Capítulo 17

Bruno

Quien iba a pensar que la salida a la discoteca terminaría así, quien se iba a imaginar que llegaría a los golpes con Nick, ese maldito, pero no me arrepiento, Alice vale tanto la pena, que un poco de sangre no es nada, se me olvidó el resto del mundo y darme cuenta que ella me corresponde es más que suficiente para perder el control

Nos vamos caminando hasta llegar a la pensión, que para mí sorpresa no estaba tan lejos, en ese momento caigo en cuenta que deje a Gael botado, aunque de seguro consiguió algún ligue, por lo que no me preocupo tanto, pero mi insulto me lo llevo jajaja, que más da, entramos y subimos a nuestros cuartos, pero Alice me detiene antes de entrar al mío

- Vamos a mi cuarto, hay que limpiar esa herida... - en ese momento recuerdo que mi mejilla sangra, el coraje no me había dejado sentir dolor, asiento y luego de entrar ella le pone seguro a la puerta - sientate en la cama, ya regreso! - entra al baño y trae consigo una cajita con cosas de primeros auxilios, comienza a limpiar la sangre y cuando rosa la herida me quejo un poco - cómo lo siento, todo esto es mi culpa! - me dice un poco triste

- Tú no tienes la culpa de que ese imbécil sea un tarado... nunca hubiese dejado que te fueras con él, acaso no lo viste? tenía los ojos inyectados en sangre, sabrá Dios lo que te habría hecho!

- Lo desconozco totalmente... fue un salvaje... mira nomás como te dejo la mejilla!

- Eso no es nada... dejaría golpearme una vez más para tener una atención tuya... - digo como burla para no sentir dolor

- Eres un estúpido... - me sonríe y termina de poner una bandita en mi cortada

- Este estúpido se muere por tí - al decir esto ella se detiene y me mira - me gustas Alice, enserio me gustas... desde el primer día que te vi en el puente me gustaste y mis sentimientos por ti solo han crecido... eres... - no termino de decir lo que quiero decir porque ella cierra mi boca con la suya consumiendola en un tierno beso

- Tú también me gustas Bruno... - dice casi sin hablar

La tomo de la cintura y la hago sentarse sobre mi, mientras la beso voy desabotonando su camisa hasta quitarla, acaricio su espalda la cual se eriza al sentir mis manos, desabrocho su sostén y me quedo admirando un par de segundos sus pechos los cuales acaricio con dulzura, me levanto y la dejo caer en la cama, arrebato su pantalón y su ropa interior, su desnudez es hermosa, lo más sublime que he visto, ella se incorpora y me desnuda con nerviosismo, una mujer como ella nunca pensé verla nerviosa, una vez me deja como Dios me trajo al mundo se acuesta y me invita a ser dueño de su cuerpo, me poso entre sus piernas y lentamente voy entrando en su interior sin dejar de besar sus dulces labios, la calidez que se desprende de ella me da tranquilidad, comienzo a moverme suavemente y poco a poco acelero, sus gemidos me llevan al cielo, es un sueño para mí estar haciéndole el amor, sentir como se arquea y se estremece debajo de mí es exquisito, nos estamos devorando con pasión y deseo, cambiamos de posición, ahora ella está sobre mí, me fascina la manera en la que me domina sosteniéndome de las manos, se inclina y me besa jugando con el vaivén de sus caderas, esta mujer es deliciosa, me tiene enloquecido, nunca había disfrutado tanto del placer que da el tener relaciones, hacerlo con amor es mejor que dejarse llevar por las ganas, sigue moviéndose al son que me besa, acaricio su espalda desnuda la cual no ha dejado de mantenerse erizada, me encanta esa sensación, ella se acelera y pronto me hace llegar, seguidamente ella explota sobre mi deleitándome con los sonidos que produce su exitación, me vuelve a besar y se deja caer sobre mi pecho exausta, me suelto de sus brazos y la abrazo, permanecemos así unos segundos y luego se levanta dejándome salir de su interior

- Eres lo mejor que me ha pasado... - digo aún acelerado

- No te creo, has estado con muchas, cómo voy a ser yo...

- Nunca vuelvas a decir eso! mi pasado es pasado, tú eres mi presente y mi futuro, eres la única y lo serás para siempre... - la atraigo a mi pecho y la beso, enreda su mano en mi pelo, creo que le gusta hacer eso y pues yo encantado de que juegue con él

- Me voy a bañar - me dice levantándose de la casa

- Puedo? - le pregunto pícaramente

- Claro que sí! - me sonríe y me levanto yendo tras ella

Una vez en el baño Alice abre la ducha y nos metemos debajo de esta, no puedo evitar ver cómo el agua recorre las curvas de su perfecto cuerpo y sin querer la exitación se hace presente, no quiero que lo note, pensará que soy un depravado, pero tenerla desnuda tan cerca y el tiempo que tenía sin estar con nadie me está jugando una mala pasada, así que lo único que se me ocurre es voltearme quedando de espalda a ella

- Bruno? te pasa algo? - me dice hablándome desde la espalda

- Mmm? no nada, es solo que... - cómo oculto lo inevitable, por lo que le doy la cara dejándole ver lo que su presencia me provoca - que pena... lo siento... - ella me mira con gracia y se pega a mi besándome con pasión

- Hazme tuya tigre! - me dice con picardía y ahora sí me dejo llevar

Recorro su cuerpo con mis besos y lo hago mío una vez más, su desnudez me tiene como león al acecho, jamás había perdido el control así por una mujer, aunque esta no es cualquier mujer, es la mujer que de verdad le interesa a mi corazón, de nada sirvió tomar ese baño, luego de salir hicimos el amor repetidas veces hasta quedar profundamente agotados, sudados, sedientos, agitados, que más puedo decir, nos quedamos dormidos así desnudos al instante, la mejor noche de mi vida

Al día siguiente.....

Despierto con una estúpida sonrisa en el rostro al sentir el cuerpo cálido de Alice sobre el mío, se vienen a mi mente todos los momentos que vivimos la noche anterior y sonrió aún más

- Alguien se levantó muy contento... - dice ella incorporándose un poco

- Sería imposible no estarlo contigo a mi lado - le sonrió y le doy un beso fugaz en los labios

- Ese besito y ya? - me hace un puchero, una faceta de ella que no conocía, siempre se ha mostrado ante mi como una mujer a la cual no le gustan las cursilerías y pechiches, pero que sea así conmigo lo amo, yo río para luego darle un beso más profundo, beso que se va calentando hasta el punto de perder toda voluntad, me subo sobre ella de un salto quedando entre sus piernas y me dice al oído que entre en su interior, estamos consumidos por el deseo, hasta que caemos en cuenta que se nos hace tarde para ir a trabajar, muertos de la risa nos levantamos por fin de la cama y yo me visto para ir a mi cuarto, ella se envuelve en la sábana y abre así la puerta para que yo salga, debo decir que ninguno de los dos se esperaba lo que sucedería después

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