Capítulo 4.- Casualidad, coincidencia o algo más..

Mariam -

Es mi segundo fin de semana trabajando, llegue y ya estaba ahí Magdalena, de inmediato pensé que prefería estar sola que con ese par, pero bueno ya estaba entrando cuando vi que Magda revisaba la libreta de ventas, salude y obviamente no respondió mi saludo solo se limito a decir - vaya parece que no te fue tan mal con las ventas el fin de semana pasado, suerte de principiantes, lo importante es mantenerte así, cuando tengas competencia con alguien más, -obviamente su forma de decir el mensaje fue no solo de envidia también de coraje hacia mi persona, solo sonreí y le dije si verdad creo tienes razón Magda, al escuchar que la llame por su nombre completo solo me vio muy seria- estaba por darme una orden cuando entro la Señora Mayte, y nos saludo, le respondimos el saludo y muy contenta le dijo a Magda, ya viste cuánto vendió Mariam el fin de semana pasado, ella solita, es muy lista y tiene angel para este negocio, por lo que Magda respondió si es lo que veo en la libreta, que le fue bastante bien, la dueña le dijo si solita le fue muy bien mejor que cuando hay dos aquí, terminando de decir esto subió a la bodega y bajo de un inmediato, Magda estaba por darme una orden cuando la dueña le dijo Magda vámonos necesito que me acompañes a la otra tienda, y llámale a Madeleine para que la veamos allá, y Magda con voz sorprendida dijo - vamos a dejar sola a la nueva - ( exclamó), por lo que la dueña se bajo sus lentes y dijo si hay algún inconveniente Magda, ella no pudo responder nada y empezó a llamar por teléfono a Madeleine salió del local para atender la llamada y la dueña me dijo que me encargaba todo, que confiaba en mí y que todo saldría bien, por qué ya me había enseñado como funcionaba todo y que le echara ganas, afirme con la cabeza me dio otras indicaciones y se retiró con Magda, mientras escuchaba atenta lo que me decía la señora Mayte no podía evitar ver el rostro de molestia en Magda, mientras estaba en llamada.

Así que se fueron y me quedé sola, y en eso al poco rato entra un joven y dice si me firmas la bitácora, no había visto quien era, porqué estaba de espaldas pero sin duda la voz no se parecía a la del guardia del día anterior, cuando me di la vuelta, vi que entraba un joven alto, de tez blanca, con un traje negro y unas enormes gafas que le cubrían los ojos, y caminaba sintiéndose como si fuera todo un modelo, mientras me daba su bitácora para firmarla me dijo: ¿tú eres nueva aquí verdad?

Ya era hora de que hubiera otro tipo de personas aquí y no solo ese trío de señoras amargadas, su comentario no me pareció el más apropiado así que de inmediato respondí:

Es obvio si no me habías visto aquí antes, eso quiere decir que si soy nueva ¿no?, y no se cómo es que una persona tan mal educada e insolente, sea el encargado de la seguridad aquí si se expresa tan mal de las personas, así que muy discretamente vi que el sonrió desconcertado por mi respuesta, y sentí como me observa, ya que por más que quisiera no podía verle sus ojos, por qué las gafas los cubrían, solo noté como movió la cabeza ligeramente de un lado a otro y seguía con su sonrisa en el rostro, mientras yo firmaba, recuerdo que había un espacio que pedía el nombre del guardia que realizaba el rondín cuando le pregunté su nombre el respondió - esa parte yo la lleno, no hace falta que el insolente le de su nombre - le entregué la bitácora y le dije como guste joven, si eso es todo puede retirarse gracias, y me di la vuelta y seguí haciendo mis cosas, solo sentí como me observo antes de retirarse y dijo ojalá para la tarde se le haya pasado lo amargada, señorita.

Justo cuando me di la vuelta para responderle el apresuró el paso, se escuchó una liguera carcajada y salió, en ese momento solo pensé que tipo tan desagradable, así que seguí trabajando, y atendiendo clientes, cuando me di cuenta ya era hora de la comida, por lo que cerré las puertas y justo cuando estaba por poner el letrero que indicaba la hora de comida, aparece de nueva cuenta el guardia insolente y me muestra su bitácora y me hace seña de que si se la firmaba, abri momentáneamente solo para decirle que era mi hora de comida que regresará cuando volviera abrir, así que cerré y lo deje parado solo alcance a escuchar ¿es en enserio? y vi su rostro desanimado se levantó las gafas que le cubrían sus ojos y vi que los tenía de color verde, no había visto unos ojos tan expresivos cómo los de aquel tipo tan desagradable, así que sonreí fríamente levanté las cejas y me di la vuelta, mientras caminaba sentía como me observaba detenidamente cuando volví a voltear movió la cabeza de un lado a otro, y vi la molestia en su rostro y se fue, (sonreí) y me puse a comer. Sentí que había puesto en su lugar al insolente ese, que molesto era ese tipo.

Cómo era de suponerse regreso, en cuanto vio que estaban las puertas abiertas, entro me miró fijamente me sonrió y me dijo - tenías que volver hacerme regresar, verdad no podías firmar en ese momento y ya - lo mire retante y con un gesto de maldad respondí - que esperabas era mi hora de comida, y a esa hora no atiendo a nadie - a lo que el solo sonrió y me susurro te saliste con la tuya, le dije disculpa no te escuché, para esto aún no me daba su bitácora, por lo que le recordé quieres que te firme tu bitácora o no?, me entrego su bitácora y rozo sutilmente su mano con la mía, sentí una pequeña corriente de electricidad que me recorrió de los pies a la cabeza, pero no mostré ningún gesto, y comencé a llenarla para firmar, volví a ver el recuadro que decía nombre del guardia, y le pregunté le escribo yo el nombre o eso lo llenas tú, y me dijo puedes llenarlo tú, pero como no sabía su nombre le dije - y con quién tengo el disgusto -, sonrió pícaramente bajo sus gafas, y pude ver nuevamente sus ojos, que me encantaron, pero supe disimular el impacto, que sus ojos habían causado en mi y me dijo con su voz rasposa y grave Fabián Estrada, por lo que ahora entendía por qué se sentía la gran cosa este sujeto, lo tenía todo, pero sin demorarme más termine de anotar firme y le devolví su bitácora lo más rápido posible. Para evitar contacto alguno.

Pero en cuanto se fue no podía olvidar sus ojos, su mirada tan expresiva, y esa electricidad que sentí con tan solo el roce de nuestras manos, jamás me había pasado cosa alguna, era una sensación tan extraña la que sentía que no sabía cómo me podía pasar algo así, pero suspiré y dejé de lado mis emociones y continúe trabajando.

A la hora llego mi jefa y realizó el corte caja y me dijo que estaba contenta por qué en dos fines de semana, la venta había sacado lo que Magda y Madeleine a veces sacaban a la semana, yo solo escuché y sonreí sin emitir ningún comentario, por qué estaba ahí presente pero muy en el fondo algo de mi seguía pensando en Fabián, ya casi a la hora de salida, regreso Fabián para que le firmara su bitácora, y un tanto frío dio las buenas noches, espero que la Señora Mayte firmara y se alejo rápidamente, ni si quiera nos dirigimos la mirada, una vez que el se alejo la dueña me entregó un juego de las llaves del local y me dijo que lo que el próximo fin de semana y empezando las vacaciones decembrinas yo abriría por qué Magda se tomaría unas vacaciones y a Madeleine la mandaría a la otra tienda, yo acepte gustosa eso significaba que descansaría de ese par de tramposas, y me sentí más que feliz, nos despedimos en cuanto cerramos el local y poco después de eso me retiré, pero cuando me dirigía a la salida para encontrarme con papá, Fabián y yo nos cruzamos en el camino, y me dijo que pase usted buena noche, señorita y hubo un silencio y respondí buena noche joven, pase aún lado suyo y le sonreí, y antes de que dijera algo más, apresure el paso, para llegar con mi padre.

Cielos!! jamás había sentido tan acelerado mi corazón, era bastante extraño lo que me pasaba, acaso me había gustado el patán ese, (Puf) me sentía completamente confundida.

De vuelta en casa, y ya en mi habitación no puedo entender, por qué recordaba esos ojos verdes como mares, lo que había pasado en mi cuando rozo su mano con la mía, a qué se debía esa sensación.

No cabe duda que llega un momento en tu vida, que empiezas a experimentar sensaciones que te provocan un revuelo interno, que no logras comprender.

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