Cerca de las 10:00 de la mañana nos vamos camino a la guardería y luego nos vamos camino al hospital, al llegar a las puertas de urgencia donde me tocaba comenzar mi turno en unos minutos, en un banquito fuera del hospital se encontraba Thiago esperándome estaba con su brazo vendado, me acerco y le digo olvidando el tema que tenemos pendientes, que todavía no le toca sacarse los puntos, a lo que él hace oídos sordos y se me acerca furioso agarrándome del brazo y me grita que no me haga, que deje de fingir que yo se perfectamente de lo que tenemos que hablar.
-¿Pero qué pretendes? – dije furiosa.
-Apareces y se supone que yo tengo algo que decirte, no estás muy equivocado.
-Por favor solo vete – dije tristemente.
-No me voy a ir hasta que hablemos – dijo muy seguro de si mismo.
- Esta bien si eso quieres – dije añadiendo – ¡Vamos hablar!
- Bueno – dijo mucho más calmado.
-Salgo a las 21:30 de la noche.
-Acepte – y me marche más tranquilo a su respuesta.
Me gustaría decir que tuve tiempo para pensar lo que le iba a decir pero es que en la guardia no te da tiempo de pensar en otra cosa que no sean las urgencias que van ingresando algunas leves y otras más complejas e incluso graves. Cuando se hizo la hora de ir a recoger a mi hijo salí del hospital en busca de el para llevarlo a casa y dejarlo con Cleo, que hoy ella no le tocaba trabajar y me hizo el favor de cuidarlo, siempre que trabajo me gusta dejarlo con Emily que es la chica que lo cuida desde pequeño pero hoy no podía porque asistía con su padre al médico. Cuando llego al departamento veo que Sofí no se encuentra en casa, hace tiempo que se que esta por dejar la carrera e irse a estudiar fuera, pero no se cuando nos lo iba a contar ella yo me entere por una carta de una escuela que habían dejado del correo una mañana muy temprano.
De regreso al hospital a seguir mi guardia ya que solo tenía permitido ir en busca de Nico y dejarlo en casa siempre y cuando volviese de regreso al trabajo ya que cuando empecé en el programa dije que tenía un hijo al que solo lo podía ir a buscar yo por lo que me permiten salir.
Pasada la tarde y cumpliendo con mi horario habitual voy de salida, donde ya afuera me estaba esperando el apoyado en el capo de su auto todo negro, me dirijo hacia el saludándolo con un corto beso en su mejilla devolviéndome el saludo.
-No sabia que ibas a pasar por mi – dije despacio.
-No quise que te me fueras a escapar – dijo sonriente.
-Esta bien supongo – dije dejando mi auto en la playa de estacionamiento.
-¿A dónde vamos? – Pregunto.
-Vamos algún café – dije contestando a su pregunta.
En el camino no pude evitar pensar en lo guapo que esta los años no le hicieron justicia, sigue igual de guapo que aquel día en el que nos dimos nuestro primer beso la noche en que paso todo, saliendo de mis pensamientos noto que ya habíamos llegado, estaciona su auto y se baja rápidamente abriéndome la puerta como todo un caballero.
Una vez ya sentados en un mesa para dos que tenia vista hacia afuera, una noche llena de estrellas, si estuviéramos saliendo seria la noche perfecta, pero no es este el caso.
-Mira si te pedí que habláramos es porque necesito que me aclares algo.
-Por favor, necesito que no me mientas – dijo seriamente.
- Asentí – con la cabeza.
-Tu hijo Thiago Nicolas - ¿Es mi hijo? – Le pregunte.
-No pensé que fueras tan directo – mis ojos se llenaron de lagrimas y los latidos de mi corazón se aceleraron.
-Contesta, lo necesito saber – Estaba nervioso.
-Sí, el es tu hijo, nuestro hijo – Al decir esas palabras no pude evitar romper en llanto.
-No lo puedo creer tengo un hijo del que no tenia ni idea – le dije descaradamente.
-Déjame explicarte, por favor – Le dije.
-¿Qué se supone que me expliques? – Le grite – dándole la espalda.
-Me mentiste, le mentí a el que sínica que eres – Deje que la rabia se apiadara de mi y le grite – Te lo pienso quitar.
-Te lo voy a quitar – Volví a repetir las mismas palabras – Marchándome.
- No – Dije quedando muy alterada con lo que acababa de oír.
Tome un taxi que me dejo en mi casa no me sentía bien como para ir a buscar mi coche y conducir en ese estado mas siendo doctora que veo miles de casos sobre accidentes por conducir el mal estado.
Al subir al departamento, veo que estaban todos durmiendo por lo que decido ir hacia mi habitación y tomar una ducha bien fría pero no sin antes escribirle a Fede que si mañana en la mañana nos podíamos ver en el departamento temprano que era urgente.
Después de esa larga ducha me quede pensando en las palabras que tanto daño me hacían, nunca pensé que él fuera capaz de hacer eso de tanto llorar me termine quedando dormida.
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