El fuego que consume nuestros cuerpos.

Maximiliano...

- Señor Wolf... ¿Entiende usted el problema aquí?.

- Señor Cabrera... Dígame algo, ¿Cree usted que soy estúpido?.

- N... No No Señor... Es que... Nada... Yo solo...

Llevamos una hora hablando en este salón privado... He perdido una hora de mi valiosa vida escuchando únicamente peros... Estoy cansado de escucharlos... No viaje hasta aquí para preguntar ¿que les parece?.

- Si quiero trasladarme para la ciudad lo puedo hacer... No me importa que nadie quiera... Es mi decisión... Tomaré también el mercado de esta ciudad solo bajo mis propios términos y nada, ni nadie me detendrá... ¿Entendió?...

- Señor... Pero usted es poco conocido aquí... Todos los altos ejecutivos saben como es su trabajo hasta el momento... Y nadie desea trabajar con usted... Creo que deberá aceptar el trato que le estoy ofreciendo.

Me levanto ya harto de la conversación...

- Ese trato solo lo beneficia a usted... No soy tan estúpido por favor... Trato de irme, pero el señor Cabrera se levanta enseguida y trata de detenerme...

- Señor Wolf... Lamento haberlo ofendido por favor... Permítame, pedí unas cosas para su bienvenida... ¡¡¡Sigan!!!... Un grupo de mujeres con poca ropa entran bailando sensualmente a la sala privada... Ni siquiera me molesto en observar... Esto en definitiva es una pérdida de tiempo...

- Señor Cabrera... Yo me voy...

- No me irá a rechazar las bebidas... Sería muy descortés si desde que llegó le he atendido muy bien señor Wolf...

Toco mis sienes con mucho dolor... Esto es insoportable... Tomo el vaso y me levanto ignorando el show... Me asomo a la ventana y barro con la mirada toda la sala... De repente algo me llama la atención... En realidad es una mujer...

Me quedo mirándola un buen rato... La luz es tenue, pero luce muy hermosa... Su piel blanca ligeramente maquillada le brinda a sus ojos un brillo especial... Tiene un vestido de lentejuelas plateadas ceñido al cuerpo, Su espalda luce un escote que termina donde termina la espalda... Por algún motivo soy incapaz de dejar de ver ese torbellino de sensualidad y espontaneidad.

- Señor Wolf... Si le gusta la muchacha puedo mandar a traérsela...

- No diga tonterías... Solo observo la sala.

- No es pecado mirar a una mujer tan hermosa... Es normal que no quiera ver a estas mujeres aquí, teniendo en la mira a una belleza como ella...

Simplemente me alejo buscando deshacerme de este hombre tan repugnante...

- Señor Wolf... El avión ya está listo... Dice Elmer mi asistente...

- Gracias Elmer.

- Señor Wolf... Antes de irse me gustaría que brindará conmigo... Por favor... No se vaya aún... Me ofendería...

Tomo la copa entre mis manos y bebo su contenido de un trago para poder irme rápidamente.

- Señor Cabrera... Lamentablemente, debo tomar un avión, Otro día será.

- Pero señor Wolf... La muchacha que estaba mirando hace un rato viene para acá... Me tomé el atrevimiento de que me la traigan expresamente para usted. Me detengo en seco y me giro para observar a esta persona tan desagradable... Jamás imaginé escuchar a un hombre expresarse así... - Sabía que le iba a gustar la idea... Espérela aquí...

Me acerco nuevamente a la ventana para buscarla... Logro verla entre la multitud... Pero está haciendo todo menos venir... No creo en lo que me dijo...

- ¡¡¡Elmer!!!...

- Señor... Según lo que escuché... La muchacha no tiene ni idea de que la llamaron... La orden es traerla a como de lugar... Mi respiración es regular... Podría irme y simplemente olvidar esto... Pero no me confirma que eso salvé a la mujer... No me gusta involucrarme con la gente... Me aburre... Pero es mi culpa por mirarla de más...

Salgo de la sala privada ignorando los alaridos de Cabrera y bajo con la multitud... Atravieso a todos ahí ganándome la mirada de muchas mujeres... De repente noto que alguien más está con la mujer... Me detengo al darme cuenta de que puede ser el novio... Sin embargo, Ella lo esquiva... Es como si intentará huir de él... Algo confundido por la escena decido acercarme poco a poco por si escucho algo que me aclare la situación... De repente me veo chocando con ella quien inmediatamente posa sus ojos en mi...

- Lo si... Mi mirada se topa con la de ella, confusa y asustada, pero no la corta, de hecho ninguno de los dos lo hacemos... Me quedo sumergido por un momento en sus ojos brillantes y profundos... De la nada su cuerpo se desvanece lo que activa mi instinto y logro tomarla antes de que caiga al suelo. - Ayúdame por favor... Dice ella con voz frágil. No me di cuenta cuando sucedió, solo sé que su cuerpo caliente y tembloroso está sobre mis brazos... No pesa nada... No puedo retirar mis ojos de su rostro perfecto y bien formado... De cerca es aún más hermosa... Tiene unas pestañas largas, mejillas redonditas y unos labios gruesos y apetecibles... Rápidamente, elimino esa imagen de mi cabeza y me pregunto ¿Por qué aún la sostengo entre mis brazos?.

- Eh... Suéltala... Dice el hombre que estaba con ella... Lo observo de una manera tan fría que hace que dude hasta de su propia existencia... Din embargo parece no querer soltar la presa.

- ¿Lo conoces?... Le digo al oído lo suficientemente fuerte para que me escuche.

- No... Ayúdame... Por favor... Siento como su cuerpo tiembla de miedo... Este hombre no es nada de ella... De pronto intenta tomarla entre sus brazos pero yo la sostengo más fuerte y evito que se la lleve... No la conozco, No lo conozco a él... Puede que no sea malo, puede que si la conozca... Pero también puede que no y no seré yo quien se la dé en bandeja de plata.

- ¡¡¡Lárgate!!!... Le digo manteniendo un aura amenazadora.

- ¡¡¡OYE!!!... Yo llegué primero... Consíguete la tuya...

- Cariño... Llévame de aquí... Mis ojos se abren de sorpresa al escuchar la voz débil y temblorosa... La observo una vez más y sus ojos me están mirando a mí... De pronto sus labios ya están tocando los míos... Al principio mi respuesta era tirarla al suelo como haría con cualquiera que se atreviese a tocarme... Pero esta mujer no solo me está besando... Si no que hace que mi cuerpo le corresponda... Al final termina desmayándose entre mis brazos... Dejándome con muchas dudas.

- ¿Quién es usted?.

- Soy su novio... Miento y me giro llevando entre mis brazos a la única mujer que se atrevió a besarme sin mi consentimiento... De alguna forma se las arregló para seguir ahí... Hace mucho tiempo la hubiera lanzado contra el suelo sin importar lo que le hagan... Pero ahora mismo siento una responsabilidad grande por ella... Cosa que no entiendo.

- Señor... Ya solicité una habitación para la señorita... Habitación 2309.

- Espérame abajo... La dejo y nos vamos...

- Como ordene Señor...

- Elmer... Haz que compren las acciones del grupo Cabrera... Y véndelas a 1 dólar... Quiero esa empresa arruinada.

- Si señor... Ya mismo me pongo en eso. Las puertas del Ascensor se cierran dejándome en una pequeña habitación solo con ella...

Al entrar a la recámara la dejo sobre la cama y me siento un momento... Tal vez ha tomado mucho... Tal vez no es buena bebiendo... Tal vez no debería dejarla sola aquí... De repente mi cuerpo se empieza a sentir algo caliente y tembloroso... Puede que me vaya a enfermar...

- Ayúdame... Dice ruidosamente, siento como habla y se retuerce en la amplia cama... Para estas alturas ya me he quitado la corbata y desabroché un par de botones de mi elegante camisa... - Siento fuego... Quema...

¿También siente calor en el cuerpo?...

- ¡Despierta!... Le digo esta vez preocupado. - ¿Tomaste Algo?.

- Mucho licor... Mucho licor...

Saco mi celular y marco a Elmer...

- ¿Señor?.

- Averigua si alguien le dio algo... Y también si es posible que yo lo haya bebido... Revisa lo que tomé en la sala con Cabrera.

- Si señor... Inmediatamente.

Al colgar trato de ayudar a la alarmada mujer... Sin embargo, al acercarme su rostro rojo y hermoso me llama la atención... Pero no puedo verlo por mucho tiempo porque la mujer se lanza y me toma de la camisa, arrojándome sobre su cuerpo... Sus labios vuelven a tocarme, pero esta vez más feroz... Más voraces... Trato por todos los medios alejarla, pero mi cuerpo poco a poco empieza a ceder... Dejándonos llevar por el fuego que consume nuestros cuerpos... Ahora lo sé... Ambos hemos sido drogados con la famosa droga Líbitus... Esa que hace que los sentidos sexuales aparezcan... Sin embargo ninguno de los dos es capaz de detenerse...

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***