Capitulo 10

Sí....

Fue lo más loco que había escuchado, ¡cómo alguien podía aceptar una propuesta así en menos de un minuto!

Todo le parecía absurdo, por lo que sonrió de manera divertida.

Akira - Olvídalo - Sonriendo divertidamente

Sebastián - Me acabas de proponer matrimonio, yo he aceptado, no veo donde está lo divertido, además yo con gusto aceptaría casarme contigo.

Akira - ¡No te burles de mí! - Borrándole la sonrisa.

Sebastián - Claro que no lo hago, es más, podría en este momento ser yo quien te pida matrimonio, aun así ¿aceptarías?

Akira - Sin palabras- Pues...... No lo sé.... lo dije sin pensar.... Siento mucho haber......

Sebastián - Si no lo hubieses mencionado, ¿crees que abría esa posibilidad de que seas mi esposa?

- Además, sería un matrimonio para beneficio de ambos, por alguna razón siento que es lo que en estos momentos necesitas y pues bueno yo necesito una esposa, antes de ceder a otro compromiso donde no hay un nosotros, es decir no conozco a la supuesta mujer.

"A veces los juegos sucios también se valen en el juego del amor, - lo siento mi amor por mentirte, pero no quiero que ningún hombre te aparte de mí, ya espere muchos años por volver a ti"

Akira - ¿Te comprometerás con alguien más?

Sebastián - Si no encuentro esposa dentro de tres meses, mis padres así lo harán.

Akira - Entonces.... solo sería un matrimonio contractual?

Sebastián - Si así lo deseas si, pero deberíamos contemplar los pro y los contra, actualmente estoy en casa de mis padres, por lo que les va a parecer algo sospechoso que no compartiéramos habitación, así que hasta el momento deberíamos actuar como una pareja de enamorados.

Akira - Tú..... tus padres? Yo..... No quiero incomodar..

Sebastián - Solo seria por unas semanas, hasta que terminen con la construcción de mi nueva casa, es más mi abuelo se está encargando personalmente de todo.

Los nervios de Akira le recorrían de arriba abajo al pensar que si acepta la propuesta debería actuar como si realmente fuera la mujer más feliz del mundo, en parte si lo era porque se casaba con el hombre que ella amaba, pero y si él no la amaba tanto como ella? Después de todo que podía pedir, si solo era un matrimonio de intercambio.

Akira - Está bien - Suspirando. ¿Cuándo nos casaríamos?

Sebastián - Si no tienes ningún problema, podría ser mañana o este fin de semana, tú decides el día y la hora.

Akira - ¿Tan pronto? ¿Podría pensarlo un poco?

Sebastián - Cuando te hayas decidido llámame, este es mi número personal

- entregándole una tarjeta.

Akira - Creí que el número que está en el registro de la empresa era suficiente, además no podría comunicarme, ya que yo no uso teléfono. - Agacha avergonzada.

Sebastián - Lo imaginé, pues en tu registro no se halla uno, así que eso no será un problema, ahora mismo iremos por uno, ¡terminemos de comer! - Dando el primer bocado.

Dejando sin palabras a su ahora futura esposa, se disponen a comer en silencio, una vez fuera del restaurante, se dirigen al centro comercial donde no solo le proporcionará de un nuevo teléfono, sino también empezaran con la búsqueda del vestido de novia.

La tarde se les fue en un abrir y cerrar de ojos.

Llegando a casa de Akira.

Akira - Ok, este día a sido muy agotador, regresa primero.

Sebastián - Bien, cuídate futura esposa - Dándole un beso en la mejilla.

Muy roja de la vergüenza baja corriendo del coche y se pierde en la multitud aldeana, que al parecer celebran algo.

Con una sonrisa de satisfacción, Sebastián regresa a su apartamento, donde actualmente vive y que en menos de una hora debe abandonar para poder hacer válida su mentira de aún vivir con sus padres, claro que la mentira saldrá a la luz mucho después de su boda.

Para Akira la vida no había sido nada fácil desde que quedó huérfana, ahora debía enfrentarse a la realidad y pelear por los suyos, aunque las trabas del destino querrán intentar doblegarla a que abandone toda esperanza.

La multitud aldeana en cuanto vio a la hermosa mujer caminar junto a ellos, se abrieron paso para dejar a la vista la gran ceremonia de pedida de mano, claro que el jefe de la aldea estaba más que feliz de ver llegar a la mujer que una vez la vio con lujuria, en aquellos tiempos nadie sabía la intención del Jefe, a pesar de ser un hombre de familia pensaba que podía poseer lo que él pudiese con solo mencionar que era dueño de unas cuántas tierras, el corazón negro que había detrás de esa fachada de hombre amable y caritativo con las personas, solo era un disfraz para obtener su propio beneficio, sin importarle a quien deba arrastrar para conseguirlo.

Los aplausos de los aldeanos le anunciaban un mal presentimiento a nuestra Akira, quien camina rápidamente para no ser atropellada por todos ellos, pero la voz de su abuela la detiene, haciendo que rápidamente se dirija a ella.

Akira - Abuela! ¿Que haces aquí? ¿Donde están mis hermanos?

Abuela Maria - Se los han llevado mi niña, no pude hacer nada contra ellos, lo siento mucho cariño - Dice llorando.

Akira - ¿Qué? ¿Cómo que se los llevaron? Si apenas hoy....... No puede ser..... - A donde se los llevaron, dime abuelita, iré por ellos ahora mismo.

Abuela Maria - Están una casa hogar, la dirección está en casa, pero ahora ya tenemos la solución para que mis niños regresen; Por favor mi niña no puedo soportar más este dolor, acepta a este muchacho y cásate con él, solo así volverán mis pequeños nietos.

Akira - Lo siento abuelita, pero eso no será posible.

Felo - Akira - hablando por el alta voz.

- Acércate, - hoy aquí delante de todos nuestros hermanos aldeanos, quiero pedirle a tu abuela formalmente tu mano en matrimonio, sabes que he estado enamorado de ti desde hace mucho tiempo y hoy que me han dado esa oportunidad de cortejarte no quiero dejar pasarla, así que ¿aceptas casarte conmigo?

Akira - Siento mucho que te hayas tomado el tiempo de hacer tan grande este momento, pero mi respuesta es no y no pienso casarme contigo, aunque me hunda en la desgracia nunca aceptaré tu propuesta.... - Abuela es hora de irnos.

Con tremenda humillación un Felo jura hacerle pagar por tal falta de respeto, nunca se imaginó que una mujer se hubiese atrevido a humillarlo de esa magnitud, pero una Nariza en secreto gozaba y celebra que fuera rechazado, en el futuro le agradecería por dejar las cosas a su favor.

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