Arturo está preocupado pensando que puede perder a Ana Eugenia, decide hacer un plan para no dejarla ir y tenerla con él, esto lo hace porque está muy enamorado de ella.
Decidí ir para donde Martina en el momento en que no esté Ana Eugenia.
- Estoy angustiado, pienso que estoy apunto de perder a Ana Eugenia.
- ¿Estás seguro de que estás enamorado de ella?
- Claro que sí todo este tiempo que estaba pasando con ella con la idea de conquistarla.
- No sé Arturo siempre te entusiasma con cada mujer que a veces dudo de que sepas realmente lo que es el amor.
- Estoy seguro de que estés el amor de mi vida y no voy a dejar que se me escape.
- A veces hay que dejar ir para saber si el amor es real.
- Tengo un plan para que se quede conmigo.
- ¿Cuál es el plan?
- Es darle la oportunidad de que tenga su propio apartamento aquí en Italia ya que ya vino fue buscando vender la casa de su abuela es porque tiene necesidades económicas así que si le doy lo que ella necesita es seguro que se queda conmigo.
- No sé Arturo tengo mis dudas pienso que Ana Eugenia es diferente a las mujeres que has conocido.
- ¿Por qué dices eso?
- Todas las mujeres que han estado contigo hasta ahora son chicas que solo tienen intereses materiales, por lo tanto se te ha sido fácil conquistarla, pero si Ana Eugenia no es así ese plan que tú tienes no dará resultado.
- Ella vino buscando la casa de su abuelita para venderla, así que tiene necesidades económicas.
Mientras tanto Ana Eugenia estaba caminando por Roma conociendo sus calles y hablando un poco con la gente se dio cuenta que tenía la oportunidad de hacer su acto en algunos lugares públicos de la ciudad así que habló con algunas personas para que le dieran la oportunidad de trabajar en las calles.
- Sí como le sigo diciendo si me da la oportunidad de trabajar con usted ya que yo no tengo el permiso para hacerlo, en un momento que usted lo decida puedo hacer mi acto y lo que gane la mitad es suyo señor Alfredo.
- Eres bien persistente eso me gusta así que te voy a dar la oportunidad yo trabajo todas las tardes cuando quieras ven y te daré un tiempo libre para que hagas tu acto no importa lo que ganes es todo tuyo ya que veo que tienes necesidad de tu dinero.
- Es usted muy amable señor, vendré mañana en la tarde.
Cuándo llegó a la casa le contó a Martina y Arturo lo bien que le había ido y la oportunidad que le había dado el señor Alfredo de trabajar en la calle.
- Tú no tienes necesidad de eso para eso soy tu amigo sabes bien que estoy para ayudarte te daré todo el dinero que necesites, no tienes porqué trabajar en las calles.
Está actitud no le gustó para nada a Ana ya que ella había decidido ser independiente y disfrutar su vida a su manera.
- No es un asunto solo de dinero Arturo, es tener dignidad como persona, ganar mi propio dinero sin tener que contar con el de ustedes, más bien tanto tú como Martina me han ayudado muchísimo, pero necesito hacer valerme por mí misma por mi propia dignidad e independencia.
- Pensé que tú y yo teníamos algo, y que podíamos ser más que amigos tú me gustas demasiado, para mí no es ningún problema darte dinero.
- Sé que anoche tuvimos un momento de amor, me gustó mucho besarte estar contigo abrazada, pero no debes pensar que estoy contigo para que me des bienes materiales.
- No quiero perderte estaba por plantearte que yo te puedo dar un apartamento aquí en Roma no tienes necesidad de ir a vender la casa de tu abuela, puede quedarse aquí y si necesitas dinero te lo daré para que le mandes a tu mamá así siempre te quedas conmigo.
- Siempre me parece mucho tiempo, aunque siento algo muy especial por ti no quiero confundirme nuevamente en el amor, así que tendrás que darme tiempo para tomar una decisión.
- Está bien, será como tú quieras.
Al día siguiente en la tarde Ana Eugenia se fue muy entusiasmada para donde estaba el señor Alfredo, cuando tuvo la oportunidad hizo todo su acto con su vestido favorito el rojo las boleadoras como las pinto de dorado hacía un buen juego con los accesorios que llevaba las personas la aplaudían esto le dio mucho orgullo de sí misma ya que nunca se había imaginado que era capaz de hacer algo así en su vida, el consejo de su amiga de tener confianza en sí misma y no darle entrada al miedo a las nuevas oportunidades, fue su punto de partida para comenzar esta aventura.
- De verdad me ha sorprendido tu acto, no pensé que fuera tan bueno.
- Gracias por darme está oportunidad y como le prometí le daré la mitad de mis propinas.
- Ya te dije que no es necesario, yo no quiero cobrarte.
- Yo insisto eso hará que vuelva mañana.
Cuando llego a la casa estaba tan entusiasmada contando todo lo que le había pasado y cómo se sentía de haber tenido la valentía de hacer aquel acto en la calle y ganar su dinero dignamente.
Arturo no podía entender ese entusiasmo de Ana Eugenia ya que él dinero que tenía era adquirido por herencia de sus padres, jamás había trabajado tanto para ganar su propio dinero , siempre contaba con el respaldo de su familia, así que trabajar en la calle como lo hacía Ana era muy difícil entenderlo.
- No es el hecho de trabajar en la calle, es el sentido de independencia que todo esto me hace sentir, realmente no quiero dejarlo me siento tan feliz, que no puedo aceptar tu propuesta, ya que aceptarla sería para mí en estos momentos entrar en una prisión, no quiero eso, estoy segura en que lo que siento por ti es una amistad sincera no es amor y no quiero que nos confundamos.
- Nunca había conocido una mujer como tú de verdad me siento dolido pero respeto tu decisión.
- Siempre te voy a agradecer todo lo que has hecho por mí y quiero mantenerme en contacto contigo tal vez en otro momento nos volvamos a ver y podrás entender lo que yo siento.
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Helena Ramirez Vargas
Zas le dió en el ego
2023-02-02
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