Capitulo 5

Lucas hablo con Bruno.

—Hermano, creó que me voy para Brasil.

—Y eso Lucas, vienes a ver a Mónica—Dijo con el ceño fruncido

—Ojala fuera eso, es que estoy saliendo con alguien y bueno, quedó embarazada—Dice con pesar

—¿Que? Lucas ¡te has vuelto loco!—Dice asombrado, por qué su amigo es tan cuidadoso con ese tema.

—Bueno que te puedo decir, se me salio de las manos—Encoge los hombros, el mucho menos se espero una cosa como esa.

—Aja y ¿que tiene que ver eso con que te vas a venir para Brasil?—Pregunto confundido

—Es que ella es brasileña, y me propuso irnos para allá, y por eso te llamó, ¿Te gustaría iniciar una academia de arte conmigo?

—¿Estas hablando enserio Lucas? ¿estás seguro de lo que dices? no me vas a venir a decir que aceptaste venir a Brasil solo por complacerla—Dijo acusatorio, el conoce bien a Lucas y sabe que hay algo más.

—Lo hago por el bien de todos, que cosas se te están metiendo en la cabeza, mejor dime si o no vamos a emprender ese proyecto juntos.

—Claro tú sabes que cuántas conmigo para eso y para todo, queria comentarte algo.

—¿Que paso? ¿Que me vas a decir? ¿se trata de ella?—Pregunto emocionado con un brillo en sus ojos

—Si, es ella la Vi el otro día que me la encontré en el hospital cuando fui con mi mamá.

El corazón de Lucas aleteo queriendo salir de su pecho—¿Te pregunto por mi?—Su voz tiembla .

—Si, me preguntó cómo estabas—Fue sincero porqué la doctora había preguntado por el y debía decirle a su amigo.

Lucas suspiro emocionado y una sonrisa apareció en su rostro haciendo que las arrugas que están alrededor de sus ojos se pronuncien.

—No lo puedo creer, ella se acuerda de mí—Lucas actúa como un adolescente enamorado, bueno bien dicen que para el amor no hay edad, y cuando te enamoras tengas la edad que tengas la actitud cambia.

—Lucas piensa bien las cosas, si vienes a Brasil no la puedes buscar porqué ahora estás comprometido, y Mónica es una mujer echa y derecha y no creo que acepte ser tu amante.

—Y yo no pienso que ella sea mi amante, jamás la haría pasar por algo como eso—Dijo molesto consigo mismo, por no haber echo mas para tenerla—Te llamo después Bruno gracias por todo hermano.

Bruno pensó "Si supieras quien compró el cuadro que mas te gusta" rio para si mismo sabiendo que Lucas estando cerca en el mismo país no iba a evitar buscarla y querer intentar algo con ella.

Lucas volvió a entrar a su casa, su mirada y sus facciones eran otras, se le nota tanto la dicha que Emma lo noto enseguida.

—¿Lograste hablar con tu amigó?—Se acercó a él colocando sus manos en los hombros del hombre.

—Si—Dijo solamente y se sentó en el sofá, con la mirada perdida.

—¿Todo bien?— Insistió al ver el cambio de humor en su pareja.

—Todo bien, tranquila nos vamos a Brasil—Dijo sonriendo abiertamente.

"¿Por qué está tan feliz? no creo que sea el viaje a Brasil, ¿sera que vio o hablo con la mujer esa del cuadro?" pensó la joven, y su mente comenzó a trabajar en base a ello, Lucas sin querer está llenando de celos, de dudas y de odio a Emma en contra de una mujer que ni siquiera conoce.

Todo está listo para volver a Brasil, Emma está emocionada y dudosa, tendrá que vivir en la casa de sus padres mientras Lucas puede conseguir algo para vivir ya que van a invertir todo lo que tienen en una academia de arte, ella solo espera que su madre no ponga el grito en el cielo, pero a ella muy poco le importa lo que su mamá piense, eso dejo de importar cuando su padre murió según ella "Por culpa de su mamá".

El día llegó y partieron rumbo a un nuevo destino, Emma enamorada y con las esperanzas puestas en su novio, mientras Lucas lucha en contra de lo que siente, deseando no coincidir con Mónica, pero como lo digo siempre el destino es incierto y no sabe las sorpresas que tendrá en Brasil, en su nuevo hogar.

Llegaron a Sao Paulo, tantos recuerdos, de esta ciudad, y casualidad viven en el mismo estado. Llegan a la casa se bajan del taxi y entran las maletas.

—¡Mama, mamá! ¿estás en casa?—Dice Emma, pero no responde nadie

—Señorita Emma, ¿usted aquí? Su mamá se pondrá muy feliz.

—¿Mi mamá? —Pregunta ignorando la emoción de la mujer.

—Ella aún no ha llegado, debe llegar más tarde.

Emma se va y no deja que la mujer termine de hablar

—Tan grosera como siempre—Dijo la señora del servicio y Lucas se disculpo.

—Emma no te parece que fuiste muy grosera con esa señora—La reprende Lucas.

—No, claro que no—Dice cínicamente.

Suben a la habitación y dejan las maletas, Lucas se da un baño y se vuelva a vestir.

—¿Vas algún lugar? —Inquiere la mujer.

—Voy a la galería necesito hablar con Bruno—Responde atandose los zapatos.

—Pero deberías descansar no sé, quizá podamos estrenar la casa, aprovechar que mi mamá no está—Coloca las manos en el pecho de una forma muy sensual.

Lucas le da un pequeño beso—Lo siento nena, debo irme Bruno me espera.

Si hubiera Sido en otro momento el no lo hubiera pensado, pero en este momento va de camino al hospital deseando que ella esté allá, porqué de otra manera no sabe dónde buscarla.

Salió de la casa y subió a un taxi, Hospital Albert Einstein —Le da la dirección y enseguida se marcha.

Emma mira por la ventana de su habitación a su hombre marcharse.

El taxi lo deja en la entrada, Lucas entra y pregunta por ella, le indican el piso y el sube.

—Buenas tardes ¿en que le puedo ayudar?—Pregunta la asistente de Mónica.

—Buenas tardes, busco a la doctora Mónica Da Silva

—¿Tiene usted alguna cita con la doctora?—Pregunta y lo mira esperando una respuesta.

—La verdad es que no, señorita yo le voy a decir la verdad, es que quiero hablar con ella necesito hablar con ella—Lucas casi suplica.

La chica se le quedó mirando y pensó que este es el italiano del cual Mónica le había hablado—Muy bien lo dejaré entrar pero sea breve la doctora es una mujer muy ocupada.

Lucas esbozo una sonrisa enorme—Grazie le dijo y la chica Sonrió.

—Cuando salga un paciente que está con ella puede entrar.

Lucas se sentó y espero por alrededor de 15 minutos que se desocupara, cuando la puerta del consultorio se abrió Lucas se puso de pie y su corazon comenzó a latir de forma acelerada.

La asistente de Mónica se levantó y le hizo una señal para que espere.

—¿Fatima ya no tengo más pacientes por hoy? Me voy a dar una ronda

—Doctora hay un señor que dice sentirse muy mal, taquicardia y le falta la respiración.

—Fatima sabes que para eso está el cardiólogo.

—Monica atiende al señor que el doctor Sánchez está full, pobre se ve muy mal—Dijo con una sonrisa

—Bueno hazlo pasar entonces—Se puso a organizar unas historias clínicas mientras el paciente entra. Escuchó la puerta cerrarse y sin levantar la mirada de lo que estaba escribiendo—Puede sentarse ya le atiendo, pero las fosas nasales de la doctora se inundaron de un olor familiar. Lo aspiró y termino de escribir—Digame que es lo que siente señor—Levanto los ojos y se consiguió con la mirada de Lucas.

—¡Hola Mónica!—Le saludo con una sonrisa de medio lado.

—¡Lucas! ¿que haces aquí?—Se levanto con una sonrisa nerviosa.

—Vine a verte, ya que no respondes mis mensajes ni mis llamadas, entonces quise que fueras tú la primera persona que me viera en la ciudad.

Mónica trago saliva—Ya ha pasado más de un año, ¿no vas a dejar de insistir?—Dijo con tranquilidad, aparentando que no le importa la presencia del hombre.

—Es que, me dejaste hechizado Mónica, no te puedo sacar de mis pensamientos ¿no se que me pasó contigo?—Dijo frustrado de que a pesar que haya pasado más de un año ella siga ocupando sus pensamientos.

—Eso se llama orgullo de hombre, sabes ustedes los hombres no pueden aceptar que una mujer se acueste con ustedes y luego los rechacen.

—¡Claro que no!—Dijo ofendido—que cosas dices eso no es así Mónica, tu me gustas me gustas mucho, desde el momento que me chocaste el auto—Lucas rodeo el escritorio a pasos apresurados para llegar a ella.

Mónica retrocedió dos pasos y choco con la silla que tiene detrás, Lucas la tomo de la cintura y pegó la frente con la de ella—Dime que no mueres de ganas por qué te bese, porque te toque porque te haga mia, como esa noche—Ella movía sus ojos tan rápido mirando los de él, sintió como algo dentro de ella se derritió nuevamente algo que ella pensó estaba muerto, pero está dormido.

—¡Lucas por favor!—hablo con dificultad siendo que lo único que quería era que la besara, tanto la respiración como su corazón están acelerados.

—Por favor tu Mónica, me tienes mal, no hay un maldito dia que no te piense—Coloco su mano en la espalda de la mujer y la atrajo más, como si quisiera fundirse en ella—Dime que no sientes nada por mi.

—Lucas yo...

No pudo decir más por qué el italiano le cerró los labios con un beso fuerte, lleno de pasión, deseo, Mónica cerro el puño de sus manos sobre la camisa del hombre correspondiendo al beso, con la misma intensidad.

El beso subió de tono rápidamente y Lucas la subió sobre el escritorio y jugó con su cuerpo con una agilidad con las manos de un experto, cosa que enloquecían a la doctora.

Se dejaron llevar por el deseo la pasión, y como nadie interrumpió pues ellos no pararon hasta estar satisfechos.

La pareja se está arreglando la ropa después de haber terminado—Lucas esto está mal, le he faltado a mi sitio de trabajo te imaginas que hubiera llegado alguien—Dice afligida por la locura que acaba de cometer.

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