El Gato Del Vecino

Un día común

Hola, mi nombre es Dará Cardona, tengo 23 años de edad, aunque por mi tipo de complexión pares o un poco más joven, vivo sola en un pequeño departamento de la zona escolares de la Ciudad Taris, estoy por terminar la universidad, aún no sé que haré en el futuro.

No tengo familia, bueno si tengo pero es como si no la tuviera, mis padres me corrieron de la casa y a mi único hermano le soy indiferente, mi abuela me ama pero vive en provincia, sólo podemos hablar por teléfono de vez en cuando.

Por lo regular no entiende nada de lo que le digo, la emoción por hablar por teléfono conmigo la ensordece, me pregunta siempre lo mismo,

-¿Cómo estas mi niña?, ¿comes bien?, ¿Qué tal la escuela?, No te malpases, debes de comer y dormir bien.

Siempre al escuchar su voz cálida y sus palabras amorosas siento su amor por la forma en cómo se preocupa por mí, eso me ayuda a olvidar lo realmente sola que estoy.

Vivo gracias a que mi abuela me envía dinero y a unos algunos trabajos que hago desde casa.

En los momentos más desesperados pensé en ser bailarina en algún lugar donde las chicas se quitan la ropa pero lo pensé un poco más y me di cuenta que me pagarían por no subir al escenario, me abuchearían sin dudarlo y el sitio se iría a la quiebra ya que carezco completamente de ritmo o mínima simpatía, además de que soy más bien una tabla, nada que mostrar o digno de mover, jajaja, pensar en eso es muy gracioso, imaginen un tablón rodando en la pista.

Otra idea loca que tuve fue la prostitución, pero al igual que el baile lo pensé mucho, digo si ver una tabla bailar no se apetece, menos una tabla en la cama, que realmente hay gustos para todos, pero cruzó por mi mente a quién le gustaría una chica con aspecto de Loli y todo lo que pude imaginar fue a viejos gordos, asquerosos que fantasean con adolescentes, ¡degenerados!.

O peor que tal si me encuentro con uno de esos CEO'S tipo Dorama o Manhua, muy apuesto, eficiente en su trabajo, millonario, encantadores, de mirada fría y corazón impenetrable, que al final terminan amando a la protagonista pero la hacen pasar por verdaderos infiernos. ¡Que miedo!.

Así que decline de esa absurda idea, no es que me este "guardando" para alguien en especial, simplemente soy muy cobarde.

Así que me dedique ha hacer algunas pinturas e ir a venderlas a un lugar donde hay varios artistas callejeros, no gano mucho pero es suficiente para comer y con lo que me envía la abuela pago la renta, más de una vez me he quedado sin electricidad por no pagar la cuenta, pero no importa ya que no tengo artículos electrónicos más que un frigorífico que cabe señalar no tiene nada más en su interior que un frasco de conservas que me regalo una compañera, las hace su mamá y a todos los de la clase son obsequio una muestra.

Mi casa es muy pequeña, entras y esta la estancia, das un paso y encuentras la recamara, das medio paso más y encuentras el baño, no puedo decir que tengo cocina, es solo un espacio en la estancia el cual esta habilitado con una pequeña parrilla, el frigorífico que como ya mencione esta vacío, una mesa pequeña que encontré junto a unas bolsas de basura, creo que los vecinos que cambiaron de casa la dejaron por que ya estaba muy desgastada, pero para mi es bastante funcional.

Mi lugar no tiene nada de especial a excepción de la vista, por la mañana entra una luz brillante, realmente radiante, me hace sentir feliz y viva.

Por la tarde se ve el atardecer, esa luz cálida que hace que me sienta menos sola, me calienta el corazón.

Hace algunos años mis padres eran de alguna forma "normales" siempre regañando por los deberes de casa, de la escuela, nunca pensé que extrañaría eso...sniff sniff, me hace un hueco en el corazón y un nudo en la garganta.

Ellos son buenos padres, creo que la que no fue buena hija soy yo. Les cause mucho dolor, pero nunca fue mi intención, pero las cosas no suelen ser como se espera.