Amelia Benedict

Amelia es una joven hermosa de 17 años con el cabello largo rosado, unos hermosos ojos violetas, su figura es esbelta y su piel es blanca suave como la porcelana. Ella es la princesa heredera del reino Galax, sus padres son los reyes Nelson y Marla Benedict.

Como toda princesa heredera, tiene que recibir diferentes tipos de clases para poder gobernar con astucia y justicia, así mismo para subir al trono debe casarse.

La ley de que debía de casarse para poder subir al trono, no es del agrado de Amelia, pero como mujer no tiene no voz ni voto, ni siquiera para elegir con quien casarse.

Nana- mi niña por favor ya levántese, sus padres la están esperando_ moviéndola.

Amelia- no quiero, tengo sueño todavia_ tapándose con la sábana.

Nana- (sigue moviéndola) no sé por qué todo los días los mismo, usted se duerme temprano y así sigue con sueño.

Amelia- (abrió los ojos de golpe), ya, ya, nana ya me levanté, contenta_ parándose de la cama.

Nana- vamos a bañarla, que no a de tardar que llegue su prometido.

Amelia- queee.... otro (rodo los ojos) por favor llama a Ana para que ella me ayude con el baño.

Nana- (dudosa) está bien.

Ana entro a la habitación y la nana de Amelia sale.

Amelia- ayudame por favor.

Ana- si señorita.

Al ayudarle a sacar la bata, Ana pudo ver algunas heridas ya curas y otras recién en el cuerpo de Amelia.

Ana- mi señorita, por favor tenga más cuidado, sigue así su cuerpo se llenará de marcas y muchos hombres no le gustan que sus esposas tengan marcas.

Amelia- tranquila Ana, para que estés más tranquila voy a tener más cuidado, pero quién te dijo que yo me quiero casar, ese príncipe que viene hoy también saldrá corriendo_ sonrió con maldad.

Ana- ninguno de los que ha venido, le a gustado_ alzando la ceja.

Amelia- no, todos son unos tontos_ lo dijo con desagrado.

Ana- ya lo verá llegará uno que no podrá espantar lo y tendrá que casarse con él, pues será el amor de su vida_ dijo sonriendo.

Amelia- no existe el amor, solo existe la ilusión y yo no me voy a ilusionar con cualquiera que solo me ve como algo que se pueden aprovechar para subir de estatus o para ser el rey del reino Galax, nada más.

Ana rodó los ojos y la ayudo a bañar, al terminar del baño le eligió un hermoso vestido digno de una princesa le dejo el cabello suelto dándole una presencia angelical, salieron del cuarto para dirigirse al jardín, el desayuno sería servido ahí, con sus padres y el joven que sería su futuro esposo.

Amelia Benedict

Amelia- buen día queridos padres ( hizo una reverencia), majestad_ haciendo una reverencia (dirigiéndose al joven de cabello plateado con negro, con ojos color negro azabache).

Príncipe Segundo Wolf

Segundo- un gusto princesa (haciendo una reverencia) mi nombre es Segundo Wolf, del reyno Wolf.

Amelia- es un placer_ sentándose en la mesa.

Los reyes miraban con tranquilidad la escena, ellos ya querían que su hija tomará el trono para poder retirarse, pero cada prometido que venía salía corriendo, eso los tenía desconcertado, ya que no sabían el porqué. Pero talvez este quinto intento sea el correcto.

Todos desayunaron tranquilos, el príncipe Segundo le hizo conversa a Amelia, la cual respondía tranquila y formal.

Después del desayuno Amelia se dirijo a su habitación encontrándose con Ana.

Ana- como le fue, le gustó el joven_ dijo sonriendo.

Amelia- no, no tiene personalidad, todo lo que decía, a él le gradaba, no paraba de adularme por todo.

Ana- uumm... así que este también lo va a espantar.

Amelia- (con una sonrisa malvada) si, Ja, ja, ja.

En la noche la nana de Amelia se despidió de ella, diciéndole buenas noches. Al rato entro Ana, mientras Amelia se había vestido una batola blanca y larga se soltó el cabello dejándolo un poco desordenado, sus ojos cambiaron a un rojo intenso que en la oscuridad brillaban como dos hermosos rubíes.

Amelia- Ana avisale a las chicas que se dividan por donde capturamos al mercader, y vigilen el lugar no sabemos cuándo se realizarán los cambios de esclavos.

Ana- si mi lady_ Ana escribió una nota, se asomó a la ventana y chifló, a los lejos se podía ver un pequeño cuervo que venía acercando sé, este aterrizó en la ventana, Ana le amarró la nota a la pata y él se fue volando otra vez.

Ana- ya señorita.

Amelia- bien, ya vengo, acuéstate que yo no me demoro.

Ana- usted es bien mala.

Amelia- ya se_ dijo riéndose.

Amelia encunclillas llegó al lado norte del palacio, el cual es la zona de invitados.

El príncipe Segundo se encontraba a punto de dormir cuando un frío helado recorrió toda la habitación. Él había escuchado todo lo que se decía del reino Galax, y sabía que los cuatro prometidos de la princesa antes de que él, habían desaparecido misteriosamente.

La leyenda dice que el rey, mato en ese lado del palacio a todas sus concubinas, primero las torturo hasta que pidieron que las mataran ya, además que las pico, poco a poco. Se dice que a punto de morir las concubinas tiraron un hechizo a ese lugar, diciendo que sus almas vivirían ahí por siempre, tratan de hacer que los reyes no sean felices nunca.

Se dice que el rey pone a los prometidos de la princesa en esa parte específica del palacio para probarlos, matando a los fantasmas de las concubinas, el que lo logré se convertía en rey.

Pero hasta hoy los que estaban como prometidos con la princesa perdían, ya que se decía, que como no volvían a parecer las concubinas se llevaban su alma y cuerpo.

El príncipe al sentir el viento helado por toda la habitación, se levantó de la cama, cogió su espada y se puso en guardia, pues sabía de los rumores que había de ese lugar, Astrid hizo recorrer un fuerte viento, que de golpe la ventana se abrió, el príncipe salto del susto, poco a poco se acercó a la ventana a ver si se veía algo y nada. El príncipe Segundo se asustó que comenzó a temblar, de un momento a otro la puerta se abrió bruscamente, al asomarse pudo ver que venía a toda prisa una figura de mujer, ella vestida de blanco con sus cabellos volando por el viento, sus ojos eran rojos que miraban directo a los ojos del príncipe, ella venía flotando hasta que quedó de frente al príncipe, él temblaba, hasta ya se había hecho sus necesidades en sima, ella con voz suave le dijo: listo para morir, sus ojos rojos comenzaron a brillar. Al tenerla tan cerca no parecía un fantasma sino un demonio que venía por él. El príncipe Segundo estaba muerto de miedo que no cogió nada de sus cosas y salió corriendo, buscando a unos de los guardias que habían ido con él, le dijo que esa misma noche se iban, que alistaran el carruaje para partir.

Minutos después todos lo que habían venido con el príncipe, se estaban marchando.

Amelia se reía desde la ventana, viendo cómo otro príncipe tonto se iba corriendo del miedo.

AUTORA..

Hola chicas y chicas, esta es mi nueva novela espero que les guste, estare subiendo poco a poco los capitulos.

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