No necesito una niñera

-No quiero a una maldita cuidadora- escuché el alboroto dentro de la habitación, necesitaba este trabajo, que haría si ya no me contrataban- creen que soy un niño.

-Cariño, debes entender, tu padre y yo tenemos que viajar y no puedes quedarte solo y ya que no quieres una enfermera calificada, pues contratamos a esta chica, solo estará pendiente de lo que necesites-.

-¡No quiero a nadie, no la necesito....

-¡basta Andrew! es suficiente lamento mucho lo que ocurrió, no tienes que desquitarte con los demás, sabes bien que tú eres el único responsable de eso.... ella va a quedarse y no quiero escuchar nada más.

Ese era mi padre siempre imponiéndose, llevaba años viviendo solo, desde que me independice no los volvía a ver, una que otra llamada... se dedicaron a viajar y disfrutar su vida, no los culpe, eran jóvenes y yo ya un adulto....

tengo 25 años viví mi vida como quise, Llena de descontrol, trabajaba en la empresa familiar pero me encantaba divertirme...

mi vida se reducía a trabajar de día y en las noches fiestas, alcohol, cigarrillo, y muchas cosas más....

Empecé una relación con Alison, la maldita Alison, creí que me amaba, pero el día que quede postrado en esta maldita silla descubrí la clase de mujer que en verdad era...

Lo peor es que la veo muy seguida, no había salido bien del hospital cuando ella ya están en una relación con mi primo... Pero esta historia se las cuento en otra ocasión, volvamos con la cuidadora que me acaban de imponer....

La veo entrar, con una sonrisa nerviosa, se ve tan simple, tan aburrida... trae una trenzas que caen por sus hombros, me mirá y espero ver esa expresión de lastima que da todo el mundo, pero ella actúa normal como si está maldita cosa en la que estoy sentado se pudiera ignorar.

-Un gusto me llamo Kary, seré tu compañía de ahora en adelante, lo que necesites solo pídelo- me sentía nerviosa, su mirada sobre mi me está sofocando, sus enormes ojos grises no deja de observarme de un manera que no sabía explicar.

-Me vale un carajo como te llames, no creo que aguantes la semana aquí-dijo aquello y solo pude observarlo, ya sus padre me habían dicho que desde el accidente había adquiero muy mal humor...-no te metas en mis asuntos, no necesito una niñera y mucho menos una cría como tú...

-No soy una niñera.. bueno no a menos que te consideres un niño- me dijo eso y volvio a sonreír, recorrió la habitación abriendo las ventanas, odiaba eso, prefería estar así sin ver nada fuera de aquí, ver los días tan perfectos, me hacían sentir más miserable.

-Te dije acaso que la abrieras- le dije señalando las cortinas que acababa de correr.

-Es un día hermoso, no veo porque no querer ver el maravilloso día... te gustaría salir a dar un paseo... el aire puro te va caer de maravilla

cuando era niña iba mucho al campo, y puedo asegurarte que no hay nada mejor que estar al aire libre.....

seguía hablado sin parar, y yo solo rogaba a mis adentros que parará, me estaba irritando, me valia un carajo la historia de su niñez, quería estar solo, pero ella seguía con su estúpida historia, sentía que ya me empezaba a doler la cabeza.

-¡Eh! podrías parar... tu historia no me interesa, estás dándome dolor de cabeza.. deberías aprender a permanecer callada.... ahora sal de aquí, prefiero estar solo.

salí de allí, dedicándole una sonrisa, controlando las ganas que tenia de decirle unas cosas... pero no podía necesitaba este trabajo, pagar muchas deudas, solo tenía que soportar al ogro dentro de la habitación.

me recosté en la puerta después se salir, solte un suspiro no tenía ganas de quedarme, pero no podía hacer nada. tenía una deuda enorme que cubrir, mi trabajo en el bar no me daba para cubrir todo.

solo tengo 22 años y ya estoy arrastrando con deudas de juegos, préstamos con intereses excesivo, pagarés.. la mayoría de las chicas de mi vida estaban estudiando, enamorándose , disfrutando su juventud, pero tenía que surrarme trabajando para pagarle a mi padre sus deudas.

se que no es justo, pero que ma podía hacer, es mi padre y no puedo solo venir y olvidarme de él... se que tiene un serio problema con las apuestas, necesita ayuda, pero el se niega a tomarla y yo pues soy su hija...

camine hasta la cocina a buscar una bebida para Andrew, aunque me callo de la patada, tenía que tratarlo bien, de eso depende mi estadía en este trabajo.

solo rogaba el cielo, tener la fuerza y la paciencia necesaria, para tolerar los desplantes y el mal carácter de mi jefe, no podía perder esto, ya había sacado cuentas y si todo marchaba bien en 6 meses ya podrá haber cancelado la mayoría de las deudas, solo rogaba que está vez papá cumpliera su promesa y dejara de adquirir deudas y sobre todo ponerlas a mí nombre.

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