— ¡Lo marcó mi rey! ¡Su hijo marco a mi Nieto! — grito la señora de las mareas furiosa.
Luego de haber salido de las habitaciones de su Nieto después de que este le mostrará la marca incompleta que le había hecho el alfa, fue furiosa hacia el rey y la reina para pedir justicia.
— Eso es imposible, Aeron jamás algo así — salió a la defensiva la madre del príncipe albino.
— Entonces creo que no conoce muy bien a su hijo, su Majestad — provoco la mujer mayor con furia mirando a la reina.
— Tenga cuidado en como me habla — advirtió la reina
— ¿y si no lo hago qué? — la mujer dio un paso al frente, la reina siguió su acto.
— no me provoque Lady Eliza — la mujer mayor sonrió irónica
— ¡Suficiente las dos! — el grito del rey hizo que ambas mujeres lo mirarán
— Ha venido el Sanador — anunció Lord Byron entrando a la sala del trono con el sanador que revisó al joven Omega.
— Sanador Atkins — nombró el rey y este hizo una reverencia — ¿Hay algo que podamos hacer? — pregunto el rey y el Sanador negó en respuesta.
— Mi rey, la marca que el príncipe Aeron dejó en el príncipe Lucien aún no ha sido del todo completada — comentó haciendo que la reina de un paso hacia atrás ante esas palabras.
Su hijo, su niño, realmente había marcado al hijo de su ex-amiga.
— ¿Qué quiere decir? — pregunto Eliza ganándose la atención del Sanador
— cuando un Omega es marcado, el alfa debe limpiar su marca, para asegurar su reclamo, en este caso el príncipe ahora solamente logro morderlo, pero están unidos, lo que significa que la marca debe completarse o podría traerle consecuencias a ambos — explicó el sanador intentando no tensar más la situación — Si la marca no es tratada por el Alfa que la hizo, el omega podría llegar a levantar fiebre y en los peores casos una infección, ya que la marca sanaría y solo quedaría la cicatriz si el Alfa la trata.
— gracias, sanador Atkins, puede retirarse — agradeció Lord Byron, el sanador solo hizo una reverencia para acto seguido salir de la Sala.
— Dígame que haremos, su gracia — el rey miro al señor de las mareas — su hijo, mordió a mi Nieto y ahora están unidos, ningún alfa aceptara a un Omega que ya fue reclamado por otro — las palabras del hombre mayor hicieron que ambas mujeres, madre y abuela, sintieran temor.
Un alfa que ya reclamo a su Omega, solo significaba que el alfa no aceptaría a ninguna otra pareja. Lo mismo ocurría con el Omega, solo que este lloraría del dolor cuando el alfa tome a otra persona.
— me gustaría tener una charla con Lord Byron en privado — demandó el rey poniéndose de pie
Ambas mujeres estaban dispuestas a protestar, pero ante la mirada de aquel alfa demandante, ambas se contuvieron. No por qué fueran sumisas, ambas tenían unos caracteres único, solo que si instinto de Omega las hacía actuar algo sumisas ante un alfa. A regañadientes, las mujeres salieron del Salón del trono, hacia los pasillos, viendo como las puertas eran cerradas y el rey bajaba del trono para acercarse al señor de las mareas.
— Creí que mis lazos con tu familia, acabarían de una vez — comentó la reina después de unos minutos rompiendo el hielo entre ambas mujeres
— comparto su misma opinión — fue lo único que respondió la mujer mayor.
Amelia soltó una risa, pero no de gracia, sino una risa que ocultaba tristeza.
— ¿Qué fue lo hice mal? — aquella pregunta hizo que Eliza la mirara — lo intente, intente amar a tu hijo — Eliza iba a interrumpir a la reina, pero la reina se adelantó — Nuestras familias han estado en guerra desde hace años, tu hijo, su esposa, mi esposo y yo, usted sabe que éramos buenos amigos — la mujer mayor solo asintió — el día que me dijeron que me comprometería con tu hijo lo acepte sin objetar a pesar de que mi corazón le pertenecía a alguien más, acepte casarme con tu hijo.
— he decidido, que mi hija Amelia, sea la futura esposa de tu hijo — hablo el hombre robusto delante de ellos, ganándose una mirada de dolor y sorpresa de parte de su hija.
— Pero cuando supe que él se había acostado con mi mejor amiga, no podía soportarlo — la reina, escupió esas palabras con dolor — ni mucho menos pude soportar cuando ella dijo que estaba embarazada, solo llevaba casada con tu hijo un mes— los ojos de la reina se cristalizaron — y ese día, cuando ella entró a mi habitación a decirme que estaba embarazada de tu hijo, fue el mismo día que perdí a mi bebe
— ¡Te acostaste con ella, Anthony! ¡Con mi amiga! — golpeo el pecho una y otra vez de su esposa
— Ami, escúchame, fue solo una vez, lo juro fue solo una vez
— ¿por qué? ¿Por qué? Habiendo tantas mujeres en este mundo Anthony, ¿por qué tuvo que ser mi mejor amiga? ¡¿Por qué?!
— amelia, estás sangrando...
— Cuando tú y tu esposo, decidieron que tu hijo se casaría con Amara, fue lo mejor, pero aun así fui desechada por tu hijo, por qué él siempre la amo a ella, ¿no es cierto? — pregunto
— lo es.
— tuve suerte, ¿sabes? — la reina sonrió a pesar de querer llorar — Cuando James llegó a mi vida, fue lo mejor, quería morir, mis padres me habían cerrado las puertas, mi mejor amiga me había traicionado, estaba sola — río — hasta que él llegó, me ayudó, me cuido y protegió, hasta se enfrentó a sus padres solo para poder casarse conmigo.
— el pequeño James siempre fue un buen hombre — Amelia asintió — ¿A qué le tienes miedo Amelia? — la reina la miro y negó
— quería odiar a tu hijo, también a su esposa, incluso lo hago — admitió — odio a tu hijo como también a su esposa, pero no puedo hacerlo con tus nietos — confesó — cuando tu nieto mayor, llegó al Consejo presentándose como alfa, fu tu hijo quien sugirió que casen a tu nieto con mi niña, quería morir, pero también quería matar a tu hijo, porque no quería que mi familia tuviera algo que ver con la tuya — la señora de las mareas sonrió ante esas palabras
— ¿Qué fue lo que te detuvo? — pregunto sin dejar de sonreír
— el brillo en los ojos de mi hija, su sonrisa, su felicidad — respondió — ella fue lo que me detuvo a hacerlo.
Y era cierto... la felicidad de un hijo es también la felicidad de una madre. La reina no estaba dispuesta a arrebatarle la felicidad a su hija, no sería quien lo haga ni tampoco permitiría que alguien lo intentara. Por su hija... por sus hijos, ella estaba dispuesta a todo
— puedes odiar a mi nuera, puedes odiar a mi hijo, porque incluso yo incapaz de perdonarlos — aquellas palabras tomaron por sorpresa a la reina — pero no puedo permitir que toques a mi hijo, no puedo permitir que lo lastimes, por qué sabes como es el corazón de una madre, por nuestros hijos, somos capaz de todo — Amelia asintió
— aun así, eso no hará que deje de soñar con matarlo — bromeó la reina y ambas rieron.
— Gracias Amelia.
— ¿por qué?
— por cuidar a mi Nieto, Darren es un niño, que se sigue ocultando bajo la fachada de niño perfecto — confeso la abuela del príncipe — pero tu hija, esa niña estupenda logró sacar lo mejor de mi nieto — sonrió al recordar la mirada que le dio su nieto a su esposa cuando llegaron, como dejaba un beso en la frente de la princesa, cuando está lo encontraba, incluso cuando ocasionalmente paseaba por el jardín y veía como a su Nieto le brillaban los ojos cuando su esposa le contaba lo que le emocionaba mientras sus hijos jugaban.
La reina solo sonrió, acercándose a la mujer mayor, mucho más mayor que ella y tomando sus manos un poco arrugadas entre las suyas de piel más suave.
Las puertas del Salón del trono fueron abiertas, ambas mujeres entraron nuevamente, la reina enganchada al brazo de la mujer mayor, mientras que esta tenía una de sus manos apoyada sobre el brazo de la mujer más joven.
— Hemos tomado una decisión, con respecto a esta situación — hablo el rey una vez que ambas mujeres estuvieron lo suficientemente cerca
— ¿Cuál esposo? — pregunto la reina suavemente mirando a su esposo
— Mi nieto Lucien — Lord Byron dio un paso adelante llamando la atención de ambas mujeres — heredará Edoril después de mí, y como ya es sabido, es un Omega.
El estómago de la reina se revolvió al escuchar eso, tenía un presentimiento de que lo que digan a continuación no les gustaría.
— ¿Y? — insistió la esposa del Lord
— Lucien necesitará a un alfa fuerte y determinado a su lado, alguien que lo pueda acompañar, cuidar, aconsejar y proteger — prosiguió el rey — con un alfa a su lado, su derecho al trono de Edoril no será cuestionado, por lo tanto...— el rey dio una pausa — hemos decidido que Aeron y Lucien se comprometan. Y así también poder acabar con la enemistad de ambas casas.
— ¿Estas mejor? — fue lo primero que pregunto Eliza al entrar a las habitaciones de su nieto
— Lo estoy — respondió este terminando de abrochar su camisa blanca.
En los últimos días, Lucien había levantado fiebre y el color había abandonado su rostro, días en donde había permanecido en un sueño profundo, días en los que habían pesando que no despertaría y que...lo perderían. Pero fue una sorpresa para todos, el saber que el pequeño había despertado y que lo primero que pregunto al despertar fue; ¿Donde esta Aeron?
Sin embargo, los sanadores estaban sorprendidos ¿como había sido posible? Ni todas sus soluciones ni sus tonicos habían podido ayudar al Omega, ¿como fue que mejoro de un día a otro? Pero alguien si se dio cuenta y fue la princesa Grace, la unica que pudo diferenciar un olor en particular en la habitación del omega, el olor a madera quemada, hierro, lluvia, sangre y menta. Pero apesar de tener sus dudas con respecto al olor simplemente guardo silencio y no hizo ningun comentario al respecto.
Tras la respuesta de su nieto, la habitación se quedó en silencio, un silencio en el que el pequeño Lucien estaba comenzando a sentirse incómodo, era raro que su abuela se quedará callada por mucho tiempo, se dio la para mirarla y la vio jugando nerviosa con sus manos.
— Abuela — el pequeño se sento en su cama — tu aroma esta cambiando, se está volviendo un poco agrio ¿estas nerviosa? — la mujer se regaño mentalmente ante la observación de su nieto
— El rey y la reina han estado bastante preocupados por ti durante estos días — le informo ignorando la pregunta. Lucien bajo la mirada al escucharla — Has enfermado y han estado sumamente preocupados, además creo que deberías agradecerle a Aeron — el pequeño levanto su vista mirando a su abuela — el que te haya marcado, no significa que no merezca al menos un "gracias" de tu parte, si no fuera por él, tal vez alguno de los caballeros que estaban de guardia aquella noche podrían haberte tomado — se removió incómodo de su asiento ante esas palabras
— Le daré las gracias a Aeron cuando lo vea, abuela y después presentaré mis disculpas al rey y la reina por haberlos preocupado y haber causado problemas — afirmo tranquilizando a su abuela.
— El rey ha convocado una reunión — dijo finalmente la mujer después de haber estado en silencio por un largo tiempo — Ha reunido al consejo, a toda su familia y...
— ¿Y? — Cuestiono
— A tus padres también los ha convocado, tu, tu abuelo, tu hermano y yo debes también debemos estar presente.
— Espera abuela, ¿me estás diciendo que debo ver mi padre y su esposa? — Asintió — Me odian — le recordó — no creo que desean ver al hijo de otra mujer
— Ten cuidado con lo que dices, Lucien — advirtió Eliza a su nieto — si alguien te escucha decir eso por insignificante que sea, les estarías dando la razón a todas esas personas que embarraron tu nombre desde tu nacimiento — le recordó
— lo tengo presente abuela.
— eso espero, mañana se llevará a cabo la reunión, aparte del consejo y las familias, muchos nobles de grandes casas vendrán. El sanador Atkins dice que tu fiebre disminuyo, así que mañana estarás bien y podrás asistir ¿Está claro? — él asintió
— Estaré presente abuela — Eliza sonrió y dejo un suave beso en los rizos castaños de su nieto
— Confio en que lo haras, mi dulce niño
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