Incluso antes de abrir los ojos supe que estaba en peligro.
Oí el ligero crujido de pasos que se acercaban.
Aún estaba medio dormida y no lograba concentrarme.
Estaba tendida de espaldas y el frío penetraba a través de mi camisa.
Tenía el cuello dolorosamente torcido y abrí los ojos.
Procuré incorporarme, pero mis manos resbalaron con la hierba húmeda.
Me arrastré entre las tumbas y las rodilleras de mi pantalón absorbía la humedad.
Identifiqué el lugar vagamente, pero el dolor atroz que me taladraba la cabeza no me dejaba pensar con claridad.
Me incorpore con el apoyo de una vieja verja de hierro fundido.
De pronto se escuchó un alarido fantasmal, que aunque me hice estremecer, no era ese sonido el que me atemorizaba.
Los pasos rosanaban en la hierba a mi espalda, pero no sabía si estaban próximos o lejanos.
Un grito me persiguió a través de la bruma, y avance más rápido.
Sabía que debía ocultarme, pero la estaba desorientada.
La oscuridad me impedía ver con claridad y la fanstamal bruma azul me hechizaba.
A lo lejos resplandecía un mausoleo blanco, eché a correr hacia él.
Cuando llegué me encontré una enorme silueta, con el brazo levantado dispuesto a golpear.
Cuando retrocí me di cuenta de mi error.
Era un ángel de piedra encima de un pedestal, como si estuviera cuidando los muertos.
Cuando gire dispuesta a seguir con mi camino, mí cabeza golpeó con algo fuerte, perdí el equilibrio y mí vista se nubló.
El desmayo no parece haber durado mucho.
Cuando recuperé la consciencia todavía respira agitadamente por el esfuerzo de la carrera.
Sabía que debia incorporarme, pero no recordaba el motivo, así quedé tendida.
Me levanté y vi una tumba que tenía escrita la siguiente leyenda.
HARRY FULLER
ESPOSO Y PADRE LEAL
FALLECIDO EL 15 DE AGOSTO
Me mordí los labios para no gritar.
Entonces identifique el lugar en encontraba.
Estaba en el cementerio Payton, junto a la tumba de mi padre.
Sara Fuller
Esto es una pesadilla.
Sara Fuller
Aún no despertado del todo.
Sara Fuller
Esto es solo una horrenda pesadilla.
El ángel me observaba con indiferencia, pero su sonrisa parecía más irónica que benévola.
Durante un segundo creí que no estaba del toda sola.
El crujir de los pasos acercándose por la hierba me trajo otra vez a la realidad.
Los pasos parecían ser más presurosos.
Me volví hacia el lugar de donde venía el lugar.
Había un haz de luz que me desconcertaba, este se elevaba y caía al ritmo de los pasos.
Era una linterna.
La luz se detuvo en mis ojos, deslumbrandome y aterrada supe que no estaba soñando.
Guardia del cementerio
Oye, no puedes estar aquí.
Guardia del cementerio
El cementerio está cerrado.
Aparté mí cara del haz de luz.
Sara Fuller
¿Qué?
Guardia del cementerio
¿Cuántos más están aquí contigo? Estoy seguro que se les ocurrió venir aquí y hacer esos estúpidos juegos nocturnos.
Guardia del cementerio
¿A qué vinieron? ¿A jugar al escondite? ¿O vinieron a buscar fastamas?
Guardia del cementerio
Pero no lo permiteré mientras estoy yo de guardia.
¿Qué estaba haciendo yo aquí?
¿Había venido a visitar a mi padre?
Trate de hacer memoria pero no recordaba nada.
Era como si me hubiesen arrancado ese recuerdo.
No recordaba nada, y estaba entrando en pánico pero trate de ocultarlo.
Trate de orientarme y acepte la mano que me tendia el hombre.
En cuanto me incorpore la linterna volvió a iluminarme.
Guardia del cementerio
¿Cuántos años tienes?
Por fin algo de lo que si estaba segura.
Sara Fuller
Dieciséis, pronto cumpliré diecisiete en agosto. Será muy pronto, estoy emocionada.
Me miró algo desconcertado, como si no me creyera.
Después volvió con las preguntas.
Guardia del cementerio
¿Por qué demonios estás sola a estas horas de la noche? ¿No sabes que el toque de queda ya ha comenzado?
Miré alrededor sin saber que hacer.
Sara Fuller
Yo...
Guardia del cementerio
¿No te haz escapado, verdad?
Guardia del cementerio
Solo quiero saber si tienes a dónde ir.
Sara Fuller
Eh, si.
En mi cabeza vino el recuerdo de la granja en la que siempre he vivido.
Eso me levanto el ánimo pero después el alma se me vino a los pies.
Este hombre había dicho que el toque de queda ya había comenzado.
¿Cuánto tiempo me queda? ¿Podré llegar a tiempo a casa?
Procuré borrar de mi mente el rostro enojado de mi madre cuando entrará por la puerta.
Guardia del cementerio
¿Ese "si" significa que tienes una dirección?
Sara Fuller
Eh, ¿si? Vivo a fueras de la ciudad.
Trate de caminar pero el mareo hizo que me tambaleara.
¿Por qué recuerdo que hacía ahí?
¿Cómo es qué llegue ahí?
De seguro vine en el coche.
¿Pero donde dejé aparcado el Fiat?
¿Donde esta mí bolso y las llaves?
Guardia del cementerio
¿Acaso haz bebido?
Negué con la cabeza, pero su expresión hacia de cuenta que no me creía.
El haz de luz se había aparto de mí cara, pero entonces volvió a iluminarla directamente.
Guardia del cementerio
Acaso eres, no eres aquella chica, ¿verdad?
Guardia del cementerio
¿Eres Sara Fuller?
Soltó esa información como si fuera una respuesta automática.
Sara Fuller
¿Qué? ¿Como sabe mi nombre?
Guardia del cementerio
La tele. La recompensa. Andrés Harrison lo anunció.
No estaba prestando atención lo que decía. Marcie era lo más parecido a ser mi archienemiga, entonces ¿qué tenía que ver su padre en todo esto?
Guardia del cementerio
Niña, te han estado buscando desde finales de junio.
Sara Fuller
¿Junio? ¿De que está hablando? Estamos en abril ¿Quien me está buscando? ¿Andrés Harrison y porque?
Guardia del cementerio
¿Abril? Estamos en septiembre. ¿De que estás hablando chiquilla?
¿Septiembre? Eso es imposible.
Si mi segundo año en el instituto se hubiese acabado, lo sabría.
Si fueran las vacaciones de verano, lo sabría.
Solo había despertado hace unos minutos, desorientada, si pero no estúpida.
¿Pero que ganaría este hombre mintiendome?
El hombre dejo de alumbrarme la cara.
Cuando me fijé bien en ese hombre, parecía un vagabundo, con los tejanos rotos y sucios, parecía que hace días que no se afeitaba y tenía las uñas largas y negras.
Sara Fuller
Tiene razón, volveré a casa.
Tantee en mí bolsillo y me faltaba mí teléfono y las llaves.
Me asusté.
Guardia del cementerio
Tu no vas a ningún lado.
Sara Fuller
Suelteme.
Tuve miedo así que me gire y eché a correr.
Corrí había la dirección que señalaba el ángel de piedra, con la esperanza que me condujera hacia la salida sur.
Hubiese corrido hacia la entrada norte, pero eso sería dirigirse hacia el hombre en vez de alejarme de él.
Perdí el equilibrio y caí cuesta abajo, las ramas me lastimaban.
Guardia del cementerio
¡Ey! ¡¡Vuelve aquí!!
¿Por qué le dije que vivía a las fueras de la ciudad? Era obvio que mi madre y yo éramos las únicas que vivíamos en esa zona.
¿Y si me seguía?
Sus zancadas eran más grandes que las mías así que alcanzó en cuestión de minutos.
Cuando llego a mí, me cogió del brazo, yo quise apartar su mano.
Sara Fuller
¡¡No me toque!!
Guardia del cementerio
No, no te puedo dejar ir, te dije lo de la recompensa y pienso cobrarla.
Trato de cogerme del brazo de nuevo, pero un golpe de adrenalina me hizo golpearlo en la espinilla.
Guardia del cementerio
¡¡Ay!!
Mí propia violencia me desconcertó un poco, pero no tenía otra opción.
Retrocí algunos pasos, para poder orientarme.
Nada.
Algo no encajaba, pero no sabía que era.
Tenía un plano completo de este cementerio en mí cabeza.
Había venido innumerables veces a visitar la tumba de mi padre.
Y aunque el cementerio me era muy familiar, incluso el olor a hojas quemadas y el agua estancada, había algo que no encajaba.
Entonces me di cuenta que éra.
Era el piso manchado por las pintorescas hojas naranjas, una señal de que el otoño estaba próximo.
Pero eso era imposible, estamos en abril.
¿Acaso ese hombre decía la verdad?
Dirigí la mirada hacia atrás, ví que aquel hombre venía cojeando con un teléfono en la oreja.
Guardia del cementerio
Si, oficial, le digo que es ella. La encontré abandonada en la salida de la puerta sur.
Corrí de nuevo impulsada por el miedo.
Me dije a mí mismo: "Salta la verja, busca un lugar iluminado, llama a la policía y a tu mejor amiga"
Estoy segura de que Vicky sabe que está pasando.
Vicky era mí mejor amiga, era a la que más confianza le tenía.
Su casa estaba más cerca que la mía, iría a allí, y entonces su madre llamaría a la policía.
Entonces describiría a ese hombre y ellos se aseguraría de que me dejara en paz.
Estoy segura de que eso me ayudaría a recordar lo que ha estado pasando y así podría volver sobre mis propios pasos.
Así podría dejar de sentirme como si estuviera en un mundo que parecía mío pero en cual me rechazaban.
Salte la verja, cien metros más allá había un prado, y justo al otro lado estaba el puente.
El puente me llevaría a las calles principales y en unas de esas casas, estaba la casa de Vicky.
Cuando estaba dispuesta a cruzar el puente, había una sirena y las luces de una patrulla.
Quise dirigirme hacia los oficiales pero el miedo me volvió a invadir, preguntas sin respuestas vinieron a mí mente.
¿Y si no eran policías? ¿Y si se estaban haciendo pasar por unos?
Cualquiera hubiera puesto un reflector azul a su auto.
Tampoco parecían tener uniformes.
Desde mí posición todo era muy borroso.
Me detuve en el puente y trate de ocultarme, casi segura de que el supuesto oficial me había visto.
Con el rabillo del ojo vi el río, de pequeñas Vicky y yo solíamos nadar y atrapar cangrejos, era una época muy bonita.
La parte central del río era profunda, me pregunte si era buena saltar.
Le tenía terror a las alturas, pero sabía nadar, lo único que tenía que hacer era saltar.
El sonido de una puerta de coche cerrándose me hizo volver a la realidad.
Los supuestos policías estaban bajando del auto.
Debajo de mis pies había ramas y troncos, cogí un tronco tamaño de mí brazo.
El supuesto oficial fingió no ver mí arma, y alzó las manos en señal de que no me iba a ser daño.
No le creí.
Avanzo de a poco, sin hacer ningún movimiento brusco.
Detective Eva Harrison
No te haré daño, Sara.
Cuando oí su voz supe que era una chica, su voz sonaba cálida pero segura.
Detective Eva Harrison
He llamado a tu madre. Ella se reunirá con nosotras en hospital.
No solté la rama, todavía no le creía.
Detective Eva Harrison
Todo estará bien, no te preocupes.
Detective Eva Harrison
Ya todo ha pasado, no dejaré que nadie te haga daño.
Me disgutaba su andar lejano y su tono protector.
Sara Fuller
¡No te acerques!
Sostuve con más fuerza el tronco.
Detective Eva Harrison
Por favor, baja eso Sara, no te haré daño.
Detective Eva Harrison
¿Sara?
Sara Fuller
¿Como sabe mí nombre?
Detective Eva Harrison
Soy yo, Eva Harrison, ¿no me recuerdas? Te ayude algunas veces.
Sara Fuller
No sé quién eres.
Ella se quedó en silencio un momento, después me preguntó.
Detective Eva Harrison
¿Recuerdas dónde has estado?
Intenté hacer memoria, quería que algo de ella me resultará familiar.
Detective Eva Harrison
¿Cómo llegaste al cementerio? ¿Alguien te dejo aquí? ¿Llegaste andando?
Detective Eva Harrison
Sara necesito que me digas algo, es importante, necesito que recuerdes que pasó esa noche.
Se acercaba con movimientos cautelosos, incluso su mirada.
Sara Fuller
Quiero ir a casa.
Sara Fuller
No sé de lo que me habla.
Sara Fuller
No recuerdo nada.
Me sentí mareada.
Sara Fuller
Yo no debería estar aquí.
Escuché un ruido, comprendí que había dejado caer la rama.
Sara Fuller
¿Por qué no recuerdo nada?
¿Que recordaba? Solo era una parte
Detective Eva Harrison
Está bien, puedo llevarte a tu casa, pero primero déjame llevarte al hospital.
Imaginé mi casa, donde estaría segura, de pronto comencé a llorar.
Cerré los ojos, aborreciendo por haber llorado.
Supongo que era el mejor modo de expresarle cuando asustada estaba.
Ella suspiro, supongo que se estaba debatiendo por decirme o no todo lo que estaba pasando.
Detective Eva Harrison
¿Te estarás preguntando que pasó, verdad?
Sara Fuller
S-si.
Detective Eva Harrison
Está bien, te lo diré, pero tómatelo con calma, ¿si?
Sara Fuller
Está bien.
Detective Eva Harrison
Desapareciste hace once semanas, Sara.
Detective Eva Harrison
Nadie supo nada de ti durante estos tres meses.
Detective Eva Harrison
Los doctores han de examinarte, y nos aseguraremos de que te encuentres bien.
La miré fijamente, sentí como todo daba vuelta.
Me di unos retorcijones en el estómago, procuré reprimir las náuseas, no iba a vomitar al frente de ella.
Detective Eva Harrison
Creemos que fuiste abducida.
Detective Eva Harrison
En pocas palabras, secuestrada.
Cuando escuché esa palabra me quedé ahí parada, indecisa.
Al poco rato mis músculos se aflojaron y me tambalee.
Vi como la luz dorada de los faroles pasaba rápido frente a mis ojos.
Y tras solo esa breve advertencia, supe que mí cuerpo caía a la nada.
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