Ni Un Día Mas
Era primavera,el aire ya se empezaba a calentar, los jazmines paraguayos se colgaban de flores blancas y celestes, inundaban el aire con su exquisita fragancia.
Ana una niña más que una adolescente de 13 años estaba estudiando en una academia de Inglés que se ubicaba dentro de un club que oficiaba de establecimiento educativo en la parte superior ,ya estaba anocheciendo salía de su clase ya oscura y cuando las luces de la calle no eran prendidas su papá Eugenio la iba a buscar, él era su protector no quería que le pase nada a su única hija.
En la planta baja siempre se juntaban los muchachos del barrio a jugar a la villa o carambola, eran conocidos de Eugenio el solía llegar temprano y compartir un partido con los más grandes; entre esos estaba André ,Don Aquiles y el Negro. Como jugaban muy bien los más jóvenes se llegaban a ver como jugaban ,cada año nuevos jóvenes se juntaban.
Terminada la clase el grupo de adolescentes salían en malón y se retiraban solos a sus domicilios o esperaban a sus mayores a que los busquen.
Como todas las clases al finalizar Ana se juntaba con su amiga Maru a la espera que la busquen
Ese día en especial la calle estaba totalmente a oscuras motivo por el cual Eugenio fue a retirar a Ana, con bastante antelación para charlar con sus amigos
André-Hey Eugenio vamos por una partida le espetó.
A lo que Eugenio aceptó empezaron a jugar a lo que se le sumó Aquiles.
El grupo de jóvenes que allí se encontraban se empezaron a agolpar , casi Eugenio hace una carambola.
Aquiles le reclamó que le deje algunas bolas para meter , jugaban por una cerveza entre bromas y risas.
Estaban ya saliendo cuando Ana lo vio se acercó a él y se le colgó de su cuello llenándolo de besos preguntándole....
Papito me puedo quedar con Maru en la puerta a esperar a su papá hasta que la busquen
Eugenio le reclamó
Hija primero salude y si se puede quedar
Hola Tío Aquiles , era un amigo de muchos años de la familia y hola André.
Los dos contestaron hola y el tío Aquiles la abrazó y besó despeinándola y preguntándole como le iba en la escuela
Por supuesto los más jóvenes también la saludaron esperando que se les acercara a darles un beso.
Cabe aclarar que si bien Ana tenía trece años su cuerpo ya era el de una bella mujercita y su rostro angelical hacían un conjunto digno de admirar
algunos más atrevidos la piropearon cosa que a Eugenio no le gustó , parando el juego y largandoles una mirada furibunda
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