¿tienen que hablar de esto a la mesa?

–¿Cuál es el juego del carnicero?- preguntó Alma. 

–Mi alma, no es nada, a tu hermano le gusta ir a la carnicería!- dijo mamá tomando la mano de alma con cariño. 

–Ha.- Alma y Alex comenzaron a platicar entre ellos de las caricaturas, mientras nosotros los adultos hablábamos en claves para que ellos no comprendieran lo que decíamos, a Mamá no le gusta que hablemos delante de Alma y Alex.

Madre ama la inocencia de nuestros hermanos, a veces siento que los ama más a ellos por ser niños normales, que a Alessia y a mí. 

Me quedé viendo como mamá reía con ellos y ellos no paraban de decir tonterías y media. 

–Alessandro!- me habló mi padre sacándome de mis oscuros pensamientos.

–Si papá?- voltee a verlo en ocasiones siento que él puede leer mi mente, y odio que lo haga. Creo que secretamente los odio a todos ellos si pueden ser felices mientra yo, no sé qué pasa conmigo.

–Con la familia no.- dijo él y dejé de ver a mis hermanos, si los envidio ya que ellos desde que nacieron han tenido el amor de un padre y una madre no como yo que viví 6 años en el infierno. 

–Ok, papá, ¿Qué tal la empresa?   Vi que compraste audífonos nuevos. – dije con una sonrisa mientras le daba una mordida a un pan que estaba en la mesa.

–Son inalámbricos, muy buenos, pero no tapan por completo las estupideces que la gente puede decir. – dijo papá. 

–Si, el tío Javier me contó que casi golpeas a alguien ayer. – dije y él sonrió. 

–Ya lo mate.- dijo en lo bajo para que los mellizos no escucharán, pero estaban tan concentrados riendo con mamá que dudo que hayan escuchado. 

–¿Cómo?- preguntó Alessia con emoción. sus ojos brillaban mucho y estaba a la espera de una gran historia.

–¡Niños suban a su recámara a darse un baño!- les dijo mamá a los mellizos, ellos ya habían terminado de comer. Así que salieron corriendo.

–¿tienen que hablar de esto a la mesa?- preguntó mamá y se puso en pie. 

–Papá, cuéntanos cómo lo mataste!- preguntó Alessia de nuevo con ese brillo particular en su mirada. 

–¿Qué fue lo que te hizo?- le pregunté yo. 

–Llamó maldita perra a tu madre.- dijo mi padre. Vaya hasta yo lo hubiera matado. 

–Papá, como lo…?- ella no terminó su pregunta cuándo nuestro padre comenzó a hablar, a narrar su historia.

–Lo seguí hasta su casa, le dije que había olvidado algo en la oficina, el muy idiota me invitó a pasar a su casa, estaba su esposa ahí así que espere, su esposa fue amable, me invitó un trago, acepte después comenzamos a hablar de negocios en el estudio de ese infeliz, cuando su esposa entro al estudio, dijo que saldría, ha hacer las compras. Le dije que también ya me iba, así que salimos juntos de la casa, me fui primero de la casa para que ella me viera irme. 

–¿Por qué te fuiste papá, se supone que lo mataste no?- preguntó Alessia sin comprender nada. Olvida que papá es un sociópata primero gana la confianza de sus víctimas como debe ser no como ella, aunque ya no se bien lo que es ella.

–Un buen sociópata, sabe cuando atacar a sus víctimas y con ello me gané la confianza de la mía, además tenía que irme de ahí por qué o si no se darían cuenta que yo lo asesine, así tenía testigos de que yo no fui ya que me fui antes que la esposa, pero después volví con el pretexto de que olvide mi teléfono, él me abrió y me dejó pasar, me guió a su estudio y ahí estaba mi teléfono lo tome y mientras él avanzaba frente a mi, le amarre una soga al cuello y jale de él, recostando en el suelo. 

El comenzaba a ponerse morado, pero aún no lo quería muerto quería que supiera el por qué lo mataría, así que lo deje respirar. Le dije que nadie hablaba de mi esposa de esa manera, después lo arrastre de los brazo y lo lleve a la cocina lo primero que le corté fue la lengua para que no gritara, el pobre se estaba desangrando y ahogando con su propia sangre fue un espectáculo muy bueno que solo de recordarlo me emociona de nuevo.

Después tomé un cuchillo y comencé a cortar sus extremidades, era tan divertido, cortarlo en pedazos, después moví todo en su casa, por suerte yo llevaba guantes y me asegure de no dejar huella nunca debes dejar huellas o podrían dar contigo..

Moví todo en las recámaras y le dejé un mensaje de un teléfono desechable, salí de su casa como si nada en el auto me cambié de ropa y me fui, luego le marque a tu madre para que hackeara las cámaras de vigilancia del vecindario para que no se viera que volví. 

Luego regresé a casa, le hice el amor a mi mujer y fui a buscarte al almacén. 

–Si que tuviste un buen día papá – dije con una sonrisa. 

–Papi, cuando sea grande quiero ser como tú, ¡te admiro!- dijo Alessia. 

Los tres comenzamos a reír. 

Después de unos minutos, Alessia de puso en pie y dijo.: –Yo ya me tengo que ir, quedé de salir con unos amigos.- 

–Si y yo iré a visitar a Stefy.- dije. 

-- Cuidense.- dijo mi padre quien se puso en pie. 

–Sí papá. 

Alessia subió corriendo las escaleras con dirección a su recámara y yo me quedé con papá. 

–¿Me prestas uno de tus autos?- le pregunté. 

–El rojo no, y ya cómprate el tuyo- dije apuntando a las llaves que estaban en la entrada. 

–Lo haré, en esta semana. 

Camine a la entrada donde estaban las llaves y tome las del rojo, sonreí mientras me alejaba de la casa y salí al garaje donde estaban los autos. 

Cuando abrí la puerta me sorprendí de ver a Alessia arriba del auto. 

–¿Qué demonios haces aquí Alessia? ¡Casi me da un infarto!- ella comenzó a reír mientras yo me presionaba en el pecho. 

–Me Salí por la ventana, pero hermanito, me das raite, pensé que tomarías este auto es tu favorito de los autos de papá, anda dame un aventón siii, y seré una buena hermana.- dijo ella entrecerrando los ojos con una sonrisa tierna en el rostro. 

–Deja de fingir conmigo que tú inocencia fingida no me sorprende ni me conmueve. 

–Te odio!- dijo ella cruzándose de brazos y después estaba dispuesta a salir del auto. 

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