Los invito a mi fiesta.

–Hermanita estás feliz de verme?- preguntó Penny con una sonrisa mientras se acercaba a nosotros con otras dos niñas. 

–Hola–  dijo Mey  aún que no estaba muy feliz de la llegada de su hermana, yo tampoco lo estaba pero fingí que si 

–Vinimos a pasear, pero Meizy dijo papá que tenemos que llevarnos bien así que pensé invitarte a mi fiesta de cumpleaños, mi papá me hará una gran fiesta, será de disfraces, deberías de venir, bueno deberían, tú y tu ¿novio?!- 

¿Esta niña me está invitando a una fiesta de cumpleaños?. 

Suspiré profundamente y después negué. 

No me interesa ir a una fiesta de cumpleaños. 

–¡Esta bien iremos!- dijo Mey, Penny y sus amigas sonrieron.

–Es este fin de semana, recuerda es de disfraces. –Después de decir lo que quería, se fue.

Se fue con sus amigas, iban platicando sobre qué disfraces usarían para la “gran fiesta”. 

–Creo que será bien ir, ¿Vas conmigo? no quiero ir sola, podrías disfrazarte de el capitán Garfield. 

–¿Tu amor por los piratas es mucho no?- pregunté y ella sonrió. 

–Si, anda yo me disfrazarte de campanita!- sonreí 

–No gracias Mey tengo cosas que hacer el fin de semana.– dije y regresé a comer mi pizza. 

–¿Cómo qué?– preguntó ella y alce mi vista buscando una razón por la cual no ir –No me digas que te quedarás a cuidar a tus hermanos, anda vamos. 

–No creo que mis padres me dejen.–Dije como última opción, pero se que si les preguntó ellos me dejaran ir. 

–Adrián!- no me creyó.

–Lo siento Mey, no me agrada tu hermana ahí algo en ella que no me gusta así que prefiero evitarla!- dije y volví a morder mi pizza. 

–Pero Adrián tú serás su instructor en la escuela, no puedes evitarla además sirve que se conocen más. 

–¡Lo pensaré!- dije y ella parecía más calma. 

Comimos nuestra pizza y después salimos de la pizzería comenzamos a caminar en la plaza por un rato hasta que nos detuvimos en las canchas que están en la parte de atrás de la plaza, a Mey no lo gusta el soccer pero a mí sí, así que nos pusimos a platicar en una de las bancas, cuando el balón de los jugadores bolo y se impactó con la cabeza de Mey.

–¿Estás bien?- le pregunto y le revise la cabeza. 

–¡Estoy bien!- dijo ella acariciando su cabeza. 

–Perdona, ¡fue mi culpa!- se acercó a nosotros un niño más grande que nosotros. 

–Esta bien fue un accidente– dijo Mey

–Ya vamos a seguir jugando –Grito Penny quien lucía un atuendo deportivo, algo diferente a como la vimos en la pizzería, traía un chongo alto un poco despeinado, tenis deportivos y un Short gris. Realmente parecía otra, ya que en  la pizzería traía un vestido guinda en vuelo y su cabello estaba suelto y bien peinado. 

Solo eran dos niñas jugando y ella era una de ellas.

–Si, ya voy!- el chico salió corriendo pateó el balón que cayó a los pies de Peny ella se puso en posición y corrió detrás del balón, burlando a unos cuantos y brincando sobre de otros, es buena para eso.

–¡Ella juega bien!- dije y Mey se me quedó viendo. 

–¿Nos vamos Adrián?, me duele la cabeza!- dijo Mey haciendo una mueca de dolor. 

–Si, vámonos. – le dije pero cuando me levanté el chico se acercó de nuevo. 

–¿No quieren jugar? Uno de nosotros se fracturó la pierna y nos falta uno!- el joven apuntó a un niño que estaba sentado en una de las bancas acariciándose la pierna. 

–Mey…– estaba por preguntarle si nos podíamos quedar un poco más pero ella dijo que estaba bien. 

Salí corriendo y me tocó estar en el equipo contrario de Peny. 

Nunca me había divertido tanto, burlaba a todos, corría detrás de ese balón hasta que me tocó enfrentarme a Peny, ella trataba de quitarme el balón, pero ambos luchábamos por quedarnos con él. 

–Adrián eres lindo!- dijo ella y sus palabras me destantearon un poco que ella me robó el balón, salí corriendo detrás de ella, y la alcance. 

Comencé a pelear por ese balón pero no sé cómo pasó que nuestros pies se entrelazaron y ella cayó encima de mí. 

–Penny!- dije y ella sonrió.

–¿Adían irás a mi fiesta?, mi cumpleaños ya pasó pero les pedí que me lo celebrarán así que me gustaría que fueras conmigo, te mandaré tu disfraz!- dijo ella sentándose en el suelo aún lado de mi.

–No, no iré, no mandes nada!- dije y tomé la decisión de no seguir jugando cuando voltee a ver a las bancas Mey no estaba.

“Mey” pensé. 

Salí corriendo y la vi en un puesto de nieves. 

–¡Te encontré!- le dije detrás. 

–vine por una nieve ¿Ya terminó el partido?- preguntó ella con una linda sonrisa. 

–No pero ya me aburrí, vamos te llevaré a tu casa!- le dije con una sonrisa, la tomé de la mano y caminamos hasta la parada de autobuses. 

La acompañe a su casa y de ahí me fui a mi casa

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