—Aún no es tiempo—fue la simple respuesta de su señor.
Nir lo miró fijamente sin poder creerse su respuesta. ¿Por qué no era tiempo aún?
—¿Por qué, señor Yako?—se sentía apenada de estarlo contradiciendo, pero necesitaba una explicación—. ¿Acaso usted no me quiere tener cerca? Dígame, por favor.
Los ojos de Yako se abrieron sorpresivamente. ¿Cómo podía pensar algo semejante? Nir no lo sabía, pero era precisamente su presencia la que le brindaba cierta tranquilidad. Sin embargo, la situación no se trataba de lo que él quisiera o no, se trataba de la seguridad de Nir, y a su lado no la tendría.
Él era un perro demonio que vivía en constante lucha por el poder, su objetivo era precisamente ese: convertirse en el más grande de todos.
—No se trata de eso, Nir. Simplemente, eres humana.
¿Humana?
—¿El problema es que soy humana?—soltó de pronto sin comprender muy bien aquella afirmación.
Ella era humana, sí, ¿pero era eso algo malo?
—No es un problema, Nir, es un riesgo que no quisiera correr.
—¿En qué sentido?
—Tu vida es frágil y yo estoy expuesto constantemente al peligro.
—Puedo aprender a luchar.
—No lo dudo—asintió Yako con voz firme—, pero preferiría que te mantuvieras lejos del peligro.
—¿Entonces eso significa que nunca podré viajar con usted?
—No, significa que hay muchas cosas que aún debes experimentar con los de tu especie.
—¿Cosas? ¿Qué tipo de cosas?—externó la chica su inquietud.
Según Nir ya había vivido muchas cosas en la aldea, había hecho buenos amigos y su vida iba de maravilla, solamente faltaba irse con él, con el señor Yako.
—Seguramente pronto lo descubrirás—fue la respuesta de Yako—. Vamos, Nir, es tiempo de que regreses a la aldea.
—Está bien, pero prométame que vendrá más seguido a visitarme—le solicitó la chica con voz suplicante.
Yako solo la observó por un instante, antes de dirigirse a su fiel sirviente. Jaén no necesito que pronunciará palabra alguna, inmediatamente comprendió el silencioso mensaje.
—Si amo, llevaré a Nir en seguida.
[...]
Algunas aldeanas esperaban a Nir emocionadas, era de conocimiento público para todas ellas, que un apuesto hombre venía a buscarla cada cierto tiempo. Esa criatura no era humana, pero tenía la apariencia de un hombre, un hombre con una gran belleza.
—¿Y cómo te fue?—preguntó Geome, la esposa del medio hermano de su señor.
Para nadie era un secreto que Yako era alguien muy especial para Nir. Bastaba solamente con mirar con detenimiento a la jovencita, para percatarse de la sonrisa amplia que mantenía en sus labios con tan solo mencionarlo.
—El señor Yako me dio este presente—dijo la castaña mostrando el obsequio.
—¡Oh, se ve muy bonito!—se maravilló Sango, otra de las aldeanas.
—Al parecer el cuñado tiene muy buen gusto—concluyó Geome con una risilla.
—Sí, es un detalle muy lindo. No sé si sea digna de usarlo.
—¿Pero cómo no vas a ser digna?
—Es que…
—Nir, pareces deprimida. Cuéntanos, ¿pasó algo?—la ánimo Sango.
—Le he pedido al señor Yako que me lleve consigo a sus viajes y se ha negado—contó la jovencita con profunda tristeza en su voz.
Las mujeres quedaron asombradas ante tal afirmación. «¿Cómo era eso posible?» se preguntaron. Tenían entendido que Yako le guardaba un aprecio especial a la menor.
—¿Por qué motivo se ha negado?—quiso saber Geome.
—Dice que como humana debo experimentar primero algunas cosas. Pero no sé a qué tipo de cosas se refiere.
—Es posible que Yako sí quiera llevarte consigo, pero no quiere perturbar el curso de tu vida, Nir—señaló Sango.
—¡Sango tiene razón! Tal vez esas cosas a las que se refiere el cuñado, es el hecho de enamorarte o de querer formar una familia.
—¿Enamorarme?—Nir nunca antes había pensado en eso. Era cierto que algunos jóvenes le pretendían, pero ella no miraba a nadie de esa manera.
—Exacto, seguramente Yako piensa que al enamorarte puedes cambiar de opinión.
—Yo no deseo enamorarse—si el hecho de enamorarse era la razón, prefería desprenderse por completo de esa posibilidad.
—Amar a alguien no es algo que se pueda controlar—le dijo Geome recordando su historia de amor con Yasha. Al ser humana y él medio bestia, tuvieron muchos obstáculos para poder estar juntos.
—Si, Nir, muchas veces es algo del destino.
[…]
Los días fueron transcurriendo con total normalidad, la vida en la aldea le resultaba completamente rutinaria y eso algunas veces era agobiante. Nir añoraba viajar, pasar sus días al lado del señor Yako caminando sin un rumbo fijo, pero en completa libertad.
Por otro lado, la conversación que mantuvo con sus amigas hacía algunas noches atrás aún retumbaba en su mente.
"Amar a alguien podía ser inevitable, simplemente era algo del destino"
Mientras ella divagaba en ese pensamiento, pudo observar cómo la anciana Kaede que se dirigía corriendo hacia ella.
—¡Nir, Nir!—gritaba en la distancia—. ¡Ocurrió algo terrible, debes darte prisa!
Al escuchar a la anciana Kaede tan desesperada, su corazón empezó a latir con gran fuerza.
—¿Qué ocurre, señora Kaede?—se acercó corriendo hasta ella.
—Nir, han llegado muchas personas heridas provenientes de la aldea vecina, parece que una gran guerra se ha desatado.
—¡Cielos, qué terrible! ¿Existe la posibilidad de que vengan a atacarnos?
—Es posible, Nir. Aunque los atacantes no han logrado su cometido, es probable que piensen en volver a atacar. Pero por lo pronto no debes preocuparte por eso, necesitamos mucha ayuda para atender a los heridos.
Las dos mujeres se fueron corriendo para cumplir con la misión.
La cabaña donde residían estaba inundada de personas con graves heridas, había mucha sangre y lamento en ese lugar. El corazón de Nir se sintió muy afectado, el recuerdo de su familia siendo asesinada había vuelto a su mente. Esa trágica noche que la marcó para siempre volvía atormentarla.
—Vamos muchacha, atiende a estas personas. Ten, aquí tienes las hierbas medicinales—la voz de la anciana la sacó de sus pensamientos.
—Si—asintió débilmente.
[...]
En el transcurso de la tarde Yako había sentido gran incomodidad, algo le perturbaba, pero no sabía qué era. No había podido concentrarse en su búsqueda, así que decidió abandonar su trayecto y salió volando en dirección a la aldea.
Jaén se quedó sorprendido ante tal acción de su amo, estaban cerca de una gran pista y este había decidido abandonarlo. Pero ¿cuál era la razón de su extraño actuar?
Al aterrizar cerca de la aldea, Yako pudo percibir el olor de mucha sangre, sus ojos se abrieron con gran asombro, y lo único que pudo pensar fue "Nir".
Se dirigía a entrar a la aldea cuando miro a la distancia un grupo de personas que llegaban trasladando a unos heridos. Pero ¿qué era todo esto?, ¿Qué estaba pasando?
Mirando en dirección a la cabaña de la anciana Kaede, pudo observar a Nir quien salió corriendo a recibirlos. Se sintió aliviado al verla en perfecto estado.
Decidió permanecer cerca esa noche, ya que ver un gran movimiento de personas heridas le molestaba. «Los humanos son unos estúpidos» pensaba dentro de sí.
[...]
La noche había caído, todos en la aldea ayudaban. La señorita Geome también atendía a los enfermos. Sango estuvo ayudando durante varias horas, pero debía regresar a atender a sus hijos. Por su parte, el señor Yasha permanecía vigilando la aldea y asegurando su protección.
Una vez terminaron de atender a todos, Nir decidió tomar un respiro de todo lo ocurrido. Ver tanta sangre le había afectado mucho.
Se dirigió a un árbol un poco apartado de la zona, dónde solía recibir las visitas del señor Yako. En ese lugar se sentó y empezo a reflexionar sobre el odio que sentían los humanos hacia los de su misma especie.
Las personas se mataban entre sí y no lo entendía. ¿Por qué tanta maldad? Recordaba a su familia y lloraba amargamente, como hacía mucho tiempo no lo hacía.
Mientras lloraba escuchó una voz que la sacó completamente de sus pensamientos.
«¿Acaso era?» se preguntó completamente paralizada. Pero no, no podía ser posible.
La única explicación que consiguió para sus alucinaciones era que se había quedado dormida. Sin embargo, no era así…
—¿Por qué estás llorando?—le preguntó su señor.
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Comments
Maria DE LA Luz Barrueta
el presentimiento de Yako esque ella salga lastimada
2023-03-01
1
Vanessa Paz
será q yako se este enamorando de ella?
2023-01-17
1