Han pasado quince días de aquel acontecimiento; las noticias es de todo lo que se habla en estos días y el pánico arrasa a toda la ciudad.
Tuvieron que ponernos un toque de queda para proteger a los ciudadanos.
¿Y a qué se debe todo este alboroto?.
Aún no existen pruebas concisas del caso, pero se sospecha de un grupo personas que anda cometiendo los asesinatos.
Estos criminales dicen hacer justicia y matar a personas que realmente se lo merecen.
Siguen a sus víctimas como si fuesen sombras, y antes de asesinarlas dejan mensajes para que estas sepan que ya es su hora; consisten en manchar sus puertas con sangre y dejar aves muertas en las mismas.
Todas las divisiones policiales están trabajando en este asunto, mi padre luce demasiado cansado y estresado.
Por otro lado, a Julián y a mí, no nos ha pasado nada. Tampoco hablé con él respecto a los mensajes de aquel desconocido.
Ahora nos encontramos de regreso a casa, como entramos en el receso invernal decidimos que sería buena idea comenzar a salir un poco.
Lucy
La pasé muy buen el día de hoy. Es una pena que debamos de regresar por el toque de queda.
Julián
Si en verdad que lo es *suspira*
Julián
Hoy... Por un momento me olvidé de todo lo que estamos viviendo.
Lucy
Hay que repetirlo.
Julián
Lo haremos.
Le extiendo mi mano sonriendo y él la toma devolviéndome el gesto.
Pronto nuestras manos se separan porque Julián la necesitaba para pasar los cambios.
Julián
Esta noche podrías quedarte en casa *enciende un cigarrillo aprovechando un semáforo en rojo*
Julián
Podemos hacer como cuando éramos niños *expulsa la primera bocanada de humo y me sonríe*
Lucy
Pizza.
Julián
Gaseosas.
Y luego acabamos gritando al unísono.
Lucy
¡Historias de terror!
Julián
¡Historias de terror!
Sí. Definitivamente, el tiempo con él se me pasaba volando. No podíamos volver el tiempo atrás, pero si podríamos recrear aquellos instantes.
19:56 hs
Julián
Llegamos sobrados *dice en tono burlón*
Lucy
Si, y con cuatro minutos de sobra *le sigo el juego*
Julián
Cuatro minutos... *se hace el que piensa*
Julián
Se pueden hacer muchas cosas en cuatro minutos.
Julián ve mi cara de asombro y automáticamente dice:
Julián
¡Mal pensada! ¡Eso que estas pensando no es de Dios!
Bajamos del auto entre risas y empujones; cuando ingresamos a su casa vimos que Lana (la hermana de Julián) había dejado una nota en donde decía que pasaría unos días en la casa de su novia.
Mientras Julián cocinaba yo le avise a mi madre que me quedaría con él; podría estar ayudándolo, pero la cocina no es un lugar al que me permita que me acerque, al menos no después de que casi le prendí fuego la casa.
Después de ese día descubrí que el fuego y el aceite no son los mejores amigos.
Julián
¿Ya te volviste loca? *dice sentándose a mi lado*
Lucy
No, solo me rio de tu cara llena de harina *lo señaló*
Julián
Eso nos demuestra que las pizzas van a estar buenísimas *besa sus dedos y los abre*
Lucy
Algún día algo hará estallar tu burbuja de egocentrismo *digo de forma sarcástica*
Julián
No estés tan segura de eso mi amor.
Me da una sonrisa ladina y el sonido del reloj proveniente de la cocina, hace que Julián sé marcha de mi lado.
Por lo tanto, yo me dispuse a buscar historias de terror para que leyéramos; en cuanto acabe aquello decidí ver mis redes sociales y me tope con un posteo de un canal de noticias.
Tras leer eso llame a Julián a los gritos.
Julián
¡¿Qué pasa?! ¡¿Por qué gritas?!
Lucy
¡Mira! *le extiendo mi celular*
Julián
Maldita sea...
El noto mi preocupación y enseguida me abrazo.
Logro darme aquella contención y pude calmarme.
A pesar de la situación pudimos pasar una noche agradable, pero jamás imagine que en la mañana unos mensajes
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