrese a la habitación y le tire el agua en la cara, por su culpa me había pasado todo esto. Berenice se despierta de golpe.
- ¿Estas loca idiota? - Se sienta exaltada limpiándose los restos de agua.
- Nos vamos ya.
- ¿Dónde carajos estoy? - Mira al rededor mientras pregunta.
No respondí, tomé sus zapatos y la arrastre de la cama.
- Oye, más despacio, me siento mal.
- Me importa una Mierda. - Le susurre entre dientes.
Salimos del apartamento y tomamos un taxi en dirección a la casa de Alice. Al llegar, le pagué al taxista y nos bajamos.
- No quiero verte en mi puta vida maldita Zorra.
- ¿Pero que es esta agresividad Farah?
- No sabes el infierno que pase anoche por tu maldita culpa, por estar metiéndote esa mierda, no debí confiar en ti. - No iba a contarle lo que me paso. Ahora mismo solo quiero que desaparezca de mi vida para siempre.
- Recoge tus cosas y vete. - Toque la puerta de Alice y está abrió mirándome con preocupación.
- Te dije que me llamaras si algo pasaba. He estado toda la noche en vela preocupada por ti. ¿Por qué apareces a esta hora y no me llamaste anoche para avisarme? Estuve a punto de llamar a mi tía. ¡Por Dios Farah! ¿Por que me metes en estos lios? ¿Y si te hubiera pasado algo? Gracias al cielo estas bien.
Era entendible el sermón con el que me recibió Alice. Se que esto no me lo perdonara nunca y lo tengo bien merecido. Nos dejó entrar a la casa y Berenice no dijo nada. Solo subió, recogió sus cosas y se fue sin decir adiós.
Cuando ella salió subí a la habitación y comencé a recoger lo mío. Alice se recostó en el umbral de la puerta y me habló.
- ¿Te vas?
- No quiero causarte más problemas. Fui muy irresponsable anoche y solo te estoy llenado de más estrés. Lo mejor es que regrese a casa hoy mismo.
- Estas cosas pasan Farah, estaba muy preocupada, no avisaste que te quedarías toda la noche afuera. Pero te entiendo, porque yo lo he vivido. No tienes que irte.
- Puedo venir a verte pronto. O tu ir a casa un fin de semana. Artem estará contento de verte de nuevo. Si es que antes no lo encuentras en la universidad.
No era capaz de mirarla, trataba de disimular las ganas que tenía de llorar. No quería preocuparla más. No sé cómo no se me pasó por la mente anoche. Simplemente te llamar a Alice para que nos recogiera y así nada de esto habría pasado. Hoy estaríamos sentadas en el sofá. Hablando de esa dichosa fiesta.
- Esta bien. Nos veremos pronto. - Me respondió y no dijo nada más.
Se acercó a mi y me abrazo. Estuve a punto de dejarme ir en sus brazos y desahogarme. Pero cada vez que pensaba en decir lo que pasó. Algo en mi mente me frenaba. No sé qué voy a hacer. Tome mi maleta y salí de su casa.
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