El café!!!

-Bueno...

Un día antes:

-Tic, tac, tic, tac, tic, tac, tic, tac...

-Otro día- eran las 6 de la mañana, y mi despertador me lo confirmaba, que triste es la vida del pobre, tener que trabajar día tras día solo para poder subsistir, que triste y lamentable -deja de quejarte y ya párate- Como me hubiese encantado quedarme durmiendo pero, como ya les dije, esa es la vida del pobre, así que sin dudarlo mucho me levanté, cual era mi motivación?

Pues es muy simple, era viernes, viernes!!! El último día de la semana de trabajo así que mientras más rápido termine mejor. luego de una hora ya estaba perfectamente arreglada con mi uniforme, una linda falda tubo color vino que me quedaba por encima de la rodilla, una camisa de seda color crema y sobre ella una linda chaqueta que hacía juego con la tela y no pueden faltar los tacones negros y altos, muy altos, demasiado para mí gusto pero era parte del uniforme y pues ni modo porque ya recibí varios regaños por no tenerlos y para completar el look una coleta alta con un maquillaje simple.

Me prepare un desayuno simple y salí rumbo al trabajo. Mi hora de entrada es a las 8 de la mañana pero como soy la asistente personal del CEO y este tiene una manía peculiar con el café, tengo que llegar 10 minutos antes. Qué manía? preguntarás, bueno sucede y acontece que mi jefe Héctor Contreras, el CEO y único hijo del accionista mayoritario de las empresas mixtas de contrucción y hotelería C&B y el hombre más sexy de la ciudad, acostumbra a tomar café recién echo a las 8 en punto y no permite que sea recalentado o que esté llegue 5 minutos después. De esa manera me convertí en una experta en realizar café.

Eran las siete y cuarenta y cinco y yo estaba llegando al trabajo, el edificio principal de la empresas C&B es, en una palabra, impactante, consta de 25 pisos y todo recubierto con ventanales negros, simplemente hermoso e imponente. Entrando me recibió con una gran sonrisa Esmeralda, la recepcionista, es tan encantadora, siempre con su gran sonrisa.

-Hola, Esmeralda, Buenos días.

-Buenos días, Isabela, como estás?

-Muy bien, gracias a Dios.

-Veremos cuánto tiempo te dura ese estado de ánimo.

-Por qué dices eso?- ese fue el inicio de mi desesperación.

-Hace poco llegó el accionista mayoritario, el Sr. Contreras con los contadores y él iba muy molesto.

-Entonces será mejor que me apure.

-Sí, tienes razón, nos vemos más tarde.

-Hasta más tarde.

Me dirigí hacia el ascensor privado del CEO, ya que soy su asistente puedo usarlo. Esperé un poco hasta que por fin llegué al piso 25, se abre la puerta del ascensor, no termino de dar dos pasos fuera de este cuando escucho al final del pasillo.

-Isabela! Por fin llegas?

-Pero si aún es temprano Melissa.-Melissa es la secretaria de mi jefe, ella es la que tiene más tiempo trabajando en la empresa, ya son 15 años, antes trabajaba para el Señor Henry Contreras y, desde que se jubiló hace 4 años y le dejo el puesto a su hijo ella se mantiene en su cargo.

-Sí pero aquí la situación es delicada.-'Como que hoy tienes trabajo extra' shhh, calla que por lo menos es viernes.

-Que pasó?

-Pues te acuerdas que desde hace 15 días el señor Henry pido realizar una revición profunda de la contabilidad de la empresa.

-Sí.

-Parece que descubrieron que falta mucho dinero.

-Hay Dios! Y ya llegó el señor Contreras?

-Aún no, pero ya faltan 5 minutos para las 8.

-El café!!!!

-Mejor te apuras porque la vas a tener difícil hoy.

-Sí, tienes razón- salí corriendo a preparar el café, y 5 minutos después ya lo tenía servido, llevaba 5 tazas, una para cada una de las personas en la oficina. Cuando estaba por llegar sentí ese aroma tan exquisito y único del perfume de mi jefe, me giré y allí estaba.

-Buenos días señor Contreras.

-Buenos días señorita Bustamante, que tenemos para hoy- miro la bandeja con las tazas y después dijo- parece que me están esperando.

-Bueno señor para hoy está programada para las 9 la reunión con los publicistas para finiquitar todo sobre la apertura del nuevo hotel, pero en este momento se encuentra su padre con los contadores esperándolo en su oficina.

-Bien veamos que sucede- dijo eso caminando hacia su oficina para luego abrir la puerta mientras yo lo seguía con la bandeja en las manos.

-Buenos días señores, que los trae por aquí?

-Buenos días, hijo, necesitamos hablar sobre las perdidas de dinero que han habido últimamente.

-Está bien, ya puede retirarse señorita Bustamante.

-Aquí les dejo el café, con permiso- respondí y me retiré.

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