CAPITULO V

Brayan subió al auto y fue escoltado por los dos hombres, parecidos a guardaespaldas, que lo habían ido a buscar.

Llegaron al hospital central de la ciudad. El hospital era más bien una clínica. Al llegar lo llevaron con el Señor Antonio Rojas. Se encontraba en una pequeña sala que habilitaron como sala de espera precisamente para que el Sr Rojas, padre de Denise, esperará noticias de su estado.

Los hombres llevaron a Brayan delante del Sr. Rojas. Brayan estaba un poco temeroso y preocupado. En realidad nunca había visto en persona al padre de Denise, solo por fotos. Y en realidad Denise lo nombraba poco en su presencia. Sin embargo, sabía que Denise era hija única, y era la luz de los ojos de su padre.

El Señor Rojas estaba sentado en un mueble que habían adaptado especialmente para él, para estos momentos. Levantó la vista, al ver llegar a este muchacho, escoltado por sus hombres.

Hombre 1: - Señor, aquí lo tiene. - dijo.

Sr. Rojas: - Gracias. Pueden retirarse. - y los hombres, que formaban parte de sus guardaespaldas, se retiraron.

El Sr. Rojas era un hombre imponente, con mirada dura y fría, propia de un hombre de negocios, de éxito y de mucho dinero, dueño de varios negocios internacionales y nacionales. Estaba vestido de traje y corbata, muy elegante. El señor miro al muchacho de arriba hacia abajo. Brayan iba vestido con unos jeans, zapatos deportivos y chemise. Nada del otro mundo.

Entonces Brayan se atrevió a hablar:

Brayan: - Señor Rojas, un honor conocerlo. Lamento sea en estás circunstancias. Cómo está Denise? Trate de obtener información de su estado y no lo logré. Sabe usted algo acerca de ella? - Claro que su padre tenía que saber algo.

Señor Rojas: - Muchacho, Denise está bien. Le están poniendo tratamiento en este momento. Y esta dormida. Le dieron algo para dormir porque estaba algo nerviosa. - le digo mirándolo seriamente - Ella pregunta por ti. Te voy a dejar entrar para que la veas y la tranquilices. Solo quiere verte a ti. Así que tratala bien, con cariño. Ella te quiere. - Y mirándolo a los ojos fijamente - Es mi niña y quién se meta con ella y le haga daño, se las vera conmigo. Me entiendes? - le dijo intimidandolo.

Brayan: - Claro, Señor. No sé preocupe. - le dijo Brayan con seriedad - Yo quiero mucho a su hija y no le haría daño - le dijo.

Señor Rojas: - Muy bien. Mis escoltas te llevarán a la habitación de mi hija. Tratala bien. - y haciendo una seña, los escoltas pasaron y lo llevaron al cuarto de Denise.

Al entrar en la habitación, vio a Denise acostada, con suero colocado, y la mascarilla de oxígeno puesta. Parecía dormida. La puerta se cerró tras él suavemente, él se acercó a la cama y la observó. Se veía muy frágil.

Brayan murmuró: - Que hiciste, Denise? - Y le quitó un mechón de cabello de su frente. Ella se movió un poco y abrió los ojos lentamente. Hasta que se dió cuenta que el estaba a su lado. Y sonrió. Brayan sonrió de vuelta: - Solo descansa. No hables. Descansa. Te cuidare. - le dijo besándola suavemente en la frente. Ella cerró nuevamente sus ojos y se volvió a dormir.

...

Pasaron los días, la dieron de alta, pero nunca hablaron de lo que sucedió. Y ya él, Brayan, no se apartó de su lado. Cuando ella le pedía ayuda, la ayudaba aunque no fuera ético. Todo para que no se alterará y cometiera otra locura. Sobre todo porque tenía un padre que se llevaría a quien fuera por delante, si pensaba que le habían hecho daño a su niñita.

Y así fue pasando el tiempo. De vez en cuando el señor Rojas, le recordaba a Brayan que debía tratar bien a su hija. Así que cuando Denise, le pidió a su padre que le diera un puesto en su empresa para que no se fuera lejos de ella, insinuandole a su padre, que luego de la graduación, era posible que hubiera boda, aunque nunca había hablado de eso con Brayan, y que ese era un buen regalo de bodas. El regalo de bodas número 1, le dijo a su padre riendo. Y su padre como siempre se lo concedió sin replicar. Igual que con todo lo que le pedía su única hija. Igualmente, al enterarse Brayan de boca de Denise, que le había conseguido un puesto en la empresa de su padre, tampoco dijo que no. Solo acepto, y acepto el abrazo que ella le daba. Mirandola con tristeza. Si ella se dió cuenta. No se dió por enterada. Tomaría posesión del puesto luego de la graduación.

Así que estos días serían los últimos que podía ver y disfrutar algunos momentos junto a sus amigos. Y ... junto a Rebecca. Sin querer había llegado a sentir algo hacia Rebecca desde la primera vez que la vió. Aunque ella no hizo nada para llamar su atención, con sus acciones, su amabilidad, su timidez, y la forma en que lo miraba y se quedaba sin saber que decir delante de él. Todo de ella, de Rebecca, lo hacía tener hermosos sentimientos hacia ella. Sin embargo, para proteger a Rebecca, se había apartado de ella. Hasta que no pudo más y se fue acercando paso a paso, primero topandose con ella ocasionalmente, con breves conversaciones, y caminatas por los jardines. Eso lo hizo feliz algún tiempo. Con Rebecca conseguía tranquilidad, fuerzas para continuar. Todo lo contrario de Denise.

Así que, había planificado separarse de Denise luego de algún tiempo en la empresa de su padre, renunciando así a su puesto, para luego volver junto a Rebecca y hacer una vida feliz junto a ella. Junto a Rebecca.

...

Brayan despertó al día siguiente, y respiro profundamente, recordando su "cita" con Rebecca. Habían quedado de acuerdo en seguir viéndose, y a partir de allí decidir que hacer.

Ese día había quedado de verse con sus compañeros de universidad, y luego ir a la universidad a verificar unos datos. Estaba pensando ir a ver a Rebecca más tarde.

Se quedó pensativo. Recordando su encuentro del día anterior. Y luego recordó a Denise. Se pasó las manos por el rostro con frustración. Esperaba que todo le saliera bien y pudiera irse cuando pasara un año. Creía que si adquiría suficiente experiencia y carta de recomendación podría conseguir un tren otra parte. Lejos de Denise y su familia.

Se dispuso a preparar algo de desayunar y luego se vestiria para salir. Esperaba que todo saliera bien este día. Se puso unos jeans, chemise manga larga y llevaba el cabello húmedo y parecía alborotado. Algo que lo hacía ver muy guapo. Tomo sus llaves y salió del departamento, cerrando tras de sí.

...

Rebecca despertó ese día maravillosamente bien. Estaba muy feliz. Cada vez que recordaba sus besos y caricias, se sentía en las nubes. Sabía que iba a ser difícil. Pero intentaría que todo saliera bien.

Y con respecto a Denise, parecía que algo había pasado entre ellos, no sabía que, pero era algo lo suficientemente malo para que él contemplará la idea de dejar a Denise. Hasta donde sabía ellos estaban muy enamorados. Pero las acciones del día de ayer indicaban que ya no la quería, o al menos no la quería como antes. Y la había escogido a ella, a Rebecca, para hacer una vida nueva y diferente a su lado.

...

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