Quede con mi mamá de partir muy temprano, así que tenía muchas cosas que hacer, pedí permiso en mi trabajo, ya que me ausentaría un par de días y llame a Isabela para comentarle que me iría y claro llego inmediatamente a verme, ella quería saber exactamente que tenía pensado hacer, así que le platiqué todo lo que Fabiola me contó y su reacción fue --¡de ninguna manera te vas a ir sin mí! Crees que harás esto tu sola yo iré contigo-- pero Isabela mi mamá me va a acompañar no voy sola, -- mira Ana, tu mamá tiene que quedarse para estar con tu papá, en cambio, yo, siempre he ido contigo, con esas personas charlatanas pero ahí estado, solo espero que en esta ocasión si te ayude de verdad-- créeme yo también lo espero, bueno no perdamos el tiempo y comentemos a mi mamá a ver que opina, nos costó un poco de trabajo convencerla pero al final accedió, así que me iría con Isabela y mi mamá se quedaría con papá, así me sentía un poco más tranquila de no dejarlo sólito, Isabela se fue rápidamente, ya que tenía que arreglar sus cosas y pedir permiso en su trabajo, lo bueno es que ella trabajaba en el negocio de sus padres y no tenía mucho problema cuando se ausentaba y su hermano mayor era quien siempre estaba a cargo.
Al día siguiente tomamos el autobús muy temprano, ya que eran siete horas de camino, llegaríamos por la tarde comeríamos algo y después iríamos directo a ver a la señora Constanza, Isabela se durmió casi todo el camino, yo me caía de sueño pero tenía miedo quedarme dormida, así que solo dormitaba, que tal si en una de esas me ganaba el sueño y una de mis pesadillas se hacía presente no quería ponerme a gritar como loca y espantar a todos los pasajeros del autobús, por fin llegamos a Guadalajara, era una ciudad muy bonita, muy grande por cierto, ya que era la primera vez que la visitaba, no conocía nada de ella, tomo el celular y le llamo a mamá para avisarle que ya estamos aquí, bajamos y fuimos a buscar algo de comer llegamos a un pequeño lugar donde vendían la típica comida de aquí, pedimos unas ricas tortas ahogadas y después tomamos un taxi para dirigirnos a donde vivía la señora Constanza, estaba bastante retirado de donde nos encontrábamos, ya que su casa se ubicaba a las orillas de la ciudad, lo buena era que no habíamos apartado hotel, así podíamos buscar uno que se encontrara cerca del lugar a donde nos dirigíamos.
Por fin después de un buen rato, llegamos a su casa era una hermosa casita, muy sencilla pero bien cuidada, tocamos el timbre y un muchacho jovencito nos abrió, le comenté que veníamos a ver a la señora Constanza, me comenta que era su abuela y que nos estaba esperando nos hizo pasar a una pequeña sala y tomamos asiento, yo tenía muchos nervios, no sabía lo que me esperaba y por supuesto tenía miedo que no me pudiera ayudar y sobre todo que fuera otra farsa más, retire esos pensamientos de mi mente y trate de ser positiva, en eso vimos salir a unas personas de una habitación que se encontraba al fondo del lugar, se despidieron amablemente de alguien y se retiraron, en eso el joven se acerca a nosotros y nos dice que su abuela ya se desocupó que lo sigamos, nos levantamos y fuimos tras él, atravesamos un pequeño jardín con unas hermosas flores muy bien cuidadas, nos detuvimos detrás de la misma puerta donde salieron minutos antes las personas que vimos, el joven nos deja allí y se retira, en eso escuchamos una voz que nos dice pasen por favor, Isabela me mira como dándome valor y entro yo primero.
Mi vista comienza a observar el lugar, era una habitación bastante amplia, estaba llena de plantas y hiervas curativas, había una especie de incienso encendido, que le daba un aire de misterio al lugar, también había unas tira de ajos colgados amarrados con un listón rojo velas y varias cosas más, lo más extraño de todo y que ya me había pasado en otras ocasiones y que no puedo explicar, era que me sabía perfectamente el nombre de cada planta y hierva que se encontraba en ese sitio, no sé cómo ya que nunca he estudiado nada de botánica, ni algo por el estilo, pero esas eran cosas que me ocurrían frecuentemente, estaba pensando en eso cuando una voz me interrumpió, --hola Ana bienvenida, te estaba esperando, la verdad es que tardaste mucho tiempo en venir, lo bueno es que ya estás aquí, ven toma asiento-- así lo hice pero me sorprendieron sus palabras, la mire con cara de extrañeza, pero no me saco de la duda, la señora Constanza era una viejecita, se veía como de unos setenta años con un dulce rostro que te inspiraba bastante confianza, en eso voltea a ver a Isabela que estaba parada a un lado, con cara de espanto, volteó a verla y le doy un tirón, para que tome la silla que estaba a un lado de mí, --y esta jovencita es-- la interrumpo es mi mejor amiga Isabela siempre me acompaña a todas partes, --si ya veo, alguien de tu fuerza y poder siempre es bueno que tenga amigos que no estén relacionados con nuestro mundo-- a que se refiere no entiendo, --ya lo entenderás en su momento, veo que has hecho un largo camino para llegar aquí conmigo, sé que necesitas mi ayuda y te la puedo dar, pero te advierto que el camino que vas a recorrer no será nada fácil y tienes que estar dispuesta abrir tu mente y dejarme entrar para que pueda ayudarte, tenemos poco tiempo así que debemos apurarnos,-- realmente estoy desesperada y muy cansada así que estoy dispuesta a todo con tal que las pesadillas desaparezcan, -- mi niña es complicado hacer que lo vivido se vaya pero a lo mejor puedo darte un respiró, necesito que te recuestes ahí-- me señala una cama de masajes que tenía en el lugar, me levanto para dirigirme al lugar donde me indicaba he Isabela me detiene --Ana estás segura de esto yo-- sé que tienes miedo Isabela, pero, creo que al fin, he encontrado a la persona correcta que me puede ayudar, --¿cómo lo sabes? Yo solo lo sé, me levanto y me recuesto en la cama ella se levanta cierra la cortina detrás y todo comienza.
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