Capítulo 4: Nueva escuela, nueva vida

En la nueva escuela, llamada República de Portugal, el autobús recogía y llevaba a Cassia todos los días, y en esa época también empezó a usar brackets, hasta que el cambio fue bueno para ella, porque en la antigua escuela la humillaban aún más por los brackets, pero en esta escuela a la que iba, por ser nueva en la escuela, había mucha gente curiosa, y acabó haciendo amigos, incluso en el descanso de las clases Cassia paseaba con Ariucha o Soraia.

En esa época el chico popular del colegio era Mino, así es, nunca supe si era un apodo, pero así se le conocía, era surfista, tenía el pelo teñido de rubio, parecía que le habían echado un cubo de pintura amarilla en la cabeza, porque tenía el pelo teñido sólo por arriba, por debajo tenía el pelo oscuro, medía alrededor de 1,90m, suficiente para ser jugador de baloncesto, a Cassia le hacía gracia ese chico extraño, desordenado y despistado, pero nunca intercambió muchas palabras con él, Cuando veía a Cassie, la saludaba, o la despeinaba, pero era el Don Juan del colegio, siempre rompiendo corazones, y además no era el tipo de Cassie en ese momento, y otra cosa, Soraia estaba enamorada de él, y Cassie no quería problemas con nadie, sólo quería quedarse en su rincón.

Con el cambio de colegio, Cassie se perdió un poco en el tema al principio, pero afortunadamente consiguió recuperarse rápidamente, sus compañeras de colegio vinieron varias veces queriendo agitarla para que estuviera con algún chico, pero ella no quería ninguna aventura de este tipo.

En ese momento la mayor aventura que tuvo fue el día que salió temprano y en vez de esperar la camioneta de la escuela, acompañó a Ariucha a su casa, porque estaba de camino a su propia casa, se divirtió mucho ese día, porque en el camino pasaron por la playa y bajaron a la costanera, y caminaron un pedazo del camino por el agua, luego subieron por la avenida para tomar el camino hacia la casa de Ariucha, fueron al piso de su amiga por invitación de ella, llamó a su madre y pasó la tarde en el piso de su amiga, viendo una película de la época, ahora tenía una adolescencia más sana, lamentablemente sólo duró hasta el año siguiente.

Como la escuela estaba lejos y el autobús escolar era caro, su padre sólo la retuvo el tiempo suficiente para trasladarla a una escuela más cercana a su casa y que pudiera ir y venir a pie.

En el Carolina Dantas, llegó a sufrir algo de bullying por parte de algunos compañeros, pero nada que la afectara hasta el punto de querer esconderse como antes, porque aún tenía sus libros, y a uno de los alumnos inspectores como amigos.

¡Ah! Sra. Odete, cómo la extraño, cómo extraño la época en que era inocente, y mis únicos problemas eran los deberes, y unos idiotas que se empeñaban en llamarme por un apodo sin pies ni cabeza, nunca entendí el apodo que me pusieron en séptimo grado, pero no es el caso, caramba, aquí voy de nuevo, paracaidista, y me olvido de referirme a mí mismo como un personaje...

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