Accidente

La comida fue terrible. Camila intentaba disimular, pero estaba totalmente disgustada con Julie, al igual que papá.

Theo no soltaba su mano en ningún momento, Julie estaba nerviosa, podía notarlo, en todo momento me bajaba la mirada. Y yo... Yo estaba atormentado, mi hermano acaba de presentar a la chica que me gusta, como a su novia.

- Yael ¿Estás bien? Pregunta papá.

- No tanto, papá. Estoy teniendo dolor de cabeza.

- Llamaré al doctor. Dice Camila, mientras se levanta de la mesa.

- No. No es necesario. Gracias. Solo me iré a recostar.

- Pero hijo, no has comido nada...

- Es cierto hermano, come algo. Por favor.

- Lo siento. Mejor me retiro. Disfruten la comida.

Antes de irme, Julie me miró y yo solo le sonreí. Le acabo de sonreír a la chica que me rompió el corazón. Subí a mi cuarto y volví a acostarme, quería esconderme, irme, salir, no pensar... Quería olvidar, debo olvidar.

Al otro día hablé en la escuela, mis notas ya estaban dadas, así que pedí permiso para no asistir las últimas semanas que quedaban. Por supuesto, me fue cedido.

Hable con papá y decidí irme a estudiar al exterior. Camila no quería:

- Yael, me parece que irte del país no es buena opción.

- Si hijo, tan lejos. No me gustaría. Responde papá.

- Ya estoy grande ¿No creen? Necesito cambiar de rumbos, conocer otras costumbres, crecer personalmente. Por favor, papá, Camila... Les prometo que vendré en mis vacaciones.

- Es cierto, ya eres un hombre. Es que te sigo viendo como a mi pequeño Yael.

- Padre... Vendré a verlos.

Camila me abraza y dice:

- Tienes mi apoyo, pero no creas que no te llamaremos a diario. Y si no vienes en tus vacaciones, iremos nosotros. Ojalá Theo siguiera tu buen ejemplo... Pero el... Se comporta cada día peor.

- Es cierto Yael ¿Por qué no hablas con Theo? Quizás si el te escucha a ti...

- Papá lo siento. Theo no escucha a nadie últimamente.

- Es por culpa de esa chica. No me gusta para nada. Responde Camila.

- Theo tiene problemas con el alcohol desde hace mucho tiempo antes de estar con Jul... Con ella... Le contestó.

- Pero, mírala. No pertenece a nuestra clase, subida en esos escenario, con esa ropa indecente... Exhibiendo su cuerpo...

- Mamá, Julie no es mala. Ella está formando su carrera como cantante.

- No me gusta para nada. Ese mundo de la fama, empeorará la mente de Theo.

Mis padres están disgustados con Theo y Julie. Es difícil verlos así, tampoco me gusta escuchar que hablen mal de ella... Pero en el fondo, entiendo que ya no es mi problema.

Theo y ella sabían lo que yo sentía... Y eso no les importo ni un poco. Jamás debí fijarme en Julie.

Lejos de aquí, sin verla, la voy a olvidar.

Tres meses después:

Faltan un par de días para mi mudanza. Estoy algo ansioso. Martí está enojado, no quería que me fuera y tampoco lograba comprender lo que sucedió entre Julie y yo.

- No entiendo como es que ella terminó cayendo en las redes de Theo.

- No me interesa seguir hablando de Julie.

- ¿La odias?

- No... No lo sé.

- ¿Pero... Le dijiste lo que sentías?

- Marti, amigo... No quiero hablar sobre eso. Ya paso... Ella ahora es mi cuñada.

- Pero...

- De verdad, no me vuelvas a hablar de Julie.

Martí por fin comprende y deja de nombrarmela... Mis últimos días aquí, quiero disfrutarlos.

Por la noche, se repite la misma escena que vengo viviendo desde hace mucho tiempo: Theo llega ebrio...

- Hermano, cuando yo no esté, no tendras quien te cubra de papá y mamá.

- Yael, soy bastante mayorcito... No deberían molestarme por lo que hago o no.

- Vives aquí. Comes aquí. Ellos sostienen tus gastos. No puedes ser tan injusto con nuestros padres.

- ¿Nuestros? Te olvidas que Camila es mi madre pero...

- No voy a oírte. Destruirás todo con tus palabras de borracho.

- Tu padre no es el mío. Mi madre no es la tuya, tu madre murió. Theo me grita.

- Theo, Cállate.

- No, me tienen harto. Te la das de perfecto y no eres nadie. Tu no eres más que yo. No eres el ejemplo que necesito en mi maldita vida.

- Vete, vete. No te seguiré escuchando.

- Es mi maldito cuarto también.

- El cuarto de la casa del hombre que no es tu padre.

Theo golpea a Yael, y Yael responde.

Los padres de ellos llegan al cuarto para separarlos, pero la pelea es cada vez más violenta. Theo agarra del cuello a Yael y lo saca de la habitación, pelean hasta en los pasillos de arriba:

- ¡Basta! Chicos, basta. Dejen de lastimarse. Theo suelta a tu hermano, estan demasiado cerca de las escaleras, se caeran si no se sueltan. Camila grita.

Papá intenta separarnos y Theo, enceguecido por la pelea, lo empuja. Para nuestra maldita suerte, papá pierde el equilibrio y cae por las escaleras.

- ¡Qué hicieron! Tiraron a su padre. Camila llora desconsoladamente mientras baja por las escaleras para socorrerlo.

La ama de casa llega al escuchar los gritos y llama la ambulancia, sin dudar.

Theo y yo quedamos parados, sin reaccionar. Hasta que pude salir de ese estado y corrí a ver a papá:

- Papá, papá... ¿Estás bien? Por Dios...

- Es...toy bien. Me duele la cabeza...

El me responde.

- Mi amor, ya llega la ambulancia. Responde Camila.

- Padre, perdóname.

- Yael, estoy bien. No temas...

Todo paso demasiado rápido, pero ahí estábamos, en la clínica esperando a que el médico nos dijera si papá estaba bien. Por fortuna, si lo estaba. Sufrió unos buenos golpes pero nada grave. Después de escuchar al médico, fui a buscar un café para Camila y de lejos podía escuchar los gritos de ella mientras retaba a Theo, también lo abofeteo.

- Camila, tranquila... Toma este café, te hará bien.

- Gracias hijo. Porque sí, eres mi hijo. Te amo como tal.

Ella estaba demasiado sensible...

- También te amo, pero cálmate… Papá está bien.

- Pero mírate, tienes tu boca hinchada y un corte cerca de tu ojito... ¿Por qué pelearon así? Como animales salvajes...

- Perdóname mamá. Yael, perdón. No sé que hice... Perdóname. Estoy avergonzado... Hermano, perdón.

- Ya está. Todo está bien. Respondo, fríamente.

- Ustedes son hermanos, hermanos. No vuelvan a lastimarse.

Julie llega a la clínica. Preocupada por Theo, verlos abrazarse fue más incómodo que nunca. Camila detesta que ella esté ahí, pero aún así, Julie la saluda con respeto. Y también a mi:

- Hola... ¿Estás bien?

- Hola. Si.

- Tienes sangre en la boca y en la ceja.

- Si, me cure así no más. En un rato iré a la enfermería.

Camila lleva a Theo al baño para limpiarle el rostro, aunque el ya había sido asistido por los enfermeros. Julie puede notar como incomoda a mamá, pero no dice nada. Se queda ahí, parada cerca de mi. De pronto la veo buscar algo en su bolso y saca una venda.

- Yael, pontela, hasta que puedas ir a la enfermería.

- No, esta bien.

- Vamos... Te pueden entrar microbios en ese corte.

- Estoy bien, de verdad.

Ella se acerca a mí y la coloca, tener a Julie frente a mí, tocando mi rostro, parecía un sueño...

- Yael... Yo... Quiero decirte algo...

- Dime Julie...

- Julie ¿Qué haces? Pregunta Theo cuando nos ve.

- Ah... Ayudaba a Yael con su herida. Responde nerviosa Jul.

- No hacía falta. Yael será llamado por la enfermera y ella le curará. Responde Camila.

- Lo sé, pero no quería que entraran bacterias o algo así en su corte.

- Cada cosa a su lugar, querida. Tu cantas, no curas.