Capitulo 11:

Ese día Wenn y el señor Park estaban atendiendo la cafetería, ya era la hora de cerrar así que estaban limpiando todo, Wenn estaba en la cocina mientras que el señor Park estaba en el mostrador limpiando.

En ese momento llegó una comioneta negra que se estaciono justo frente a la cafetería y de ella bajaron cinco hombres armados y entraron a la cafetería.

—buenas noches anciano! — dijo el hombre que los lideraba —hemos venido por lo nuestro—

El señor Park frunció el seño y se puso muy nervioso ya que Wenn se encontraba allí y tenía miedo que quieran hacerle algo al igual que a su difunta hija, por que diablos tenían que venir hoy, esa era la pregunta que se hacía el señor Park, no puede ser que Dios sea tan cruel como para que permita que le arrevaten a otra hija.

—que pasa anciano, tienes algún problema con nosotros? — pregunto el líder mientras sacaba su arma y miraba al señor Park con una sonrisa burlona.

—que esta pasando padre? — Wenn escucho varias voces y decidió salir a ver.

—oh! Pero mira nada más que hermosura! — exclamó el líder al ver a la rubia de ojos azules salir de la cosina.

Wenn frunció el seño al ver a los hombres y se hacerco al señor Park.

—que diablos esta pasando aquí? — preguntó Wenn enojada al ver a los hombres armados.

—w-wenn... Esto no... — el señor Park se puso muy ansioso al ver como Wenn confronta a a los hombres.

—huy, calmate hermosura, solo estamos aquí por nuestra cuota semanal— dijo el líder mirando a Wenn de arriba a bajo mientras se relamia los labios de forma desagradable.

—de donde sacaste a esta hermosura anciano?.... Seguro que al jefe le encantará si le llevamos a un nuevo juguete tan hermoso.... Tal vez nos deje jugar con el cuando termine otra vez al igual que la vez pasada con tu hija anciano... — dijo el líder con burla y los demás hombres también comenzaron a burlarse.

—que mier—

—bastardos!! — Wenn estaba a punto de hablar pero fue interrumpida por el señor Park —sobre mi cadáver dejare que me quiten a mi hija otra vez!!— grito el señor Park airado, como es posible que se atrevan hablar a así de su defunta hija?, son unos bastardos sin corazón.

—padre...— Wenn estába muy sorprendida pues es la primera vez que ve al señor Park tan enojado.

—malditos bastardos!! Ya me arrebataron a una hija!! Pero esta vez tendrán que matarme antes de que yo los mate a ustedes si se atreven a tocarle un pelo a Wenn!!!— grito el señor Park poniendo a Wenn detrás suyo.

Pero en ese momento la reacción de los hombres lo hizo enojar aún más pues ellos se soltaron en carcajadas por las palabras absurdas del hombre, de verdad cree que podrá contra cinco hombres armados el solo?

—malditos!! — grito enojado el señor Park pero en ese momento los hombres dejaron de reírse y lo miraron seriamente.

—pues si tanto deseas morir, entonces muere.....— dijo el hombre apuntando al señor Park con su arma y disparando de seguido tres veces.

Las balas impactaron el pecho del señor Park haciendo que este callera al suelo agonizando.

Wenn estaba atónita, incluso pudo ver todo como si pasara en cámara lenta; los hombre comenzaron a reírse mientras la sangre se extendía por el piso.

—p-padre.... — Wenn cayo de rodillas y temblando entendió sus manos hacia el señor Park.

—... Mi niña.... Lo siento....— dijo el dando su último suspiro y muriendo con sus ojos abiertos.

—p-padre?... Padre?.... Padre reacciona!!!— Wenn perdió la compostura al ver como los ojos del señor Park se apagaron luego de que dejara de moverse, lloraba y gritaba desesperada rogándole que se despertara pero ya era demasiado tarde, el había muerto, allí frente a ella, Wenn solo se preguntaba como es que el destino puede ser tan cruel; luego de una vida miserable de la que decidió escapar y empezar de nuevo para aprovechar el tiempo que le queda de vida, por fin encontró a dos personas que la aceptaron y le brindaron cariño, le dieron una familia y el amor que nunca antes había recibido de sus verdaderos padres, Wenn por primera vez sintió la calidez y el amor de una familia, se podría decir que esas dos personas le dieron la verdadera felicidad, además tenia dos hermosas hijas a las que amaba con todo su corazón, Wenn en este punto era feliz, muy feliz.

Pero ahora una de esas personas que le brindó la felicidad, aquel hombre que en poco más de un año se ganó su cariño y respeto, lo llegó a ver como un padre que la amaba como a una hija, ese hombre, ahora se encontraba frente a ella, sin vida y lo peor de todo es que ella lo presenció y no fue capaz de hacer nada para evitarlo.

Wenn no comprendía por que el destino estaba siendo tan cruel con ella, tal simplemente deba rendirse?... Ya a luchado demasiado... Estos hombre no la dejaran ir... Tal vez nunca más vuelva a ver a sus hijas y la señora Hana.... De que sirviria seguir luchando si al final todo terminará así?

En este punto Wenn ya estaba destrozada por dentro, su felicidad arrebatada en un segundo por estos hombres que quien sabe que le aran.

—debo estar pagando una condena para merecer esto...— murmuró Wenn antes de que todo a su alrededor se tornará oscuro y perdiera el conocimiento luego de que uno de los hombres la golpeo con un arma.

Wenn cayó inconsciente al piso y el líder de los hombres se hacerco a ella agarrando sus mejillas.

—es realmente hermosa... Je je al amo de verdad le encantará este nuevo juguete.... Y yo también disfrutare mucho cuando se aburra y nos la deje al igual que con la hija del anciano hace unos años... — dijo el líder de los hombres para luego comenzar a reírse a carcajadas y los demás lo siguieron.

Luego los hombres tomaron a Wenn y la llevaron a la camioneta marchandose con ella.

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