Un trato

Los cuatro hombres ordenan algo de comer, al ser servidos hacen conversación de temas triviales. Después de comer vuelven al asunto.

- Si, gusta le puedo ayudar a investigar. - Se ofrece Elías.

- De ser así, estaría muy agradecido.

- El trabajo de la auditoria debe empezar hoy. - aconseja el contador.

- Las investigaciones tendrán que ser cuánto antes. - Carlo está mostrando interés.

- Lo sé, ahora debo pedir un préstamo al banco. Tuve que invertir con mis ahorros para pagar cuentas.

- ¿Cómo? ¿Pagar cuentas con su cuenta de ahorros? - Carlo quiere hacer un movimiento.

- Puede que las cosas estén peores de lo que me imagino.

- ¿Cree que podrá con un préstamo al banco? – preguntó a Julio.

- Tengo que hacerlo. Para vivir, me las puedo arreglar con mi hija.

- ¿Vivir a costillas de la hija?

- Ella debe ayudarme, soy su padre.

- Una mujer no tiene por qué mantener a un hombre.

- Es mi hija, somos familia, debemos apoyarnos.

- Si ella quiere ayudar es una cosa, pero hacerla sentir obligada a ayudar, no me parece. Hablando de préstamos, el banco cobra intereses y altos ¿Estará en condiciones de pagar?

- Tengo que poder.

- ¿Qué le parece si hacemos un trato? - Carlo intenta lanzar el anzuelo.

- Escucho su oferta, pero no le daré respuesta de inmediato, tengo que pensarlo.

- Será más sencillo de lo que piensa.

- Suena interesante. Le escucho.

- Yo le prestaré la suma de dinero. Cero intereses bajo una sola garantía.

- ¿Una garantía? ¿Cuál podría ser?

- Yo le presto el dinero sin intereses, usted me devolverá el dinero a partir del décimo segundo mes, a partir de allí me pagará las letras, cómo garantía, me tendría que dejar algo de valor, cosa que pueda recuperar cuando termine de pagar.

- Cosas valiosas – está pensando en que cosas.

- Nos permiten unos minutos, por favor. – interrumpe el abogado – el señor Bonetti y yo tenemos que conversar de algo.

Una vez fuera de la mesa, Sandro planifica con Julio su auditoria, Elías y Carlo dialogan en el lugar apartado.

- ¿Qué cosa valiosa quieres como garantía? - el abogado quiere ayudar en la negociación para que sea lo más razonable.

- De seguro me dará su carro, una propiedad, … - Carlo ama los bienes materiales.

- Su hija. Pide a su hija, para un padre es lo más valioso; mira, un carro, una propiedad no le va a doler, compra otra y ya, pero ¿Una hija?

- ¿Su hija? Pero ¡Elías! Estás loco - Carlo no quiere pedir eso de garantía, esta asombrado con la petición de su abogado.

- No olvides, piensa bien en lo que te acabo de decir, para un padre no hay nada más valioso que una hija. Solo así podemos confiar en que por ella cumplirá con los pagos puntualmente.

- Pues sí, un padre no creo que deje en abandono a su hija. No sería mala idea.

- Además usted no tiene compañera, así que no habrá pleito entre mujeres. Sólo sería su madre.

- Los matrimonios arreglados son un fiasco. - Carlo hace un gesto desagradable.

- Pero que mejor garantía que usar a su hija, para que pague el préstamo. No hace falta un matrimonio formal.

- Viéndolo de esta manera, quizás la pueda soportar.

- No te relaciones con ella, solo ignórala. Total, es esposa de papel. En las cláusulas se pondrá en claro que al final del contrato ella no tiene derecho si quiera de recibir un solo beneficio, esa es solo una garantía.

- ¿Y si me hace la vida a cuadros? Tendré que divorciarme, eso traería problemas.

- Piénsalo tú, tú eres el dueño de las propiedades no yo.

- Lo voy a pensar. Entonces arreglamos el matrimonio con su hija.

- Bien, iré por él, usted exponga sus planes y condiciones. Hará que el acepte.

- Luego, tendré que conocer a mi futura esposa de papel.

- No olvides, matrimonio de negocios. Tú ignórala.

- Espera... ahora que recuerdo, cuando hay eventos, yo suelo alquilar mujeres para que me acompañen. Si me caso, me ahorro el precio del alquiler. Espero que ella gane bien. No pienso darle un centavo para mantenerla.

- Tendrás que hablarlo con ella. Ella tiene derecho a saber estos detalles y ponlo por escrito por si acaso.

- Vale. Ve por el documento.

Ahora los cuatro hombres están negociando y Carlo va directo al grano.

- Como garantía, dame a tu hija. Pero dámela en matrimonio, para que pueda ser bien cuidada.

- No, mi hija no. - Julio se negó rotundamente.

- Que mejor garantía para mí, que tener a tu hija. Eres un extraño, somos extraños, no somos amigos comerciales, por lo que quiero una garantía que de verdad obligue a usted a cumplir con el préstamo que le haré. Solo así, mi abogado le ayudará en su trabajo.

- No, mi única hija no. Es demasiado para mí. Ella es mi motivo para seguir vivo desde que enviudé.

- ¿Necesitas ayuda sí o no?

- Si.

-Te voy a dar el dinero. Esa es mi condición. Tu hija pasará a ser mi esposa de papel. Hasta que termines de pagar el préstamo. 48 letras desde el décimo segundo mes, seguro tienes mucho que investigar —el tono de voz se está volviendo sarcástico— y eso toma tiempo.

- Es verdad, pero en cuanto a la garantía debo hablarlo con mi hija, no quisiera que hacerlo sorpresivamente termine hablando mal de mí.

Por ser hija y mujer, hay que conversar cosas. Ellas tienen esa complejidad, todo les molesta.

Julio Andrade se despide cordialmente y va a su casa. Esperando las 8 de la noche para hablar con su hija.

- ¡Mi niña! ¿Cómo fue tu día?

- ¡Papito! A mí me fue bien, hubo mucha venta de fármacos en la mañana, estuve full en la cocina, después fui a hacer compras y como ves, recién llego. ¿Y a ti?

- El señor Carlo Bonetti nos ayudará, pero hay condiciones. Siéntate aquí, conversemos sobre eso.

- Los ricos siempre ponen condiciones estúpidas. Eso es poco pero seguro.

- Hija mía, él necesita una garantía. No es fácil aceptar, pero yo quiero salvar mi empresa.

- Ok, esa garantía debe ser algo del que no quieres desprenderte.

- Así es mi niña. Él quiere que tú seas la garantía. Serás su esposa de papel.

Chantal está en shock, eso sí que no se lo esperaba.

- ¿Qué dijiste? Casarme, yo, con un estúpido millonario, el 30 de febrero papá.

- Por favor, hija. No va a haber vida marital, solo eres una garantía.

- Por más garantía que fuese, no me caso.

Él vendrá a conversar en estos días y poner sus cláusulas matrimoniales. Ahora dime una cosa ¿Por qué no muestras interés en la empresa?

- Quiero una vida normal, no me gusta el lujo. Me incomoda.

- ¿No te gusta esta casa? Aquí naciste, siempre te he dado lo mejor.

- Lo sé, gracias, pero desde que tengo uso de la razón, siempre me he sentido incómoda. - ella bufa.

- Chantal, yo sé que esto será un sacrificio para ti, pero no será eterno. Solo te pido que seas buena niña, pronto vendrá a verte tu futuro esposo, ponte bonita.

- ¡Nunca! - su voz era fuerte, firme y clara.

- Hija mía. Él no te va a tratar como esposa, él se mantendrá al margen. Habrá respeto mutuo.

- No me voy a casar, si por desgracia termino firmando ese contrato le haré la vida a cuadritos para que me dé el divorcio lo más rápido posible. Pero tú si vas a cumplir con el pago de tu deuda. Palabra dada, palabra bebida.

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Comments

Sonia Nereida Pérez Pitre

Sonia Nereida Pérez Pitre

En verdad espero y se case y le haga la vida a cuadritos al millonario jajajaja

2023-01-04

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