Cap.18

Para la chica era difícil estar sin su novio, sus padres no estaban muy de acuerdo con esa relación, también se sentía mal porque aún no tenía trabajo, quería salir pronto de ese lugar y llevarse a sus padres a un nuevo hogar.

_ hija, qué sucede? Le decía su mamá mientras la veía sentada en el jardín, triste mirando a la nada

_ hola madre, no sucede nada

_ te conozco mi niña

_ madre es solo que quiero trabajar y llevármelos de aquí

_, pero hija si aquí estamos bien

_ no mamá no quiero que trabajen más

_ no te preocupes hija todo va estar bien.

Los días, semanas y meses pasaban y Antonio seguía frustrado, su tío seguía vigilándolo, pero se dio cuenta de que el muchacho estaba sentado en lo de la compañía, decidió poner todo a nombre de Antonio, ya después le contaría.

En cuanto a la relación entre Antonio y Alexandra, se veía poco y las llamadas eran esporádicas, la chica lo seguía amando, tenía deseos de casarse con él y formar una familia, mientras que ella para él solo era una obsesión.

Una tarde hermosa para la familia Brunet, sería la más triste, pero feliz para alguien en cuyo corazón no tenía sentimientos ni remordimientos por quien por años veló por su bienestar.

_ Hola tío, que te trae por aquí. Ya el hombre se notaba cansado y en su rostro mostraba algo de molestia por el dolor que llevaba.

_ Buenas tardes hijo

_ que te sucede tío. Lo miró y vio que se veía mal y se dio cuenta de que no estaba bien

_ Nada hijo solo estoy cansado, tú sabes que estoy viejo. Fingió una sonrisa

_ siéntate tío, Carolina por favor trae un vaso con agua.

_ estaré bien

_ no te vez bien

_ solo vine a decirte que está todo en tus manos

_ que quieres decir con eso, tío

_ pues que eres el dueño de todo hijo, solo cuida con amor y esfuerzo he construido

_ no digas eso, como si te estás despidiendo. Pero en el fondo eso era lo que quería que él muriera para quedarse con todo.

_ promételo, sobrino

_ tío por favor no hables cálmate un poco, vas a estar bien.

De pronto un fuerte dolor le provocó caer al suelo.

_ tío, tío, decía, pero a su vez sonreía triunfante.

Una ambulancia, Carolina por favor, llama a una ambulancia, le decía a su sexi secretaria que estaba fuera escuchando todo detrás de la puerta, se dio cuenta de que su jefe y querido amor Antonio era dueño de todo y tenía que seguir a su lado en todo porque ella también quería disfrutar del dinero del pobre Don Federico Montemayor.

Al poco tiempo llegó la ambulancia y se llevó al señor Federico, fue atendido de inmediato por los mejores médicos. Al tiempo salió un doctor

_ familiares del señor Montemayor

_ yo doctor, dijo Antonio. _ dígame cómo está mi tío

_ Su tío esta delicado le dio un infarto y logramos estabilizarlo, pero tememos que vuelva a repetirle y este puede ocasionarle la muerte.

_ Antonio mostró preocupación

_ puedo verlo, si pero solo un momento

_ mirar a su tío allí en la cama de ese hospital al borde de la muerte, no le dio ni el más mínimo dolor.

Así te quería ver maldito viejo, porque si no era así yo mismo te iba a matar.

De pronto Federico abrió sus ojos y Antonio lleno de ira le dijo;

_ que bueno que estés despierto maldito, para que me escuches, te odio tanto porque tú fuiste el culpable de que mi madre muriera eres culpable desgraciado.

Lo cierto era que Don Federico no era el culpable si no el padre de Antonio, pero este antes de morir lo culpó de todo, y el creció con ese odio, con deseo de venganza.

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