Alfred - (Pov)
Mi nombre es Alfred Weidhad, tengo 61 años de edad y fui un asesino de sangre fría.
Nací en un reino que alguna vez fue un paraíso muy hermoso.
En un momento de mi vida representé un peligro para varios países, no importaba quién era el objetivo, si me pagaban para matarlo, lo haría.
Incluso si se trataba de un miembro de la realeza o de una familia importante, haría el trabajo sucio sin pensarlo dos veces.
Sin embargo, cada vez que terminaba un trabajo, me hacía la misma pregunta: ¿Por qué? ¿Por qué manchaba mis manos de sangre? ¿Vale la pena matar?
Ahora, después de tantos años, he dejado ese pasado atrás y he encontrado una nueva razón para vivir.
Aunque mis acciones pasadas nunca podrán ser borradas, estoy decidido a hacer todo lo posible para redimirme y ayudar a aquellos que necesitan protección.
Esa era mi forma de vivir.
Mi pasado puede ser algo oscuro, pero si te gustaría escuchar...
Con gusto te contare.
Mi nombre es Alfred Weidhand, y soy un príncipe de un reino que alguna vez fue una Utopía. Hace 50 años esa Utopía fue destruida, hecha cenizas.
Yo era solo un niño cuando vi todo lo que había sucedido. Los cuerpos quemados, los edificios en ruinas, el humo y el olor penetrante.
Pero pronto entendí lo que había sucedido. Fue una guerra. Una guerra que destruyó todo lo que conocía y amaba.
Mi padre, el rey de ese entonces, había sido asesinado. Y con él, gran parte de nuestra familia real y nuestros ciudadanos.
Los cuerpos de los ciudadanos estaban quemados, algunos gritaban con agonía, otros rezaban a la Diosa.
¿Qué clase de enfermo haría tal genocidio? ¿Por poder? ¿Por dinero? ¿Fama?
En ese instante no entendía lo sucedido.
Solo era un niño de 12 años que no entendía nada.
Eso fue lo que me impulsó a convertirme en un asesino. Un asesino frío y calculador que haría cualquier cosa por el bien de su país y su familia.
Me entrené con los mejores guerreros y espías. Aprendí a matar sin pestañear, a manipular y a engañar. Me convertí en una máquina de matar.
Pero a medida que pasaban los años, comencé a cuestionarme todo lo que había hecho. ¿Realmente había sido por el bien de mi país?
Me di cuenta de que había estado cegado por mi venganza y mi sed de poder. Y decidí que era hora de dejar mi vida de asesino atrás.
◆◇◆◇◆◇◆◇◆◇◆◇◆◇◆◇◆◇
«Hijo...»
Padre toca mi cabeza.
«¿Que pasa padre?»
Padre, él estaba usando una túnica adornada que, hacia juego con su corona dorada, y en su cintura colgaba una hermosa espada.
Padre me agarra mis hombros y con una sonrisa apenas visible, parecía que lloraba por dentro.
Padre, junto con su sonrisa me abraza mientras lloraba.
«¡¿Padre?!»
En ese mismo instante sabía que padre estaba sufriendo, no entendía lo que estaba pasando.
Porque en ese momento.
Estaba encerrado en una habitación que tenía un caballo listo para montar.
Tengo tantas preguntas... pero sé que padre no me dirá nada.
Mientras padre me abrazaba, vuelve a agarrarme mis 2 hombros.
Con sus grandes y cálidas manos.
Mientras lo hacía, sus ojos arrasaban de lágrimas.
Parecía que quería decir algo, pero no tenía las palabras para hablar.
Segundos después decide abrir la boca.
«Hijo... sé que he fallado como padre, que no estuve allí para ti cuando más lo necesitabas. Sé que he sido duro contigo por no tener atributos de magia, y que te he alejado de la sociedad. Pero no es por eso que te odio, nunca lo haría. Tú eres mi hijo, eres lo más importante para mí, la razón por la que sigo adelante cada día...»
El padre toma las manos de su hijo en las suyas, y las aprieta con fuerza.
«Perdóname por haberte hecho sentir solo y aislado, por no haberte dado el amor y la atención que mereces. Espero que puedas perdonarme, hijo. Y espero que algún día puedas encontrar en tu corazón la forma de perdonar a este viejo y estúpido padre que tanto te quiere.»
Cuando escuche esas palabras no entendía lo que quería decirme, pero esa palabra la tome como si él se estará despidiendo.
Como si jamás nos volveremos a encontrar....
... Esas palabras tan improvisadas, pero con sentimientos puestos, me hicieron sacar más de una lagrima...
Las palabras de mi padre resonaron en mi cabeza mientras lo miraba, tratando de asimilar todo lo que estaba sucediendo. El silencio en la habitación era abrumador, solo interrumpido por los sollozos que salían de su garganta.
Mis ojos se llenaron de lágrimas al escuchar a mi padre disculparse por no haber sido un buen padre. Era difícil para mí aceptar que mi propio padre había estado ocultando sus sentimientos durante tanto tiempo, y que esta era la primera vez que los compartía conmigo.
Intenté decir algo, pero no podía. Solo lo abracé con fuerza, tratando de transmitirle todo el amor y el perdón que tenía en mi corazón.
Pero en ese momento, un sonido retumbó en todo el castillo. Era un sonido que no había escuchado nunca antes, un sonido que helaba la sangre en mis venas.
Mi padre me empujó detrás de él, sacó su espada y se dirigió hacia la puerta de la habitación.
Padre siempre fue un hombre justo y bondadoso, pero cuando se enteró de que yo no tenía atributos de magia, algo cambió en él. De repente, su mirada se volvió fría y distante, y parecía que me odiaba por no haber nacido con las habilidades mágicas que tanto valoraba en su sociedad.
Me alejó de toda la sociedad, quitándome todo derecho y haciéndome sentir como un extraño en mi propio hogar. Cada vez que intentaba hablar con él, me ignoraba por completo, como si yo no existiera.
Me sentía solo y abandonado, sin amigos ni nadie con quien hablar. Incluso las pocas personas con las que hablaba a veces, me miraban con desprecio y hablaban a mis espaldas. Sabía que no tenía ningún valor para ellos, y eso me hacía sentir aún más aislado y desesperado.
El dolor y la soledad eran mis únicos compañeros en esos tiempos oscuros, y me preguntaba por qué tenía que ser así. ¿Por qué mi padre me odiaba por algo que no podía controlar? ¿Por qué tenía que sufrir tanto por algo que no era mi culpa?
---Hace varios años---
"Mira, el príncipe inservible"
"Oye, no digas eso, él te puede escuchar"
"¿Qué dices? El no escucha, solo dije la verdad... es un inservible"
Que... inservible... ¿eh? ¿El suicidio puede ser una opción?
Mi corazón, mi mente y mi espíritu estaba roto emocionalmente.
Para un claro ejemplo; estaba como la comida, entre más pasa el tiempo más se descompone
Aunque intentaba hacer frente a la situación, no podía ignorar los comentarios y burlas que escuchaba a mis espaldas. Cada día se volvía más difícil levantarme de la cama y enfrentar el mundo.
Mis pensamientos oscuros fueron interrumpidos por la presencia de una maid. Su cabello corto y sus ojos verdes me hipnotizaron por un momento, aunque parecía ser solo una niña unos años mayor que yo. Sostenía algo detrás de su espalda y se acercó para entregármelo.
¿Qué es lo que tiene? ¿Qué quieres?
«¡Alfred-sama tome, ¡felicidades, por su décimo cumpleaños!»
Ella me da lo que tenía escondido en sus manos, era una cajita envuelta con papel de regalo con una nota que decía "¡Felicidades!".
¿Sera una clase de broma? ¿Viniste a burlarte de mí?
«... Si vienes a burlarte, por favor largo.»
No estaba seguro de qué esperar. ¿Un regalo? ¿Una broma cruel? Mi desconfianza hacia los demás se había vuelto tan grande que me resultaba difícil aceptar cualquier gesto de amabilidad.
Eso es lo de siempre.
Di media vuelta para irme.
«¡Awawawa! ¡Aaaalfred-sama! ¡¿Es muy malo, ni siquiera lo abrirá?!»
Al instante que vio que me iría, se volvió de manera pasiva- agresiva-, diría que inquieta y haciendo pucheros.
Que molesta...
Me giro y la quedo viendo fijamente, ella estaba roja como un tomate mientras estaba vigorosa.
...Mirare lo que hay a dentro, no esperare nada de una persona que solo quiere diñársela... de seguro es una nota que dice: "Muérete".
... ¿Eh?
Pero cuando abrí la caja envuelta en papel de regalo, encontré un collar sencillo pero elegante, con una nota que decía "¡Feliz cumpleaños!".
Pero, para mi sorpresa el regalo supero mis expectativas, simplemente era un collar... pero eso que es "simple" se veía que ella tomo mucho de su tiempo para comprarlo, ver si me quedaría bien, ver si me gustaría.
Ese collar, fue lo suficiente para entender que ella en realidad no piensa de mi como de otras personas.
Mi corazón se ablandó un poco al darme cuenta de que esta chica había tomado el tiempo y el esfuerzo para encontrar un regalo que me gustara. Me sentí un poco avergonzado por mi actitud defensiva hacia ella...
Después de que Celia me dio el collar, estaba tan sorprendido que no sabía qué decir.
Me sentía mal por pensar que sería una broma o algo así, porque ella se veía tan genuinamente feliz por dármelo.
«Sé que no es un regalo digno de un príncipe, pero... si no le gusta, puede botarlo.» dijo ella con una mirada triste.
«¡No, no! ¡Me encanta!» le dije rápidamente, tratando de tranquilizarla. «Gracias, en serio, es el mejor regalo que he recibido.»
Celia sonrió aliviada y me dijo: «Fufu~, Alfred-sama... Está bien.»
«¡¿Ense-?!»
En ese momento, la brisa entró por la ventana y movió su pelo como si fuera una ola, mostrando una belleza angelical. Me quedé mirándola con la boca abierta, sin saber qué decir.
«Fufu~ ¡Nos vemos luego, Alfred-sama~! ¡Recuerda, nadie decide tu futuro!» dijo ella con una sonrisa, mientras se ponía un dedo en el labio.
«¡¿C-cómo te llamas?!» le pregunté rápidamente antes de que se fuera.
«Celia... me llamo Celia.» me respondió ella con una sonrisa mientras se alejaba.
Me quedé mirándola mientras se iba, sintiendo un pequeño momento De felicidad en medio de todo el caos que había estado sintiendo últimamente.
"Creo que me enamoré", pensé para mí mismo mientras me acariciaba el collar con una sonrisa.
Soy sólo un hombre, que escribe sus sentimientos con sencillez y armonía.
"Decide tus sueños" y allí reside el secreto, ser quien eres...
Ese hombre sencillo que expresa lo que siente.
¡Haciendo realidades sus sueños!
Después de pasar los días, nuestra relación se hacía cada vez más cercana y mis sentimientos se hacían cada vez más profundos.
Ella era la única persona que me apoyaba, la única persona a la que yo amaba.
Olvidando totalmente el desprecio que veía en las personas.
Celia se convirtió en mi amiga cercana, siempre estaba ahí para mí, incluso cuando las cosas se ponían difíciles en el castillo.
Era tarde en la que estábamos paseando por los jardines del palacio, disfrutando de la hermosa vista y la brisa fresca.
De repente, Celia se detuvo y señaló hacia un árbol cercano.
«¿Ves ese nido de pájaros allí arriba? Me encantaría ver a los polluelos salir de sus huevos» dijo con una sonrisa en su rostro.
Inmediatamente, me trepé al árbol y traje los huevos a Celia.
Ella se sorprendió al principio, pero luego se emocionó al ver a los pequeños polluelos salir de sus cascarones.
Pasamos la tarde observando a los polluelos y riendo juntos.
También hubo una vez que decidimos hacer un pastel juntos, aunque ninguno de nosotros sabía cocinar.
Fue un desastre en un principio, pero finalmente, después de varias horas de esfuerzo, logramos hacer un pastel delicioso.
Nos reímos y comimos juntos, mientras disfrutábamos de la deliciosa creación que habíamos logrado.
Estos momentos felices hicieron que mi corazón se sintiera lleno de alegría, gracias a la presencia de Celia en mi vida.
También recuerdo que fuimos a dar un paseo por los jardines del castillo. El sol brillaba y las flores estaban en plena floración, creando un ambiente de paz y armonía. Caminamos por el sendero, disfrutando de la belleza natural a nuestro alrededor.
De repente, Celia corrió hacia un árbol cercano y comenzó a saltar para alcanzar una manzana en la rama más alta.
«¡Espera, Celia, ten cuidado!» le grité preocupado.
Pero ella no escuchó y siguió saltando, hasta que finalmente logró agarrar la manzana y se la comió con una gran sonrisa en su rostro.
«¡Mira, Alfred-sama, la atrapé!» dijo con orgullo.
Reímos juntos y seguimos caminando, disfrutando de la compañía del otro y de la hermosa tarde.
Otro momento especial fue cuando Celia me enseñó a jugar un juego de cartas. Me explicó las reglas y juntos jugamos varias rondas, riendo y bromeando mientras competíamos.
No era el juego en sí lo que era especial, sino el hecho de que Celia había tomado el tiempo para enseñarme algo que le gustaba y compartirlo conmigo. Fue un momento de conexión y amistad que nunca olvidaré.
Con el tiempo, mis sentimientos por Celia se convirtieron en algo más profundo, algo que no podía ignorar ni negar. Pero aún así, me sentía asustado e inseguro. ¿Qué pasaría si ella no sentía lo mismo por mí? ¿Podría arriesgar nuestra amistad por el amor?
Pero un día, mientras paseábamos por los jardines, tomé coraje y le confesé mis sentimientos a Celia. Ella se quedó en silencio por un momento, y yo temí lo peor.
Pero entonces, ella sonrió y me tomó de la mano.
«Alfred-sama, no sabes cuánto tiempo he esperado a que me digas eso» dijo con lágrimas en los ojos.
Fue un momento de pura felicidad y alivio. Finalmente, podía ser honesto con ella y juntos podíamos explorar lo que significaba este nuevo capítulo en nuestra relación.
Pero aparte de ser feliz con Celia, ¿Por qué no estoy feliz al ver a padre arrodillarse?
No... no es eso, si no que. No puedo expresar ningún sentimiento cuando estoy con él.
La verdad es que desde que tengo memoria, padre siempre ha sido un hombre frío y distante conmigo. Apenas me habla, y cuando lo hace es para darme órdenes o criticarme por algo que no hice bien.
Es cierto que es el rey tiene responsabilidades importantes, pero aún así me duele no tener una relación más cercana con él. Me pregunto si alguna vez le importé como hijo o si sólo soy un heredero más del trono.
Padre se me acerca, y me entrega algo, junto con un tono suave y triste.
Mientras me susurra al odio "lo siento... y, cuídate hijo... te quiero"
Eran palabras que dijo pausadamente.
«Celia, llévatelo.»
«¿Eh?»
Cuando padre da la orden, Celia que estaba en un rincón de la habitación desaparece en un instante.
Y reaparece agarrándome de la cintura, me levanta y me monta al caballo junto a ella.
«¡¿Pero qu-?!»
La habitación abre una puerta oculta que se dirigía al bosque.
Mientras nos movíamos con el caballo miraba a padre desaparecer lentamente.
Con su mano diciendo adiós.
De repente, una terrible sensación de vacío me invade, mientras mi corazón latía con fuerza.
Las lágrimas empiezan a correr por mi rostro mientras el caballo galopa a través del bosque.
«Celia... ¿Qué es lo que está pasando? ¿Por qué padre me dio eso?»
Le pregunto a Celia, tratando de contener las lágrimas.
«No lo sé, Alfred-sama... Pero lo importante ahora es que estemos juntos.»
Su respuesta me hace sentir un poco mejor, pero la sensación de incertidumbre sigue latente en mi mente.
¿Por qué padre se veía tan triste? ¿Qué significaba ese regalo que me dio?
Mi mente empieza a divagar en pensamientos oscuros, haciéndome sentir aún más confundido y angustiado.
El caballo sigue avanzando por el bosque, mientras yo trato de controlar mis emociones y mantenerme fuerte ante la incertidumbre que se cierne sobre mí.
Cuando Celia cabalgaba, no pude aguantarme más y le pregunté qué estaba sucediendo en realidad.
«¿Celia, qué está pasando?»
Ella no me respondió, simplemente me ignoró.
«¡Celia, te estoy hablando!»
Pero ella seguía sin responder.
Mientras pasábamos por el bosque en una colina, vi cómo nuestra utopía ardía en llamas.
Jeje... ¿no es verdad, cierto? ¿todo es mentira... cierto?
Estaba sin palabras.
Jeje... ¿no es verdad, cierto? ¿todo es mentira... cierto?
Estaba sin palabras.
«ja...ja, ¿quién... provoco todo esto?»
Mi mente estaba en desorden.
Mientras trataba de entender lo sucedido, estaba completamente perdido.
Mi hogar...
Está siendo destruido, los ciudadanos están siendo masacrados...
«El cielo se volvió oscuro...»
Ella suspira antes de hablar.
«Es un golpe de estado. Alguien quiere tomar el trono y está dispuesto a hacer cualquier cosa para lograrlo. Incluso, quemar todo lo que represente una amenaza.»
¿Quieren... la corona? Corona...
«¡Padreeeee!» Exprese con clamor.
N-no, es mentira... Todo es mentira...
No podía creer lo que estaba escuchando. Mi hogar, mi padre, todo estaba en peligro. Sentí una mezcla de miedo y rabia.
«¡Celia, suéltame! ¡Padre está en peligro!»
Intentaba bajarme del caballo moviéndome para todos lados.
Lo que ocasionó que no cayéramos, rodando en la colina donde nos movíamos.
Mientras caíamos, Celia y yo pudimos de alguna manera no hacernos tanto daño.
Pero el caballo que no tenía la culpa de nada fue el que resultó muerto.
«¡¿Celia estas bien?!»
«Alfred-sama, yo me encuentro bien. ¿Usted está bien?»
«¡S-si!»
«¡Por ahí están!»
Escuchamos un grito arriba de la colina, donde la conmoción se movía en nuestros cuerpos.
Miramos alrededor y vimos el caballo muerto.
Cuando quería correr hacia el caballo, siento un vibra detrás de nosotros.
Eran unos de los atacantes del reino.
«¡Los... en... con... tras... mos...!»
Los atacantes del reino se acercaron corriendo hacia nosotros con espadas en mano, y Celia sacó la suya para defendernos.
Traté de ayudarla, pero mi mano estaba temblando de miedo.
«¡Alfred-sama, manténgase detrás de mí!»
Celia se colocó frente a mí con la espada en alto, lista para luchar.
Pero yo no podía quedarme quieto mientras el padre estaba en peligro.
«¡Celia, por favor, déjame ayudar!»
Celia no decide esperar y ataca rápidamente, queriendo dar un corte con su espada.
Pero este la repele siendo un ataque normal.
Hace un giro con su lanza dándole un golpe rápido a Celia.
Celia lo repele con la hoja de su espada.
«¡Ummm, viéndote mejor sería mejor primero probarte antes que matarte!»
«Mi cuerpo y alma ya tiene dueño.»
Ella le responde seriamente.
«¿Ese mocoso?»
«...»
«Bueno que más da.»
La batalla tomo inicio nuevamente.
Los ataques que hacían eran tan rápidos que solo veía destellos.
«Quiero ayudar... pero...»
No puedo dejar que Celia haga todo el trabajo.
Quiero pelear.
Pero si tan solo... Si tan solo pudiera usar magia.
¡A la mierda! Estiré mi mano para la dirección de la escoria, y empecé a recitar.
«¡Diosa que estas en los cielos, bendíceme con tu poder santo, dame la fuerza suficiente para poder pelear y levantarme en cualquier-!»
«Pobre chico... ¡Mueeeere!»
Se abalanza hacia mí. Interrumpiendo mi cantico en corto.
Cuando creí que este será mis últimos minutos de vida.
Celia se atraviesa y recibe el corte.
Rojo...
Por primera vez veo el rojo carmesí de una persona.
Mi corazón se despedazaba poco a poco.
«¡No,no,no!»
Me moví desesperadamente para tratar el corte letal de Celia.
«¡Celia, no te mueras, no te mueras, no te mueras, no te mueras! ¡NO TE MUERAS!»
Un espeso olor a sangre llego a mi nariz...
Ella está muriendo.
«Mi amo... lamento decir esto... pero no me queda tiempo, por favor, vive, no dejes que alguien decide tu futu... ro...»
«¡Celia!»
La tomo en mis brazos y trato de detener la hemorragia.
«¡No te rindas Celia, por favor!»
Intento mantenerla despierta, mientras las lágrimas seguían cayendo por mis mejillas.
Pero ella ya no podía mantener sus ojos abiertos.
«Alfred... tú eres... mi sueño hecho realidad.»
Sus últimas palabras resonaron en mi cabeza, mientras la veía partir.
En sus últimas palabras...
Ella murió en vano...
Por primera vez veo como una persona es asesinada frente mis ojos.
Y esa persona era la primera persona en aceptarme.
Ver a la chica que más amaba ser asesinada por mí, por culpa de un inútil.
Verla morir con mis propios ojos.
«¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHH!»
Los gritos de Alfred.
Se convirtieron en chillidos, y las lágrimas que rebasaban su rostro.
En enojo.
Yo ya estaba muerto por dentro.
Pero al instante una mujer misteriosa, con aura purpura aparece frente sus ojos.
«¿Quieres vengar a tu amada? ¿O morir?»
Su voz resonó.
«——?»
Él dijo en voz baja. «De que sirve vivir... si ya no tienes nada.» ella lo ve y dice «Si, es cierto... este mundo es injusto, ¿no? Pero.... ¿acaso morirás sin más? ¿Acaso ella no te dijo "vive"? Que alma tan pobre...» Ella cuestiono.
Alfred simplemente vio a la mujer misteriosa, y acepta la primera opción.
«... Por favor... dame poder.»
Con una pequeña sonrisa ella responde. - «Como desees~. ¡Mi querido apóstol!»
Y este pequeño encuentro entre la mujer misteriosa y Alfred.
Termino.
El chico que llevaba callado unos segundos se levanta.
«¡JAJAJAJA! ¡Si ella hubiese aceptado ser mía la dejaría vivir! ¡Pero lástima que está muerta!»
«...»
Alfred recoge la espada.
Y da paso por paso.
«Te vengare, Celia. Juro que te vengare.»
«¿Eh? ¿Quieres pelear?»
«Muere.» -Respondió fríamente.
«¡Tratas de matar-!»
Unos segundos, la espada decapito espléndidamente al malhechor interrumpiendo sus palabras.
«Me pregunto si en Japón viviría tranquilo.»
◆◇◆◇◆◇◆◇◆◇◆◇◆◇◆◇◆◇
Después de lo que paso en ese entonces hoy en día sigo siendo un apóstol de la mujer misteriosa y un asesino retirado.
Se podría decir que ahora trabajo de sirviente de un jovencito.
Ese jovencito es muy fuerte...
Un joven extraordinario...
El no necesita un entrenamiento porque cuando le reté a un duelo, no creí que iba enserio.
Por un momento me asesina, ¿estaré oxidado, no Celia?
jojojo.
Interesante...
No puedo olvidar esos ojos intensos, eso que te matan con la mirada...
Me recuerda a esos tiempos...
Alfred mira la hora en el reloj de su mano izquierda.
–Supongo que volveré a trabajar, necesito explicarle unas cuantas cosas a Dante-sama.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 36 Episodes
Comments