Secretos Del Tiempo

Cap. 1 Encuentro

Desde un lugar lejano se ve en la noche una caravana pasar con una pareja joven acompañados de unos niños, a bordo, atraviesan por un camino donde se observa un poste con un cartel de “se busca” de aquel par. Los años pasaron y aquella familia se iba viajando de un país a otro, por avión, barcos y carros.

No tienes que ser una persona tímida, no lo beses lo asustas, no golpees al niño…

Son palabras que le decían aquella pareja de padres jóvenes a Quilla uno sus infantes porque cada vez que se mudaban, la cultura distinta de cada lugar a esta pequeña personita no se podía acomodar, como su hermana mayor o su pequeño hermano menor.

El viaje constante le parecía un fastidio y su mayor deseo era quedarse en un solo lugar.

Pero su anhelo fue concebido después de un tiempo, pues al fin con la edad de 9 años, Quilla recibió la gran noticia de que se ubicaría en un solo lugar, en una pequeña isla desconocida, y justo en época de vacaciones escolares.

AÑO 2006

Los primeros días Quilla se pasó paseando de un lugar a otro, para ir conociendo el vecindario o barrio como mencionan sus vecinos, pero a mitad de su camino pasó él, un niño de piel morena, ojos alargados y bien marcados como si usara delineador además de un cabello lacio pero despeinado, un solo segundo al ver sus ojos se sintió como una eternidad.

* Hola ¿eres la nueva vecina? - le dijo él con una voz muy amigable y una gran sonrisa

* ¿Si, eso a ti que?! – respondió Quilla mientras pensaba “no puedo creer que le grité, ahora me odiara”

Espero que seamos buenos amigos- esas palabras salían de su boca de aquel niño mientras se acercaba y agarraba su mano de Quilla, que en respuesta no pudo evitar enrojecerse, empujarlo por los nervios y salir corriendo, hasta llegar a su casa, rápidamente subir las escaleras mientras que todos en su familia le miraban raro, entró a su cuarto cerrando de un portazo y prosiguiendo a tirarse en su cama para rodar mientras daba gritos en su almohada que lo presionaba fuertemente contra su cara, hasta darse de cuenta de algo, ese niño cree que Quilla es mujer.

Mientras tanto llegando la noche

Mmm Quilla? ¿Qué podría decirte de mi hijo? Pues es algo impulsivo pero buen niño, la cosa por lo cual le llamaba, es que le gusta vestir como niña…… no claro doctor, no le obligamos negativamente usar ropa como varón, por el momento quedamos en que usaría vestimenta algo neutra, aunque como aun es un niño pequeño la gente no distingue sobre su género y no dicen nada, pero temo que cuando se desarrolle como hombre, la gente se dé cuenta de la situación y se burle de mi pobre Quilla…

-¡¿Qué haces?!- Grito Lenin el padre de Quilla mientras le arrancaba el teléfono de las manos de Kurmi para poder colgarlo.

-Solo trataba de hablar del problema de Quilla con un psicólogo.

-¿Psicólogo? Pamplinas, esos son inventos del siglo XXI, en mis tiempos no existían esas cosas y ¡mírame! Estoy perfectamente.

Kurmi miraba algo desconcertada a su esposo – Si lo que tú digas cariño- mientras pensaba “Aunque estos especialistas existían desde mucho antes, incluso en esta isla de donde provengo y siendo considerado un lugar tercermundista, ¿Cómo puede ser que tú no hayas ido con uno antes, a pesar de tus antecedentes?”

Mientras tanto en el cuarto de Quilla se escuchó aquel grito, pero igual ella no dejaba de mirar por la ventana y pensando en aquel niño, y lo tonta que fue al no preguntarle su nombre como mínimo.

Fue entonces que decidió buscarlo, todos los días salía a las calles preguntando por aquel muchacho misterioso, pero sin ni una señal de poder encontrarlo - ¿Dónde estás? - dijo Quilla mientras pateó una lata que reboto contra un poste de luz y volvió a chocar con ella.