Después de un rato se queda quieto, unas gotas de sudor corre por su rostro.
Me mira fijo y dice.
_Extraño: Pude desviar la marca, cuando llegues a tu casa esa marca no estará, pero en su lugar pondrás lo que te voy a dar para protegerte.
El dueño de la casa no verá diferencia así que no tratará de sacarlo.
Pero cuando te vayas de ahí llévate el talismán contigo.
_Yo: Muchas gracias (Dije con una sonrisa en mi rostro y mis ojos que brillaban).
_Extraño: También te comento que ese espíritu que te protege es muy fuerte, su protección asía ustedes es impresionante.
Parece la fuerza de una persona viva no la de una persona muerta.
_Yo: Una persona muerta??? (Sorprendida)
Será posible que sea él. (Pensé y mi rostro se tornó triste).
_Extraño: No te puedo decir quien es, ya que no me permite identificarlo pero no hay problema porque solo quiere protegerlos.
_Yo: Me quedo más tranquila (Dije más relajada, ya que había alguien cuidándonos).
El chamán me dio el talismán y me retiré.
Me fui a lo de mi mamá y ahí hablamos de la posibilidad de que me quede en su casa un tiempo por la seguridad de los niños más que nada.
Me dijo que no había problema así que tenía que comenzar a buscar cajas para guardar todo.
Decidí irme en silencio, ya que después de como me trato el señor Tomas no le voy a decir nada por qué seguro va a hacer algo para que pague por el caballo.
Bueno hablamos un rato y tomamos unos mates.
En este rato agradable ambas reímos un poco, mi mamá se veía contenta, hacía mucho que no la veía contenta.
Mejor dicho hace mucho que su mirada no reflejaba alegría.
Después de un rato más nos fuimos a la casa.
Al llegar el señor Tomas estaba en el corral haciendo correr a unos de los caballos.
Nosotros entramos a la casa yo puse el talismán de pasada para que él no se diera cuenta.
Al rato golpeo la puerta para avisarme que ya había encerrado a los caballos y que el agua estaba abierta, para que estuviera atenta.
Me sorprendió porque actuaba como siempre con esa mirada y voz amable.
Le dije que bueno ya me iba a fijar.
Entonces se despidió y se fue, quede con mi cara de desconcierto mirando para todos lados por las dudas, me pareció muy raro su actitud pero después pensé que podría ser debido a que se está vengando atrevés de la marca que hizo así que va a actuar como si nada pasará para que yo no sospeche.
Pero él no sabe que yo ya fui a pedir protección.
La noche llegó, nos fuimos a dormir, todo está muy tranquilo, no se sienten los perros ni nada, es muy raro tanto silencio pero bueno no me voy a poner a pensar porque hoy no ladran los perros mejor aprovecho y me duermo.
Como dije aproveché y me dormí.
La noche transcurrió tranquila, la mañana llegó en un parpadeó, me despierto y miro a mis hijos, ellos duermen muy placidamente con una pequeña mueca demostrando lo felices que son.
Mientras están acostado me levanto, voy al baño y lavo mi cara, me miro al espejo y me doy cuenta que estoy algo demacrada eso me entristece un poco, me quedo un ratito mirándome en el espejo cuando veo una sombra que pasa detrás mío.
Sorprendida me doy vuelta pero no había nadie, voy al dormitorio creyendo que era uno de los peques pero no ellos están dormidos.
Voy para la cocina y no se ve nadie, como ya mire por todos lados y no vi a nadie me tranquilizo un poco y me dedico a preparar el desayuno.
Una vez listo levanto a mis hijos con un beso en la mejilla, ellos sonríen y me abrazan eso me hace muy feliz.
Los dejo desayunando y me voy a soltar a los caballos.
Voy acercándome y nose porque ese lugar se siente raro, les abro las pesebreras y los caballos salen como locos, uno de ellos casi me golpea.
Salgo rápido de ahí y vuelvo a la casa.
_Yo: Qué les pasará otra vez a los caballos que están locos. (Pienso mientras miro hacia afuera).
Decido no darles importancia, levanto la mesa y los chicos se van a jugar, me dedico a limpiar un poco.
En lo que llevo del día se ha sentido extraño como si nada fuera real, talvez sea por el talismán en la entrada y las marcas en las pesebreras pero eso me tiene muy pensativa, también siento escalofríos cuando le doy la espalda a la ventana como si alguien observara.
Bueno no le daré importancia, me dediqué hacer mis cosas.
La tarde llegó, está anocheciendo y yo preparo la cena, fue un día tranquilo.
Se hizo la hora de dormir así que nos fuimos a acostar.
Todo muy tranquilo, una noche hermosa.
Me desperté tipo 3:30 am porque escuche un golpe, no me levante pero si me quede escuchando por si habían otros ruidos, otro golpe se escuchó, miro para todos lados pensando que algo se había caído dentro de la casa.
Pero escuchando mejor no venía de adentro sino de fuera de la casa.
Otro golpe se escuchó, era un golpe extraño como si algo callera en seco pero no podía identificarlo.
Los perros comenzaron a aullar eso me hizo poner la piel de gallina, "Otra vez todo comenzará de nuevo" pensé.
Eso asía que mi cara demostrará terror en los gestos y sobre todo en mi mirada.
De repente se sintió como si los perros se peleaban así que me levante a ver, cuando una mano en mi hombro se apoyo y una voz dijo.
_La Voz: No salgas es peligroso, sabes quien anda y porque está aquí.
Cuando escuche eso recordé la marca de la puerta y el desvío que se había hecho.
Decidí volver a la cama y vigilar por si algo pasaba.
Los aullidos y ladridos se volvieron más y más fuertes y desesperantes.
De repente se escuchó como que estaban matando a los perros por el sonido y el quejido de cada uno de ellos (ah u ah u ah u)
Se escuchaba como intentaban pedir ayuda los otros lloraban al ver lo que sucedía.
Cerré la puerta y puse música en volumen bajo para acallar un poco todos los ruidos.
Los minutos pasan y los aullidos y llantos de los perros se sienten muy desgarradores, eso me hace sentir muy mal.
Una lágrima cae por mi rostro, siento esa mano que se posa en mi hombro como diciendo aguanta un poco más que todo terminará pronto.
Esa mano me tranquiliza aunque igual me destroza sentir el aullido de los perros.
De repente todo queda en silencio pero no en uno común, sino en un extraño silencio, uno que daba miedo.
Minutos después todo volvió a la normalidad y yo me quedé dormida.
La mañana llegó, nos levantamos, preparé el desayuno y comencé con mi rutina diaria.
Al salir se sintió un horrible olor a sangre, no me veía sorprendida ni asustada, ya que sabía muy bien lo que sucedía.
Caminé para atrás de la casa porque de ahí venía el olor, me tape un poco la nariz para soportar un poco el olor y seguí.
Cuando llegue atrás de la casa había sangre y los perros del señor Tomas estaban despedazados como si un animal salvaje los hubiese atacado.
No sabía sé si avisarle de esto o no, porque lo pondrá furioso de nuevo.
Ya sé que voy a hacer, preparo los chicos y me voy a lo de mi mamá cualquier cosa es mejor que me avise él de esto y no al revés.
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