Rozdział trzeci

...No fue suficiente...

—¿Ya te he dicho que eres el mejor corredor que conozco? —giró a mirar a su compañero mientras se sacaba su máscara.

Dejando a la vista completamente su rostro, luciendo una nariz recta, un color de piel pálido y sus labios un poco anchos pintados de su color natural, con una ligera cicatriz que le recorría en el labio superior.

Bajo su ojo derecho también había una cicatriz, un tanto más marcada, que le daba un aire a ser mala, sabiendo que sus ojos grises podían provocar más.

—No le hagas crecer el ego, por favor, Orphie —pidió desde los asientos traseros, el muchacho que llevó la máscara naranja, luciendo su cabello rubio con raíces claras y tatuajes por su cuello.

Aquella soltó unas cuantas carcajadas, para luego sentirse calmada.

Notó por los espejos que nadie los había seguido, y que se podía relajar hasta llegar al enorme galpón escondido bajo unos de los tantos puentes de la ciudad.

—Oye, Enoch, usa siempre tus guantes —ordenó Orphie, colocando su atención hacia el joven que llevaba la máscara amarilla en sus manos, las cuales se encontraban con pequeños cortes en diferentes áreas.

Este lo único que hizo fue ignorarle, soltando un suspiro mientras manchaba aquella lana.

Del coche bajaron una vez que llegaron, procurando que abrieran las rejas y se fijarán en que nadie estuviera por allí. Llevando dos bolsos grandes y uno pequeño con bastantes cosas.

—Venga, que esto ha sido otro éxito más.

Orgullosa, Orphie saludó a dos chicas que se encontraban haciendo diferentes labores.

—Debió de resultar exitoso, no por nada preparamos tantos planes —musitó una de cabellos fucsias, siendo la primera en abrir los bolsos y comenzar a separar.

El galpón estaba separado en diferentes sectores, habiendo zonas tanto para descansar como para descargar y cargar mercancías que mantenían el lugar en buenas condiciones.

—No por nada nos arriesgamos —soltó Enoch, descansando su cuerpo en un sofá que había en esa sala.

—¿Has encontrado algo nuevo, Rhaena?

Caminó hacia un lado, donde se encontraba un enorme escritorio con diferentes tamaños de pantallas, dejando ver cámaras de la ciudad y de diferentes tiendas.

—Hasta el momento, sigo manteniendo mi opinión de robar el jodido Labels Humans, es lo que nos daría lo que buscamos.

—No creo que sea el momento, ya lo hemos hablado, iremos por cosas pequeñas y luego —dijo mientras se sentaba al lado de ella—, a lo grande.

—¿Un banco? —habló el conductor.

—Asi es, Elysian, el banco central será nuestro futuro —se apoyó más de lo debido en su asiento para ver el lugar completo.

Eran cinco en aquel lugar, iluminado de diferentes lados, con una mesa bastante amplia en el medio, sillas de diferentes formas y comodidades por doquier.

—Orphie —una voz nueva se había hecho presente, siendo el joven de máscara naranja quien le ofrecía un teléfono.

—¿Quién es?

Alarmada, se levantó de aquella silla casi tirándola, pero fue levantada por el muchacho que le había dado el teléfono.

—Luther.

Todos giraron a mirarla, viendo cómo esta frunció su rostro y se fue a otra sala para hablar.

—¿Sí?

—¿Qué tenéis?

Aquella voz masculina demandante, provocaba que a Orphie se le erizara la piel y se colocará a la defensiva.

—Pocas cosas —no quiso dar más información, colocando su voz ronca.

—No te creo, Orphie.

—Comparado con lo que tus hombres roban, padre, es bastante poco.

Le parecía irónico que buscará en su grupo material que sus muchachos lograrían en unas pocas horas, sabiendo que ellas tardarían semanas.

—No quieres darme una parte —terminó de afirmar su padre, el cual cerraba una puerta para luego sentarse bruscamente sobre un sofá.

—Claro que no, tú no me quieres dar armas.

—Bueno, la mitad de tus joyas por armas, las que quieras —comenzó a negociar moviendo sus manos.

—No, no haré negocios contigo —con intenciones de cortar, no logró finalizar la llamada al escuchar nuevamente la voz de su padre.

—Vale, no te llamaba solamente para eso, te necesito para esta noche, a las 20 horas. Hay una fiesta en una mansión e irás conmigo como mi hija, obviamente a los chicos los necesito también.

—¿Para qué me quieres allí?

Durante la llamada, Orphie caminó por todo el cuarto con desconfianza y bastantes nervios, le daba curiosidad pero a la vez menos.

Su padre era el tipo de persona que si tiene que mandar a su hija a pelear a muerte, lo haría sin lamentarse luego.

—Haré contactos con un holandés que maneja una gran empresa internacional y mueve mucho por el lado negro.

Se quedaron ambos en silencio, a lo que Luther bufó y tiró en su escritorio su corbata.

—Joder, sí, te llevarás solo un jodido diez por ciento —terminó negando con la cabeza, arrepentido de lo que dijo.

—Estaremos allí.

A lo que con una gran satisfacción, Orphie finalizó la llamada.

Luther desabotonó su camisa, se sacó su chaleco y estiró su brazo para llamar a otro hombre, el cual fue su mano derecha.

—Diles a los muchachos que les envíen la información y comiencen a prepararse.

El señor asistió, acomodo la vestimenta de su jefe y se fue de la sala en total silencio.

—Rhaena, te llegará un archivo en unos instantes —dijo Orphie saliendo de la sala para ver a todos con sus rostros interrogantes—, debemos salir esta noche, es una fiesta en la que Luther necesita ayuda, con un holandés.

—¡Una fiesta! —dijo la chavala que había terminado de ordenar y contar lo robado.

—No creo que tengamos que matar a alguien, Dhaena —Orphie sonrió, acariciando la cabeza de esta—, ¿Y Effie?

—Se ha ido a comisaría, dijo que tenía que hablar unas cosas con Edison —dio a conocer Elysian, que luego comenzó a jugar videos juegos con Enoch.

Esta arrugó su nariz y se volvió a sentar sobre la silla que anteriormente casi tiraba.

—Ha llegado —dijo de repente Rhaena, abrió el archivo y comenzó a leerlo en voz alta—, "La mansión queda entre Eclipse Boulevard y Rockhardon D1, a las 20hs. Deberán de vestir de negro con una cinta amarilla, armados con una pistola MK22 con balas de 9mm, con linterna y radio, usar la 76.4. Dispersados por toda la fiesta, no habrá ninguna orden de secuestro ni asesinato, a no ser que lo mande el jefe en el momento. Solicitamos que tengan sus cabellos recogidos y bien peinados para ambos géneros, lucir impecables y elegantes, traigan con vosotros vehículos y acatar órdenes de Luther cuando sea necesario. No hablar con ningún invitado, la policía estará allí de manera cubierta, mantener perfiles bajos."

—No han dado información de por qué iremos —Dhaena arrugó su cara.

—Mi padre hablará con un holandés para meterse más en el mercado negro y conseguir contactos —cruzó sus piernas y siguió pensando.

—A lo último dice que debemos de tapar algunos tatuajes que se hayan hecho dentro de la banda —bufó Rhaena, dejando caer su cuerpo en el respaldo.

—Vale, manos a la obra, ¿Cuánto hemos conseguido, Dhae? —interrogó Orphie, girando hacia la chica.

—No lo suficiente para armas, pero si para comprar las plantaciones y mantener todo seguro durante tres meses —dejó caer en las manos de esta, unas hojas con un registro de todo.

—Venga, debemos de planear lo de hoy en la noche, nos llevaremos un 10% de lo que queramos, así que cogeremos armas de ellos, al menos las necesarias —sonrió leyendo las distintas cantidades de joyas.

Pasaron las horas y la gran mayoría se comenzó a preparar para la fiesta, buscando en diferentes cuartos el armamento.

Los sonidos de diferentes zapatos, era lo único que se escuchaba, además de suspiros y bufidos, intentando colocarse aquellas cintas amarillas en algunas partes de sus vestimentas.

—Jodido dios, este vestido ya no me quedará para la próxima —dijo Orphie mientras organizaba su cartera.

Su cabello se encontraba recogido en una coleta y dos trenzas largas que caían por su espalda a medio descubierta, aquel vestido negro básicos, con hombros descubiertos, le daban aquel toque elegante que le quitaban sus tatuajes.

Aquel brazo cuya manga tatuada, ya no era una manga, sino un brazo con tatuajes en zonas específicas.

—Diablos, te ves un poco diferente, sin esos —desde la entrada principal, se encontró al joven de cabellos rubios.

—¿Por qué cojones has ido a hablar con Edison, Effie? —volteó con seriedad, acomodando su cartera en su brazo y colocar por último la cinta cruzada en su cintura.

—Tenía algo pendiente, descuida, los chicos me han informado y he llegado listo —hizo un giro 360 en su lugar para sonreír—, de verdad lo digo, quiso verificar si el día de ayer le había dejado el coche a Dhae, porque la muy... le han multado por exceso de velocidad y me han colocado la multa a mí.

—Vale, dejaremos esto para otro día, venga, hay que irnos —soltó un suspiro y comenzó a caminar hacia donde se encontraba su amigo.

El grupo fue en autos separados, a lo que Orphie con los dos chavales, habían cerrado el galpón con las alarmas y seguros activados, marchando hacia la mansión.

—Oye, Effie, ¿Acaso te gusta Edison? —consultó Elysian desde el asiento trasero.

—¿Por qué preguntas? —giró a mirarlo desde el asiento de acompañante, frunciendo sus cejas.

—Mm, me han dicho que pasan bastante tiempo juntos —movió sus cejas de arriba hacia abajo, pero la conductora no les habían prestado su atención.

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