señor conejo

Desde ese día nos separamos, el salía más con sus amigos y su novia, subía fotos de ellos juntos, el día de su cumpleaños la presento a la familia, todos estaban maravillados por qué la chica era linda y educada.

Yo ya le había contado a mi madre sobre Lucas pero me límite a presentarlo a todos, no quería que Lucas se ilusione y piense que tenemos algo serio, no quería hacerle daño, ya teníamos casi tres meses saliendo, en la escuela siempre estamos juntos el me hace reír es muy chistoso, aún sigo esperando sentir las mariposas y la magia en sus besos pero no hay nada.

En las noches lloro en silencio, por qué quiero hablar con el como lo hacíamos antes, quiero a mi amigo de regreso pero se que eso jamás va poder ser.

Me arrepiento cada segundo de mi vida en besarlo esa noche estrellada, tal vez todo seguiría igual que antes, pero tenia que arruinarlo.

Los días iban pasando, el seguía de copiloto, no decíamos nada, creo que era lo mejor.

El día de los enamorados, ese un gran día para las chicas, los chicos les compran rosas a sus novias, hay globos en forma de corazón en el colegio, los chocolates se venden como pan caliente en el colegio.

Cuando baje del auto, Lucas tenía un enorme ramo de rosas.

- Hola nena, decía sonriendo.

- Hola, lo bese.

En estos meses Lucas ya me dijo que me ama pero yo solo pude decirle que lo quiero mucho, le dije que para mí era difícil decir esas palabras pero que me diera tiempo para poder decirle que lo amo.

Claro que jamás va pasar, no dejo de pensar en Tom, los fines de semana que estamos comiendo, el baja perfumado, se pasa en frente de mi, yo me concentro en mi celular, no alzó la mirada, no quiero mirarlo, aún no superó que esté con ella, me duele verlo con ella, me rompe el corazón, pero creo que hasta hora lo voy haciendo bien. Mis padres piensan que soy más callada y me pego al celular por qué estoy enamorada de Lucas.

Mis abuelos ya se dieron cuenta que nos distanciamos, ellos nos sientan juntos para que hablemos, pero ambos sacamos nuestros celulares, el se levanta y llama a su novia.

Escuchar cuando dice hola linda, me retuerce los intestinos.

Camine de la mano con Lucas con mi hermoso ramo de rosas, mire a lo lejos a su novia con una colección de historietas, si el las colecciona, el la beso y saco de su mochila un caja de chocolates y un oso de peluche.

Sentí que mi estómago se perforaba.

Llegue al salón de clases todas estaban celosas de mis rosas, ese día Lucas se porto muy lindo, teníamos planeado salir en la tarde, el quería ir al cine pero lo cambiamos por un helado y jugar boliche.

La verdad es que no voy a negar que el se esforzaba para que yo lo amara, nuestras conversaciones eran muy interesantes pero cuando estaba sonriendo le decía que Tom contaba el mismo chiste, no podía dejar de meterlo en nuestras conversaciones.

Subi al auto con mi ramo de rosas, el se subió con sus cómics en la mano.

Al llegar a casa la chica que nos ayudaba, me dijo que alguien me había mandado un obsequio, pensé que era de Lucas.

Era una caja de madera enorme, cuando la abrí habían un hermoso conejo.

- ¿sabías que había un conejo aquí?, le dije a la chica.

Ella se acercó

- Apenas llegó el paquete, si escuché ruidos pero no podía abrirlo, era para usted.

Saque al pequeño conejo y mire una nota.

Quería regalarte un perro, pero mis tíos no lo iban a soportar, pero creo que un conejo corriendo por los jardines se va a ver mejor, como tu personaje favorito de Alicia en el país de las maravillas, pensé que se iba a mirar chistoso con un traje y su reloj.

Espero te guste tu regalo, mi bella Alicia.

Recuerdo cuando miramos la película, yo lo abrace y le dije tú eres mi conejo, siempre te voy a seguir, no importa lo que pase, te seguiré, le dije cuando teníamos diez años.

Comence a llorar y abrace a mi conejo.

Lo extraño tanto, le decía a mi conejo mientras lloraba a mares. Deje al señor conejo en mi habitación, le puse una cama, agua y comida.

Mis padres me preguntaron quién me lo había regalado y le dije que un amigo.

El fin de semana mis padres le contaban del conejo a mi familia.

El señor conejo saltaba y yo caminaba detrás de él, la comida aún no estaba, el aún no había llegado. Quería agradecer por el señor conejo pero no quiero lastimarlo acercándome a el.

Me senté en el pasto y acariciaba al señor conejo.

- ¿Cómo se llama?, dijo parado atrás de nosotros.

Nos miramos, le sonreía.

- Gracias.

El sonrió y se sentó acariciando al conejo.

- Te amo Bianca que jamás se te olvide, dijo mientras tocaba mi mano.

- Tom yo..., dije con lágrimas en los ojos.

- Se que me amas, dijo secando mis lágrimas.

- Te extraño.

- Y yo

El se levantó y se fue.

Abrace al conejo y no deje de llorar.

Miraba como se iba alejando de mi.

Deje que el señor conejo diera otra vuelta en lo que yo recuperaba la cordura.

Cuando regrese el ayudaba a mi padre y bromeaba con el.

- ¿Ya comió el señor conejo?, dijo mi mamá

- Si ya está muy panzón, acaricie a mi conejo.

- Préstame a tu conejo, dijo el sonriendo.

El lo acaricio

- Te dije que ibas a ser feliz en sus brazos, dijo en voz baja.

Nos miramos y el sonrió.

- Deja de llorar, odio verte triste, susurro cuando me regreso al señor conejo

Sonreí

- Así está mejor, me entrego mi conejo.

Nos sentamos en la mesa, deje que el señor conejo brincara por la casa mientras comía.

Las noches eran menos solitarias con el señor conejo a mi lado, no le conté a Lucas que tenía un conejo, la verdad es que ya no quería mentir más, tenía suficiente con decirle a mi familia que un amigo me lo regaló.

Aunque Tom y yo no hablamos, al menos podíamos cruzar unas palabras, como me pasas la sal, te sirvo agua, adiós y hola.

Los fines de semana se volvieron mis días más anhelados por qué lo podía mirar sonreír, podía escuchar sus tontos chistes, a veces pasaba a mi lado y me empujaba.

No puedo creer que ya pronto dejaras la secundaria hijo, decía mi mamá

- Si tia ya el siguiente mes nos entregan los papeles.

- Tenemos que celebrar, decía mi padre.

- Claro es buena idea algo pequeño con ustedes.

- Pero invita a tu novia, la chica nos agrada.

- Claro tía veré si puede por qué ella va celebrar con su familia.

Yo escuchaba desde el sofá, mientras le daba de comer al señor conejo.

Ya teníamos casi seis meses con nuestras parejas aún así el no dejaba de estar presente, cada que acariciaba al señor conejo, el decía disfrútalo señor conejo, por qué yo soy su conejo favorito, susurraba.

Yo lo miraba y sonreía.

- ¿Niegalo?, un día me preguntó.

- Eres mi favorito, dije mientras sentía que el calor subía a mis mejillas.

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Comments

Mirta SUSANA Barbera

Mirta SUSANA Barbera

CUANDO BAYA AL OTRO COLEGIO. ELLA SE SENTIRA MAS SOLA, PERO AL MENOS, NO VAN A TENER QUE FINGIR O SUFRIR AL VERLOS AL LADO DE OTRA PERSONA

2025-04-03

1

Gaby❤️

Gaby❤️

Por suerte el se va a ir y lo va a poder olvidar 🥺🥺🥺

2024-02-26

0

emigle morillo

emigle morillo

Está historia me conmueve, porque no es fácil para ninguno de los dos tratar de luchar contra lo que sienten, me gusta, es diferente a las demás, siempre das un toque original a cada historia

2023-01-10

3

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