Luis: ¿A dónde va mi prima?
Samaya: Suéltame. -quiso zafarse pero él no la dejó-
Luis: No quiero.
Samaya: ¡Basta! -se detiene y mira hacia abajo que él la mira extrañado. Ella está así unos segundos para luego pisarle el pie muy fuerte y salir corriendo de ahí-
Él corre con dificultad maldiciendo. No la alcanza.
Samaya: Por fin me alejé de ese imbécil. (No creas que pasé por alto lo que quisiste hacerme, idiota. Juro que me vengaré de ti) (Walter... Lamento no decirte)
Se fue a casa caminado. Está oscureciendo ya.
Llega a su casa, entra y a quien ve en el sillón es al esposo de su madre. Ambos se habían casado en julio del año pasado.
Raos: Hola, hija. Al fin llegas. -ella lo ignora y se sube hacia su habitación-
Samaya: (También quiero acabar con este idota. No puedo creer que mamá sea tan ciega como para creerle)
Se dispone a hacer su tarea. Como no es mucha, acaba rápido.
Cuando acabó su tarea es que le escribe a su novio disculpándose por no haberle escrito antes. No le dijo del incidente que tuvo al salir del gimnasio.
Oye la puerta de entrada que sonó fuerte y es su hermano ya que se puso a discutir con el esposo de su madre. Ella se asoma al pasillo y ve a su hermano subir que ambos al estar cerca es que se abrazan.
Samaya: Me alegra verte aquí.
Alid: A mí también. Aunque... Fue esta mañana que nos vimos.
Samaya: Jeje, eres mi hermano.
Alid: Lo sé. ¿Qué harías sin mí? -se puso a presumir para luego ambos reír-
Ambos oyen pasos que se voltea/asoma para ver quién es. Resulta ser el hermanito de ambos, Leni.
Leni: Hola, hermanos.
Samaya: Hola.
Alid: Sí, hola. Bueno, me voy a mi cuarto. -se va-
Samaya: ¿Sí? -mira a su hermanito-
Leni: Es malo mi hermano.
Samaya: ¿Por qué?
Leni: Se puso a discutir con papá.
Samaya: Te recuerdo que ese hombre de abajo no es padre de mi hermano como para que digas "con papá".
Leni: Hermana, somos una familia ahora.
Samaya: Te acepto porque eres hijo de mi mamá, al igual que mi hermano contigo.
Leni: Ok... -se va a su cuarto al igual que ella se mete al suyo-
Samaya: Lidiar con todo esto es difícil.
Se echa en su cama a mirar el techo. Luego se levanta para agarrar su celular y volver a echarse. Se pone a chatear con su novio un rato. Aunque él se demora en escribirle al principio para después chatear durante al menos una hora.
La joven oye a su madre ya que ella está hablando con su esposo en el pasillo pasando por su cuarto. El cuarto de la pareja queda al fondo.
Samaya: Papá... Me hubiera gustado verte aquí conmigo y mi hermano. Mamá es demasiado ciega como para estar con un hombre así, y lo peor es que tiene un hijo con ese imbécil. O sea, no me molesta que ande con alguien pero no con ese. Lo mejor será que me duerma, mañana tengo clases y lo peor, de matemáticas.
Al día siguiente por la mañana Samaya se despierta por el sonido del celular, se frota los ojos para ver quién la está llamando muy temprano por la mañana y cuando ve quién es que se pone muy feliz así que contesta emocionada.
CELULAR
Samaya: Hola, Wal. -dijo muy feliz-
Walter: ¿Ya estabas despierta antes de que te llamara?
Samaya: En realidad... No. Sabes que me gusta dormir.
Walter: Lo sé. Quería asegurarme de que realmente despertaras, debes ser puntual a la hora de ir al colegio.
Samaya: Soy puntual, muy puntal.
Walter: Y me alegra que seas así. Sólo que, debes aplicar un poco más de esfuerzo en tus estudios.
Samaya: No me va mal.
Walter: Tus notas son prometido, tienes que sacar muy buenas notas.
Samaya: Eres mi novio no mi padre.
Walter: Soy tu novio y me preocupo por ti. ¿Ya decidiste qué estudiarás?
Samaya: Sí, estudiaré dibujo. Haré dibujos para subirlos a internet y ganar dinero. Entraré a una plataforma donde suben historietas a color. Debo aprende todo de ello. También me gustaría subir FanArt por puro gusto y también a pedido, claro que a pedido sería cobrar un pequeño monto. Dejaré mi marca en los dibujos que haga.
Walter: Vaya, ya tienes todo planeado. Estoy sorprendido.
Samaya: Jiji, para que veas. Tienes una buena novia. También de que ya quiero irme de esta casa e irme a vivir contigo.
Walter: ¿No quieres vivir sola? Tener esa experiencia.
Samaya: Claro que me gustaría, pero es mejor si es contigo. Te quiero.
Walter: También te quiero.
Ella iba a hablar y alguien entra a su cuarto sin tocar.
Samaya: ¿Qué te pasa? ¿Por qué entras a mi cuarto? -dijo molesta y aún tiene a su novio en la línea-
Raos: Quería asegurarme de que estuvieras despierta para que tomes desayuno.
Samaya: Puedo bajar cuando yo quiera y no tienes porqué entrar a mi cuarto de esta manera.
Walter: ¿Qué sucede allí?
Samaya: No es nada. ¡Lárgate de mi cuarto en este instante!
Raos: Tu madre me mandó.
Samaya: Bien puede venir ella aquí, no tú. ¿Acaso no te das cuenta que soy una adolescente? ¿O es que tienes otras intenciones al entrar a mi cuarto de esta manera? ¡Maldito pervertido! -su hermano que se encuentra pasando, oye eso de su hermana ya que alzó la voz y entra al cuarto de su hermana-
Alid: ¿Qué pretendes al entrar al cuarto de mi hermana? -dijo molesto-
Raos: Tu madre me mandó a despertarla y no quiero hacerle nada. -luego de decirle eso al chico, se dirige viendo a la chica- Y no quiero volver a oírte decir eso, ¿Qué te pasa queriendo decir eso? Jamás haría algo así.
Samaya: ¿Así? ¿Y por qué maldita sea entraste a mi cuarto sin tocar?
Raos: Ya te dije que tu madre me mandó.
Alid: Voy a suponer que te creo. No debiste haber entrado a la habitación de una chica. ¿Acaso quieres ver algo más en ella? ¿No te conformas con mi madre que buscas algo en una adolescente? -dijo molesto-
Raos: Agh, son unos tontos. -se va-
Su hermano se acerca a ella y se sienta en la cama. Ella baja su celular y lo ve. Walter escuchando todo. Samaya, por un momento se había olvidado de su novio que se encuentra en la línea.
Samaya: Gracias, hermano. Me alegra tenerte aquí conmigo. Realmente me dio miedo.
Alid: Recuerda que estoy aquí para ti. Por ti es que no me mudé a la universidad o bien alquilar un cuarto para mí solo o compartir con algún amigo. Debes cerrar tu puerta con seguro.
Samaya: Sí, lo haré.
Alid: Quiero preguntarte algo. -ella asiente para que siga- Ese imbécil... ¿Ha hecho esto antes? O si... Se te ha insinuado y no me lo hayas dicho. Sé sincera conmigo.
Samaya: ... -da un gran suspiro- Cuando era una niña... Estaba manejando bicicleta ya que tú me enseñaste, estaba muy feliz y me puse a manejar con una mano que al poco tiempo me caí y me ensucié ya que ahí cerca había lodo y me manché la parte de adelante. Vuelvo a casa y estaba él que al verme se preocupó que me lo tomé en serio, me limpió con la mano pero en la parte de aquí arriba. -se señaló en la parte de su pecho- Lo hizo lento, me sentí incómoda, me sonrió y siguió, le dije que estoy bien y quería irme pero no me dejó ir. Quería quitarme mi polo pero en ese momento llegó mamá y no lo hizo. Me vine aquí a mi cuarto con una sensación extraña. Con el tiempo lo olvidé, pero hace un año lo recordé ya que en el colegio hablaron sobre este tema. Admito que tuve miedo al recordarlo y lo mal que me sentí.
Alid: Ese maldito infeliz. -dijo molesto- Debiste haberme dicho.
Samaya: No sabía lo que era, solo que me sentí incómoda.
Alid: Está bien, lo dejaré pasar pero esto no. Le diremos a mamá.
Samaya: ¡Sí!
Alid: Pero, antes de decirle. ¿Ya ha entrado antes aquí?
Samaya: ... -baja la cabeza-
Alid: ¿Te hizo algo? -preocupado y molesto-
Samaya: Él... Hace un mes aproximadamente, cuando llegué del colegio, fui a la cocina y a lavar las cosas que estaba ahí en el caño. Se me acercó por detrás, se apegó a mí que fue difícil safarme, tenía miedo de que pudiera hacerme algo pero Leni llegó que me salvé, pero me dejó muy asustada y temblando. Leni me preguntó pero su padre dio una excusa. No terminé de lavar que me vine aquí.
Alid: Ese maldito bastardo. -dijo furioso- Hay que decirle a mamá y lo eche de esta casa. Ven, levántate.
Ella se levanta y recuerda que su celular... Su novio... Oyó todo lo que dijo.
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