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Un día de invierno, el frío calaba los huesos, las gotas mojaban todo a su paso.
Las lagrimas caían aún más fuertes que las gotas de lluvia.
Dos familias estaban despidiendo a sus jóvenes hijos.
Los Williams despedían a Amber una joven de 17 años. Ella era la princesa de papá.
Los Fridman despedían a Liam un joven de 18 años. Era el heredero de todo el imperio.
El dolor en las familias era muy fuerte, sus hijos se quedarían para siempre en un cementerio.
Nadie entendía por qué tomaron esa decisión, aunque sabiendo que ellos lo hicieron.
Las familias se culpan entre ellos.
Tom Williams: Hija mía, me vengarse de aquellos que te asesinaron.
Nada podra detener mi venganza, por ti destruiré a todos esos parásitos.
Prepararé y entrenare a tu hermanito, el será quién los haga sufrir.
Tom decía todo esto, mirando la tumba de su hija mayor, agarrado de su mano, está su única solución.
Su pequeño hijo de 10 años.
Tom: Hijo tu matarás a todos lo que le hicieron esto a tu hermana, tu te encargarás de hacerlos pagar.
Emilio: Padre haré lo que tú digas.
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Lukas Fridman: No puedo entender cómo pasó todo esto, por qué mi querido hijo se tuvo que enamorar de Amber, tanto que le implore que no siguiera con esto.
Su esposa Delia lo abrazaba muy fuerte, no salían palabras de su boca.
Lukas: Mi pequeña, siempre quise evitar que tú te metieras en este mundo, tu hermano tomaría el poder.
Pero no confio en nadie, que no seas tú!
La pequeña Zoe de 9 años, entendía de que le hablaba su padre.
Zoe: Padre haré lo que tú digas.
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Ya habían pasado 10 años.
Tom se encargó de hacerlo su mejor guerrero, asesino y el mejor narcotraficante de los ultimos años.
Ya a sus 20 años, tenía un imperio gigante.
Todos le tenían miedo.
El controlaba gran parte de EEUU.
Emilio era un joven muy atractivo, era valiente, no le tenía miedo a nada.
El era el líder de un gran grupo de narcos, sicarios llamados LOS K7.
Este grupo tenía muchos negocios turbios, pero Emilio era muy bueno para no dejar evidencia de sus hombres.
El nunca se hacía parte de los negocios, el siempre mandaba a su mano derecha Max, más conocido como K2.
Emilio tenía muchas mujeres, para pasar el momento. El tenía sexo y las mandaba a dejar con sus hombres de seguridad.
Nunca había pasado una noche completa con una mujer.
Para el, el amor no significa nada, y no quería cometer el mismo error de su hermana, el enamorarse locamente, hasta perder la cabeza.
Por eso para el ninguna mujer lo hacía sentir loco de amor.
El prefería el sexo antes de hacer el amor.
El tenía mucha suerte, las mujeres lo buscaban para estar con el.
El tenía para elegir con cual pasar el rato.
Emilio estaba en una de sus tantas propiedades, hoy no tenía ganas de estar con ninguna mujer.
Estaba sentado en un sillón al frente del gran ventanal tomando whisky.
En sus manos tenía una foto de su hermana Amber.
Emilio: Hermana te extraño, aún no entiendo que pasó, fue tu decisión o alguien te asesino?
Emilio no dejaba de pensar en ella.
El sonido del teléfono lo saco de sus pensamientos.
Tom: Hijo, como haz estado?
Emilio: Padre, bien y tu? Que deseas?
Tom: Solo quería saber si ya haz sabido algo de los asesinos de tu hermana?
Emilio: Aún no de nada de ellos, es como si se los hubiera tragado la tierra.
Tom: Yo conozco a Lukas, yo sé que en algún momento aparecerá.
Emilio: Estaré atento a todo, aparte no creo que estén muy bien.
Digo su bastardo esta muerto, no tiene a nadie de confianza, para que tome su lugar.
Tom: Hijo confío que tú sabrás cómo actuar cuando ellos aparezcan.
Emilio: Tu sabes que nadie me impedira, vengar a mi hermana.
Tenía un grupo exclusivo para buscar pistas de los Fridman, desde el mismo día que enterraron a Amber y Liam, nadie ha sabido nada de ellos.
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