¿Primer amor?

—¡Oye, disculpa! Compañero —dije mientras le tocaba el hombro

—¿Qué paso hermano? —dijo con una sonrisa

—¿Hermano? — pregunté

—¡oh!, eres el chico transferido ¿Verdad?

—¡Sí!, me llamo Henry Maxwell —dije y después le extendí mi mano.

—Mucho gusto son Rodrigo, puedes preguntarme lo que quieras, aquí estamos para ayudarte —dijo, me pareció bastante simpático.

—¿Podrías darme las direcciones, para llegar a la facultad de lenguas? — pregunté

—puedo llevarte hasta ahí, si gustas —dijo, al cabo de unos minutos llegamos —si necesitas ayuda, no dudes en pedírmela —dijo y se fue.

Me senté en un banco que estaba aquí y empecé a leer un libro que trae en mis manos, paso la media hora y por fin salió Ángela.

—¿Llevas mucho tiempo esperando? —me toco el hombro y pregunto

—Angelín, no acabo de llegar, el profesor alargo más su clase —dije y agregué —¿Y tu amiga? — surgió algo en su casa, así que podrá acompañarnos —dijo

—¿En serio?, es una lástima —dije con una sonrisa dentro de mí, que trataba de disimular en mi exterior.

—Sí, pero bueno… ¿Qué te gustaría comer? —pregunto

—No estoy seguro… hay muchos platillos que me gustaría probar, en especial uno, aparte de los famosos tacos también he escuchado de los tamales —dije 

—Entonces, ya está decidido serán tamales —dijo

—¿Le tienes fobia a los gérmenes o algo parecido? —pregunto curiosa.

—¡No!, ¿Por qué? —pregunte.

—No por nada en especial, es solo, que los tamales son algo así como comida rápida, así que casi siempre se van a encontrar en puestos de la calle —dijo

—No tengo problema —dije y la seguí hasta llegar a un puesto.

—¡Buenas tardes! Jóvenes —dijo la señora de un carrito —¡Buenas tardes! —contesto Ángela y empezó a hablar con ella, por sus miradas hacía a mí, supuse que estaban hablando de mí, pero no le di importancia

—La señora tiene dos tipos de tamales: verde, rojos y oaxaqueños —dijo

—¿Cuál me recomiendas? —pregunte

—A mí en lo personal, me gustan mucho los verdes —respondió

—Me gustaría probar lo que a ti tanto te gusta —dije esquivando su mirado, la señora volvió a decirle algo que no volví entender, pero se puso rojo como un tomate

Cuando no los entregaron seguí a Ángela y me senté de lado de ella en un banco del parque

—había leído que los tamales son platillo de la época prehispánica de este hermoso país —dije para animar nuestra comida

—Es correcto, se preparaban como ofrenda para agradecer la fertilidad de la tierra y como ofrenda a nuestros muertos y actualmente lo seguimos haciendo, también en grandes fiestas —dijo

—por cierto ¿Qué te dijo la señora?, para que te pusieras roja — pregunte

—mm… ¡Ah! Nada importante, solo que eras muy guapo y te pueden robar —dijo

—¿Robar?, ¿Yo?, ¿Por qué? —pregunte y puso una cara seria, nos miramos unos segundos, sonrió con una sonrisa muy inocente, al observarla detalladamente note sus pecas, que antes no vi, no son muy notables por eso no las vi antes

—Es broma —dijo y sonrió

—Menos mal, he escuchado muchos casos de desaparición aquí —dije, al decirme es broma quiere decir que ya me tiene más.

Cuando empezamos a quitar la envoltura escuche un —Auch —Ángela, se había quemado —tome su mano, sin dudarlo y sople la parte en donde había quemado

—¿Estás bien? —pregunte y levante mi mirada y me encontré con la suya viéndome con cara de asombro

—Si, gracias —dijo

—lo siento —dije apenado y hubo un silencio, no sabía que decir y observe a las personas pasando.

—Bueno, ya es hora de irme —dijo

—claro, ¿Quieres que te acompañe a tu casa? —pregunte

—no es necesario, mi camión pasa aquí a la vuelta —dijo

—Ok, nos vemos el lunes —dijo

*Ángela*

El día de ayer y hoy fueron muy agitados, le había comentado a Yatz que Henry vendría con nosotras a cenar lo que la puso muy alegre, sin embargo, tuvo que retirarse en las últimas horas al parecer su abuelo había tenido una recaída, pero ni en momentos como estos pierde su sentido del humor.

—Te estoy dando chance, para que te lo ligues, aprovecha mi ausencia —dijo

—Como si ligar fuera una cosa fácil para mí, a mí, esas cosas no se me dan.

Las horas pasaron y desde el segundo piso pude observar a Henry en la entrada de mi facultad, las chicas no pierden el tiempo, tiene dos días de llegar y ya tiene admiradores, no vamos a negar que es muy guapo, es un hombre realmente atractivo, me dirigí hacia donde él estaba sin que se diera cuenta, lo observe unos segundos leer su libro y después le toque el hombro, nos dirigimos a los puestos para buscar unos tamales.

—su novio es muy guapo, hacen una pareja muy hermosa, sin duda lo ideal para un hombre alto es una mujer pequeña —dijo guiñándome un ojo, su comentario me hizo sonrojar y Henry lo noto, me pregunto lo que me había dicho, así que le dije que lo iban a robar por guapo y se puso muy serio, empezamos desenvolver nuestros ricos tamales y me queme sin darme cuenta Henry ya tenía mi mano en la suya soplándole, este acto hizo que las mariposas de mi panza revolotearan o tal vez es hambre y yo aquí ilusionándome, era una situación parecida a la de un drama.

Llegue a casa y a los pocos minutos me llama Yatz, preguntándome como me había ido, que, si lo había flechado, más bien creo que fue al revés y también llamo para recordarme la cita doble y que ahora sería mañana a las 2:00 pm, si no se tratara de Yatz no voy, me aventé a la cama por fin era fin de semana me quede mirando al techo con las manos extendidas y el sueño me venció cuando desperté eran las 8:00 am de sábado, me prepare el desayuno, le di una limpieza rápida a mi casa antes de que llegara la hora, no estaba segura de ponerme el vestido algo en mí decía que iba a suceder algo malo, así que opte por otra ropa.

*Daniel*

No he dejado de pensar en aquella chica, la impresión que dejo en mí no fue una simple casualidad, sé que la volveré a ver y esta vez no la dejaré ir, en mi familia cuando una mujer aparece en nuestra vida es para quedarse para siempre, así que es el destino la que la puso en mi camino.

Hoy Dante salió iba a ir a ver a la chica de la que me había hablado, muchos dicen que Dante es muy mujeriego, tal vez sea coqueto, pero nunca le da esperanzas a una mujer que le muestra de forma sincera su amor, tome mi chaqueta, mis llaves  y me dirigí a la librería, observe muchos libros sobre el amor, nunca me imaginé verme comprando este tipo de libros, ojee muchos y me decidí por “Secretos para enamorar a una mujer” y “La magia del amor” y regrese a casa, los guarde en un espacio secreto que tengo en mi librero, aparte de leer sobre medicina me interesan otros temas que son relacionados con la medicina, los leo los fines de semana para no hartarme de mi rutina y seguir disfrutando de la carrera que he elegido.

Paso una hora y Dante me llamo esta vez fue ahuyentado muy rápido cuando esto sucedía era porque no tenían un tema de conversación interesante, la chica pretendía ser algo que no era, hablaba de sí misma, así que para escapar iba al baño, me llamaba para que lo llamara de vuelta en 5 minutos, a veces lo llamaba otras simplemente se las arreglaba solo cuando veía que no contestaba a la segunda, pero esta vez paso la línea, era tanto su insistencia que decidí contestar.

—¿Qué quieres? —conteste agresivamente

—¡Calma potro!, esta vez no te llame para que me salvaras de esta cita —dijo y agrego

— ¿Adivina a quien me acabo de encontrarme? —pregunto

—No sé y tampoco me interesa —dije enojado.

—¿Seguro?, entonces no te interesara saber, que aquella chica que seguiste en la heladería está aquí y al parecer va a tener una cita a ciegas —dijo.

—Ya te dije que no la estaba siguiendo, pero ya que andas de chismoso, ¿Dónde está ese restaurante al que fuiste? —pregunte mientras me levantaba

—No que no te importaba —dijo burlonamente

—No es que me interese, ¿verdad?, es solo que… me preocupo por ti, quiero ir a salvarte el pellejo de ella —dije

—Que considerado te has vuelto, te mando la ubicación… —dice y le colgué y no dude en salir como rayo mcqueen, no sin antes cambiar mi atuendo, quiero causarle una buena impresión a Angelín, me puse ropa que no suelo ponerme y unas gafas de sol y salí rumbo al lugar, llegue y en la salida Angelín choco conmigo, la reconocí, un hombre le gritaba, se veía muy enojado le puse pie cayó.

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Merlis Leal

Merlis Leal

me fascina

2023-10-28

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