Una trampa.

“¡Paula! ¡Eres tan imprudente!" William reprendió cuando el Sr. Martin había salido de la sala de reuniones. "¿No puedes ver que solo está tratando de hacernos una broma?"

"¡Vi que estaba interesado cuando vio los estados financieros de cinco años, Will!" Paula respondió con confianza. “Solo necesita un poco más de tranquilidad”.

“¡Pero ocho años, Paula! Mientras tanto, este hotel solo se mantuvo estable hace seis años. No sabes que el hotel de mi mamá estuvo a punto de quebrar y tuvo que luchar, comenzando de nuevo desde abajo”, objetó William. No quería que se filtraran los estados financieros en tiempos difíciles. No podría soportar que los inversores supieran cuán grandes fueron las pérdidas.

"Creo que deberíamos mostrarle los estados financieros de diez años, William". Paula miró a William expectante. Ella no quería aceptar su negativa en este momento.

"¡Estás loca!"

“¿Soy yo? Solo quiere saber cuáles son los mayores riesgos. ¿Cómo salió su hotel de una crisis? Le mostraremos todo. Para algunos inversores, esto no es importante. Pero para él, parece ser importante”.

“Pero se irá mañana”, dudó William.

***

"Entonces, haremos que esta noche cuente".

Paula empacó sus cosas e inmediatamente salió de la sala de reuniones para ayudar rápidamente a William a compilar un resumen de diez años de los estados financieros, con la ayuda de algunos miembros del personal de finanzas, por supuesto.

Al ver a Paula, que se esforzaba tanto por ganar este acuerdo, William se sintió avergonzado porque había sido pesimista. Es demasiado pronto para darse por vencido. Necesitaban hacer su mejor esfuerzo.

"¡Lo siento!" William susurró. "Y gracias."

Paula negó con la cabeza. “El problema no es solo ganar el consentimiento de tus padres, William. Pero también es la forma en que administrará este hotel en el futuro. Por eso tus padres aceptaron esta apuesta" murmuró Paula mientras almorzaba a toda prisa.

"Manténgase positivo y haga su mejor esfuerzo. No hay forma de que estés rogando por el apoyo de tus padres para siempre, ¿verdad?"

"..."

William no se movió. Solo escuchó la diatriba de Paula, en silencio. Ninguna objeción, porque todo era cierto.

"¡Eso es todo! Pongámonos manos a la obra de nuevo. ¡No tenemos mucho tiempo!”

Paula y William volvieron al trabajo y evaluaron los archivos. Cuando todo estaba casi hecho, ya estaba oscuro.

Sonó el celular de William. Resultó ser Maya, la secretaria de Martin. Dijo que quería invitar a todos a cenar cuando terminara el resumen que pidió el Sr. Martin.

“Mi jefe aceptará firmar el acuerdo. ¿Puede tomar prestada a su inteligente secretaria para explicarle algunos asuntos? También tengo que darle algunos archivos adicionales que debe considerar para nuestra cooperación.”

Al instante, William vitoreó de alegría. Resultó que Paula tenía razón. Martin estaba interesado en el informe de esta mañana. Solo tomó un poco más de trabajo convencerlo.

"Le diré que..."

“Oh, ya llamé a tu secretaria antes. Por favor, solo ven al lugar que hemos determinado”, Maya interrumpió rápidamente las palabras de William.

William fue rápidamente al restaurante. Sin embargo, Paula ya se había ido cuando estaba a punto de llevársela.

“Ella tiene que esperarme, al menos,” murmuró William.

Limpiando sus pensamientos, William se dirigió al hotel para cenar. Sin embargo, William se sorprendió de que solo viera a Maya en el restaurante.

“¿Dónde están Paula y Martín?”

“Su secretaria ya está con el señor Martín”, respondió Maya con calma.

"A mi jefe le gusta tu secretaria inteligente. A pesar de su apariencia, tiene mucha perspicacia comercial”.

"Ella no es mi..."

“Tiene suerte porque parece que el Sr. Martin tiene un interés personal en su secretaria. Como tal, estoy muy segura de que nuestra cooperación irá bien”.

"¿Qué quieres decir con interés personal?" preguntó William, comenzando a sospechar. Su rostro se volvió severo.

“Eso significa que te acompañaré esta noche y el Sr. Martin lo hará…”

William ya no escuchó las palabras de Maya. William tomó su teléfono e inmediatamente llamó a Paula muchas veces. Sin embargo, la mujer no cogió el teléfono. Un pensamiento aterrador se deslizó en el corazón de William.

William estaba muy preocupado. No sabía dónde estaba Paula ahora. Los ojos de William miraron a Maya.

"¿Donde están ahora?"

“Lo siento, no puedo decírtelo porque tu secretaria accedió a reunirse con mi jefe”, respondió Maya con frialdad, aunque el miedo cruzó sus ojos oscuros.

"¡Chicos, ustedes están locos!"

"Lo siento. Creo que todos somos adultos que podemos asumir la responsabilidad de nuestras propias elecciones”, continuó Maya. “Los códigos que di fueron claros. Fue su elección"

William entró en pánico. ¿Era cierto que Paula había accedido a pasar una noche con Martín solo para cumplir esta misión? ¿Paula estaba tan loca?

"¿De ninguna manera? Paula no se entregaría a otro hombre porque es mi esposa, ¿verdad?" William murmuró para sí mismo sin aliento.

William luego miró el rostro de Maya, que ahora sonreía con confianza nuevamente. El hombre alto no estaba seguro de lo que estaba pensando la pequeña mujer frente a él. ¿Por qué era tan estúpido e inocente?

Después de todo, ¿quién tendría una discusión por la noche sobre el trabajo? ¿No debería saber que la gente usa la boca para hacer otra cosa después de las 8 de la noche?

William pensó en lo mucho que Paula deseaba que este plan funcionara. Quería salir de este matrimonio lo antes posible. Sin embargo, ¿no dijo Paula que no quería que los dos tuvieran una relación extramatrimonial? Ella era la que se jactaba de la fidelidad.

No. Debe ser una trampa. William estaba muy seguro, Paula debió haber sido atrapada accidentalmente por la palabra florida que salió de la boca astuta. Paula estaba demasiado concentrada en su trabajo. No debe haber esperado que Martin hiciera algo tan indecente.

"¡Escucha! ¡Ella no es mi secretaria! ¡Ella es mi esposa que estaba ayudando hoy porque mi secretaria estaba enferma!" William se enfureció furiosamente, haciendo que los ojos de Maya se abrieran de par en par.

"¡Si le pasa algo malo, no dudaré en demandarte! ¡Mantenlo en mente!"

"¿Qué?"

“Al diablo con este negocio. ¡No quiero trabajar con un jodido hombre podrido como tu jefe!"

William se levantó y fue a buscar a Paula él mismo. Estaba muy seguro de que Paula estaba en el hotel.

Mientras tanto, Maya estaba atónita por el impactante hecho que acababa de conocer. Interiormente culpó a William y Paula desde el principio por ser deshonestos. Pero, ¿importaba su honestidad? ¿Recordando hoy de lo que hablaban era solo de negocios? ¿Quién hubiera pensado que Martin tenía malas intenciones?

William inmediatamente salió corriendo del restaurante.

"Oh, Dios ... ¡Por favor, protégela!"

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