Mi Demio interior

Elka despierta sola en la alcoba. Lo único que recuerda es que ese pulgoso la estaba besando. Aún siente sus labios en los suyos, pero no recuerda qué más pasó. Cree que se desmayó. Se levanta para ir al baño y hacer sus necesidades. Luego baja a la cocina porque todavía tiene hambre. Siente su cuerpo extraño. ¿Será que ese sarnoso le hizo algo?

Sale de su habitación buscando la del lobo sarnoso. Va abriendo cada puerta hasta que lo encuentra saliendo del baño solo con una toalla alrededor de su cadera. Se queda observando sus músculos y torso. Es tan bello. Será solo suyo.

Dante le pregunta si le gusta lo que ve. Elka reacciona negando con la cabeza. Las ganas tuya lobo sarnoso. Dante le dice que su nombre es Dante y que puede llamarlo así o su rey, como ella quiera. Elka le responde que nunca será su rey y que lo estaba buscando para saber qué le hizo anoche, porque no recuerda nada. Dante se acerca a ella con una mirada lasciva. Cuando está cerca, el cuerpo de Elka tiembla. Le pregunta qué hace y por qué se acerca tanto. Dante le pregunta si le tiene miedo, demonia. Solo quiere demostrarle qué sucedió anoche.

El cuerpo de Elka se calienta con solo un roce de los dedos de Dante. Él está tan cerca que puede sentir su respiración. No aguanta más y lo besa. Dante la pega contra la puerta sin cortar el beso. La alza para que suba sus piernas alrededor de su cintura. Puede sentir su dureza rozando con su entrepierna, tanto que no puede evitar soltar un jadeo. Rompen el beso y Elka puede ver una sonrisa de satisfacción en los labios de Dante. Se baja rápidamente.

Dante le dice que le dijo que nunca estaría en su cama y que se puede marchar. Elka sale furiosa, tirando la puerta. Si supiera todo el autocontrol que tuvo que hacer para no hacerla suya en ese mismo momento. Pero los ojos de Elka cambiaron su color a un rojo escarlata típico de los demonios, haciendo recordar a Dante esa noche en que murieron sus padres.

Loki le recuerda a Dante que no es ella quien mató a sus padres. Eso fue hace 300 años. Elka es una mestiza. Si está despertando su lado demoníaco, va a querer alimentarse, ya sea con ellos o con quien encuentre en su camino.

Necesito hablar con ella, creo que no está consciente de lo que le está pasando y puede cometer una imprudencia con mis hombres. Además, todos estarán confundidos por su aspecto, que no es normal de un demonio.

Loki: Ve a buscarla, que su aroma está cambiando y ya sabes por qué.

Salgo corriendo en busca de su olor. Este me lleva a la cocina. Abro la puerta y veo cómo Elka está encima de Max, queriendo besarlo. Max, al verme, se pone pálido tratando de quitársela de encima. Me acerco para ayudarlo y veo los ojos escarlata de esta demonia. Se me acerca y me dice: "¿Lobito, te quieres unir a nosotros? Pensé que no querías follarme y tuve que venir a buscar un hambre de verdad". Lleno de rabia, la tomo por la cintura y la subo a mi hombro como un costal para subir con ella a la habitación. Una vez adentro, la tiro en la cama. "Cálmate, Elka", le digo.

"Soy Débora, lobito mío", me dice moviéndose muy sensual mientras se va quitando el vestido. "Débora, devuélvele el control a Elka, por favor. Necesito hablar con ella".

Debora: "No puedo hacer eso hasta saciar mi sed de deseo. Nuestro cuerpo arde y no lo puedo controlar si no tengo un orgasmo. Ambas moriremos".

"Bien, solo necesitas un orgasmo, ¿verdad?" Me acerco a ella y la jalo de los pies para que quede en la orilla. La empiezo a besar suave y poco a poco va subiendo la intensidad de nuestros besos. Mis manos viajan por todo su cuerpo. Un gruñido de satisfacción sale de mi boca cuando mis manos llegan a su entrepierna. Sus gemidos son callados con mis besos. Introduzco mis dedos en su intimidad, jugando con ella. Está tan mojadita que bajo besando sus senos sobre la ropa. Sus gemidos son música para mis oídos. Bajo hasta llegar a su intimidad para darle placer con mi boca. Está deliciosa. Introduzco un dedo en su interior aumentando sus gemidos. Siento cómo se contraen sus paredes explotando en un rico orgasmo. Me tomo todo sus jugos deliciosos. Al subir la mirada, puedo encontrarme con esos ojos violeta que me miran detenidamente para luego desmayarse. La acomodo en la cama para que descanse un poco. Salgo de la habitación dejándola bajo llave, pues no me voy a arriesgar a que pase lo de la cocina.

Después de hablar con Max sobre lo sucedido, no quiero que nadie se entere de eso. Llegué a la cocina y vi a Max con la cara roja.

"Max, debemos hablar de lo que ha pasado aquí", le dije.

"Alfa, aquí no ha pasado nada", respondió Max.

"Bien, por favor prepárame algo de comer para mi esposa", le pedí. Vi su cara de sorprendido y agregó: "Alfa, ¿la señora puede comer? Ellos se alimentan de sexo".

"Cómo pudiste ver, ella no es una demonia común y come al igual que nosotros. Cuando la comida esté lista, llámame para que yo suba con su comida", le respondí.

"Si señor, Alfa. Pude notar que la señora no tiene aroma y sus ojos cambiaron de color", dijo Max.

"¿Que no tiene aroma? De esto nadie se entere", respondí. Salí de la cocina directo a mi estudio y me comuniqué con mi beta y mi hermano. Los necesitaba ahora mismo. Cerré toda la comunicación sin darles chance a réplicas. Por más que pensaba en las palabras de Max, no lograba entender cómo no tiene olor y yo puedo olerla muy bien.

Tocaron la puerta y permití que pasaran mi beta y mi hermano.

"¿Cuál es la urgencia? Ni siquiera me dejaste hablar. Vine lo más rápido que pude", dijo Demon.

"¿Ustedes se habían dado cuenta de que Elka no tiene aroma?", les pregunté.

"Un momento, ¿quién es Elka?", preguntó Demon.

"Es mi esposa, la demonia. Así se llama", respondí.

"Mi alfa, pensé que desde un principio ustedes se habían dado cuenta de eso y que por eso es que puede tolerar estar cerca de ella", dijo beta.

"Para mí tiene un aroma a flores y tierra mojada. ¿Qué pasa? ¿Por qué me miran así?", pregunté.

"Hermano, eso es imposible. Los demonios huelen horrible", dijo Demon.

"Es así como les digo. Además, ella puede comer al igual que nosotros porque es una mestiza mitad demonia y humana. Por eso puede comer", les expliqué.

"¿Cómo puede ser eso posible? ¿Cómo ese clan dejó vivir a una mestiza? No saben las consecuencias. Aunque si es mitad humana, no hay consecuencias, ya que solo puede sacar los poderes de los demonios o no tener ningún poder", dijo beta.

"Por eso pienso que la dejaron vivir. Ella es diferente en todo. Su cabello y sus ojos son diferentes a los demonios, pero su lado demonio ahora está despertando", concluí.

Demon: ¿En serio? ¿Sabes que cuando ellos despiertan su lado demonio solo quieren sexo? Si tú no puedes, me llamas que yo sí quiero.

Despliego mi aura de alfa y gruño por su impertinencia. Es mi esposa y te exijo que respetes. Ella es mía, nada más.

Demon: Sí, alfa. Ya veo que estás embobado de esa demonia. Recuerda que no es tu compañera, solo está aquí por un tratado de paz. ¿Cuando consigas a tu compañera, qué piensas hacer con ella?

Yo sé eso mejor que nadie. No tienes que recordármelo. Tal vez consiga a mi luna o tal vez no la encuentre nunca. Nadie sabe el destino. Y si Elka quiere pertenecer a mi lado, yo la protejo.

Beta: Si ella consigue a tu limbo (demonio), ¿qué harás? Ya vemos que esa demonia te gusta.

En el contrato de matrimonio está esa cláusula y tengo que dejarla ir. Los llamé para que investiguen bien quién es la madre de Elka. Quiero descartar que no sea otra criatura y tengamos problemas. Tocan la puerta (adelante). Es Max con la comida para mi demonia. Volteo y les digo a mi beta y Demon que es todo por hoy. Subo a llevarle la comida a mi demonia.

Elka: Me despierto en mi alcoba. No sé qué me pasó. Solo recuerdo que ese perro rabioso se burló de mí. Salí de su alcoba muy enojada y en camino a la mía me mareé. No sé qué más sucedió (se lleva los dedos a la boca acariciando sus labios). Pero aún puedo sentir los besos de Dante en mi boca. Dante se llama. Qué hermoso nombre para un hombre como él. Hay lobito, vas a ser mío, solo mío. Siento que tocan la puerta y es Dante con la charola de comida. Le agradezco que no tenía por qué molestarse. Con mandarlo con alguien era suficiente.

Dante: Vine a ver cómo te sientes y poder hablar contigo de un tema muy delicado.

Me duele el cuerpo. No sé cómo llegué hasta acá. Me desmayé en el pasillo y de ahí no recuerdo nada. ¿Qué quieres hablar conmigo?

Dante: ¿De verdad no recuerdas nada de lo que pasó? (Con una ceja levantada, la mira fijamente). Ella mueve la cabeza en negación. Pues te diré que tu lado demonio está despertando y bajaste a la cocina a alimentarte de mi cocinero. Si no llego, abusas de él.

"¡Qué no puede ser! Yo no poseo ningún poder. ¿Cómo pude hacer esas cosas? ¿Cómo sabes que es mi demonio y por qué ahora está despertando?", pregunté.

Dante respondió: "El por qué no lo sé, pero tenemos que tener más cuidado con tu demonio que quiere salir. Por esta vez llegué a tiempo y pude ayudarte con eso. Pero eso no nos garantiza que no vuelva a pasar y que no esté cerca para ayudarte. Serás carne fresca para mis machos", apretando los puños.

"¿Cómo me ayudaste con eso si los demonios se alimentan del sexo? ¿Pervertido, abusaste de mí?", pregunté con enojo.

"No es como piensas. No tuvimos sexo, bueno sí, pero no como tú crees. Solo fue sexo oral", dijo Dante, notándose un sonrojo en sus mejillas. "¿Nunca has estado con ningún hombre?"

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