Es el primeramente el bien día de Asusena como asistente de bibliotecaria de una prestigiosa universidad autónoma, la mandaron del instituto de historia en literaturas la enviaron para que pudiera la joven pupilo lograr conseguir algunos créditos extras por lo que ni ella ni el bibliotecario se hallaban prevenido, ni dispuestos para laborar los dos en un ambiente armónico. El distinguido, refinado y de rasgos finos que yacía trabajando ahí más de cuatro décadas, hizo lo que estuviese a su alcance para mantenerla a gran distancia lejanamente posible, así que se le asignó el área de libros habituales, los más usados por los visitantes, desautorizadole el acceso para ingresar a las demás áreas, no obstante la joven no tenía ni las más mínima voluntad ni la determinación de acatar dichas ordenes de un vejestorio senil, quisquilloso, cascarrabias, malhumorado y gruñón. todo lo que le comunicaba a la joven se las recibía como un desafío, como una provocación como si se sintiera en duelo de gladiadores. A lo que dio principio de coger libros de las "secciones prohibidas", procediendo a llevarse a vivienda, pasaba las hojas una por una, el contenido de las páginas se le hacía tan fastidioso y un poco soso que los tiraba en una esquina donde se había un bote de basura, no podía comprender el excesivo cuidado y su idea de conservar y de mantener en un buen estado, no podía comprender al bibliotecario tan extraño en todos los sentidos..... Uno de muchos que cogío sin autorización, resultó algo diferente muy inusual a los demás, estaba cubierto en su totalidad de cuero, pero era tan tersa, delgada y tan suave que provocaba acariciarla más de una vez; no contenia ningún título, editorial su ilustración en la portada era inexplicable que no podía comprender una teoría o lógica de lo que estuviese viendo ante sus ojos, no contenía ninguna marca que dañara aquella bella piel, y solo lo más lógico que pensó fue conocer dicho contenido, se dispuso abrirlo y cuando lo realizó, una helada sensación recorrió desde la punta de sus pies hasta su cabeza al ver una cruda relación demasiado perturbadora vivencia en la vida de una persona desconocida las cosas que contaba en este cuaderno, sobrepasaban por mucho, tenía el miedo clavado en su cuerpo, pero aun así, procedió a seguir leyendo cada hoja, con tan solo unas pocas hojas su mente se encontraba hecha añicos, en cada una de ellas describía un horrible homicidio y sus atroz descuartizamiento, como por apuñalada, describía paso a paso comonles arrancaba la piel muy explícitos, así que saltó a las ultimas, las cuales resultaban en desagrado como si el odio y el rencor lo plasmará en cada acto como iba evolucionando en cada momento, las últimas hojas describió como encontrar a sus víctimas como amarrar las, decía como cortar las extremidades como quitar su piel, la manera de describir esa tortura inhumana me hizo estremecer de miedo, la forma de sus indicaciones de como cocinar la carne humana tan cruda que no pudo dormir esa noche. A la mañana siguiente, llegó con el bibliotecario, le entregó el diario en sus manos y confesó haberlo desobedecido en varias ocasiones y pedía disculpas por ello… aquel hombre lo tomó con una sonrisa, y simplemente dijo a la chica: —¡No te preocupes!... con esa actitud, lo único que has logrado es que hable de ti en una página completa en mi diario
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