La razón del matrimonio

— Chicas? Dónde están? Necesito ayuda, alguien que me ayude por favor!

Aún recuerdo ese momento, mi cuerpo ardía, y mi deseo sexual incrementaba, yo nunca había experimentado algo así, pero tenía la información, en nuestro mundo es muy alta la probabilidad de que esas cosas pasen, pues siempre hay intereses de por medio y como mujeres siempre hay alguien que nos quiere pescar, aún en contra de nuestra voluntad.

Había aceptado salir a cenar con Enrique Santiesteban, él decía estar muy enamorado de mí, imbécil del demonio.

Al principio solo me enviaba flores y detalles a casa, y luego se volvió tedioso con sus insistentes invitaciones a cenar, yo siempre lo evadía con éxito, pero éste tipo se aparecía casualmente en los lugares que yo frecuentaba con mis amigas.

Se me convirtió en una especie de acosador y se lo conté a mis padres, llevaba un año completo acosandome, tanto, que hubo momentos en dónde se tomó atribuciones que no le correspondían, como aparecerse en la fiesta de Moni y agredir al chico que me acompañaba, se creía mi dueño.

Contárselo a mis padres fue lo peor que hice, resulta que los Santiesteban eran del partido de la coalición que apoyaba a mi padre en ese momento para su ministerio, si yo ofendía a Enrique y éste se lo decía a sus padres, los míos iban a estar en serios problemas.

— Hija por favor, uds son jóvenes y bueno, tu no tienes novio, entonces nada se te quita con solo escuchar a Enrique, ¿por qué no lo intentas? Un hombre enamorado hace locuras por la mujer que ama, yo no te estoy diciendo que te cases con él, solo te digo que aceptes su invitación a cenar, escúchalo, dale la oportunidad de que intente conquistarte, y ya tendrás la oportunidad de estudiar la situación.

— Mamá, ¿acaso no me entiendes lo que digo? Enrique está como loco, me acosa y es muy agresivo, si yo le doy entrada aceptando salir con él, estoy segura de que algo desagradable podría hacerme.

— Si ese es el problema, entonces no vayas sola con él, puedes invitar a tus amigas que te acompañen desde una cierta distancia, también puedes llevarte a Best, lo único que te digo Gianna es que por ningún motivo vayas a ofender a Enrique, tu padre ha trabajado muy duro para llegar a dónde está, y no sería para nada bueno que por esta tonta situación entre tú y Enrique, el se viera perjudicado.

— Entonces me estás dando a entender que yo debo sacrificarme para el beneficio de uds? //

— Nadie te está pidiendo sacrificios, aquí solo se te está diciendo que le evites un problema a tu papá.

— Es lo mismo, déjalo así, yo veré qué hago.

Esa conversación con mi mamá me dolió, ¿cómo una madre puede estar más preocupada por una posición que por su propia hija? Así que me ví en la penosa situación de aceptar salir a cenar con ese estúpido, y es que queda claro que el dinero y la posición social no hacen la caballerosidad, Esteban es un cerdo vestido con oro, ni siquiera el pobreton amigo de Barry y Peter es tan desagradable.

El momento llego. Mi madre emocionada había escogido según ella, el más adecuado para la ocasión, me había hecho cambiar, pues yo escogí un vestido cualquiera, no le iba a dar a ese animal la oportunidad de que pensara lo que no es.

Mi madre escogió un vestido negro muy pegado al cuerpo, no era corto, pues quedaba a media pierna y eso era un alivio, ella misma arreglo mi peinado haciéndome un moño alto, dejando algunos mechones de cabello me caían a los lados y atrás, la verdad me veía linda, pero no quería salir con ese idiota.

— Mamá, en serio no quiero ir, Enrique es muy atarban y le tengo algo de miedo.

— ¿No me dijiste que le habías pedido a las chicas que fueran como tus mosqueteras? Tú solo ve allí, cena con él y escúchalo, luego dile con palabras amables lo que tú piensas, pero hija por favor, no lo vayas a insultar o algo así, el señor Santiesteban es un caballero, y Leonor es una dama muy elegante, no pueden haber criado a un hijo tan irracional, yo misma he tratado y visto a Enrique y en serio no parece un mal muchacho ni tampoco han habido escándalos sobre él.

Escuchar a mi madre solo hizo que me doliera la cabeza.

— Si, si, está bien mamá, haré lo que tú dices, yo solo estoy paranoica ¿ok? Nos vemos.

Dicho eso, salí de mi habitación, se supone que tus padres están para protegerte, pero ya ni que.

Ahora estoy sentada aquí y me siento asustada, esa mirada de Enrique me hace estremecer de terror.

—Señorita, ¿qué va a ordenar?

El mesero me saco de mis pensamientos, pues llevaba unos diez minutos así, era un restaurante muy elegante, eché un ojo para ver si ubicaba a mis amigas y las ví muy al fondo, se habían disfrazado y se me hizo muy gracioso, pero a la vez me sentí tranquila, no importaba lo que pasara, esas locas siempre estaban para mí.

Gracias a Dios la cena pasó sin problemas, el tipo no me dijo nada de amor ni estuvo pesado, al final de la cena me dijo que me tenía una sorpresa, que lo acompañara, y eso hizo que me tensionara. ¿A dónde pensaba llevarme?

— Me gustaría ir contigo, pero recuerda que mañana debo estudiar, no quisiera desvelarme y supongo que tu tampoco, supongo que tendrás que trabajar, ¿no es cierto?

El me miro con esos ojos como el infierno

— La ventaja es que yo trabajo en mi propia empresa, y nuestros padres saben que salimos hoy, ellos deben estar muy a gusto de que sus hijos se estén llevando bien. Pero entiendo tu punto, prometo que no tardaremos, será rápido, iremos al club lovely, tu lo conoces bien, así que no te asustes.

Me alivio saber a dónde íbamos, así que me disculpé para ir al baño, allí llame a las chicas para pedirles que fueran al club, como siempre mis guardaespaldas accedieron y bueno, también le envié un mensaje a Bets, este era mi guardaespaldas, acepte tenerlo solo porque mi papá me obligó, Bets tenia mala cara y eso era suficiente, me quedé con un solo guardaespaldas, pero éste era un arma letal.

Media hora después, estábamos llegando al club, hoy era martes, no había mucha gente como los fines de semana, pero si estaba ambientado, entramos al lugar y el pidió una sala VIP, y antes de ingresar allí, pude notar que estaban Barry, Peter y el losers de su amigo el don nadie en la otra sala.

En serio, juro que no me explico que hacen Barry y Peter con ese x. También pude notar que mis amigas estaban allí, al parecer llegaron antes que nosotros y se habían ubicado en una mesa casi en frente.

— Gianna, he pasado una noche increíble contigo, y como sabes, tengo sentimientos por ti, estoy feliz de que hayas aceptado salir conmigo hoy, así que aprovechando la ocasión, quiero pedirte que seas mi novia y que te cases conmigo.

¿Qué? ¿acaso este tipo enloqueció o se la fumo verde? ¿Acaso no ha interpretado las señales de, no quiero nada contigo desde el primer día? Maldita sea, ¿como lo mando a la goma sin ofenderlo? Estoy segura que mis padres me mataran si por alguna razón este incidente los afecta.

— Enrique, debo decir que me alaga mucho tu propuesta, en serio. Pero debo decirte que no te puedo aceptar...

Mi mente no me está ayudando en nada, concéntrate Gia, debes encontrar una muy buena excusa para que esté tipo te deje en paz y no se ofenda, ¿que hago? ¿¿Qué invento.?.

— Tienes que saber una cosa, yo soy lesbiana, a mí me gustan las mujeres, pero este es un tema tabú en mi familia y en nuestra sociedad, y lo he escondido porque se que mis padres no aceptarían mi condición sexual, pero a ti te lo tengo que decir, de hecho estoy muy enamorada de una chica, y ella y yo hemos estado saliendo hace un tiempo.

Mire su cara y estaba desfigurada, pensé que por fin me deshice de él

...Buen intento Gianna, pero no te creo, se que me has estado dando la vuelta porque me tienes en poco, tal vez piensas que no soy el hombre indicado para ti, pero no te preocupes, eso cambiará está noche, y te juro que a más tardar en una semana estarás casada conmigo. De hecho, mientras tú yo estamos aquí, nuestros padres están discutiendo el asunto de nuestra boda a gusto en mi casa, y adivina qué?? Mis suegros están de acuerdo de que nos casemos....

...Mentira, mis papás nunca me negociarían, no es cierto!...

Tome mi móvil e intenté llamar a mis padres, pero me sentí mareada, cerré mis ojos para ver si se me pasaba, pero cuando los abrí sentí que era peor, entonces vi su cara y tenía una sonrisa diabólica, allí lo supe, este hombre estaba usando este sucio truco, me había drogado y haría algo que dañaría mi imagen y perjudicaría a mis padres, con esto me obligaría a ceder.

...No, no, dios ayúdame, yo no puedo terminar así, no me he cuidado tanto para que un animal venga a profanarme así no más, no me quiero casar así, por favor virgen del agarradero, San Patricio inmolado, todos uds santos mártires ayúdenme, juro que me casare con cualquier hombre que me logre salvar de este suplicio, cualquiera menos este....

Me tambalee hacía la puerta y con mucha dificultad giré hacía el baño, el asunto es que estaba tan aturdida que ni siquiera podía enfocar bien mi visión, sentí pasos tras de mi y que alguien me sujetaba por la cadera y pude sentír que era él, este maldito estaba tocándome, yo no tenía fuerzas para defenderme, balbucie algunas palabras tratando de pedir ayuda, pero no me salían los gritos, luchaba para mantener mi conciencia pero se me dificultaba, y de repente empecé a sentir un fuego en mi entrepierna.

Por supuesto yo no era una niña,tenía 23 años, sabía perfectamente lo que era un deseo sexual, aunque nunca hubiera tenido relaciones. Pero estos deseos que estaba sintiendo eran abrumadores, tanto que deseaba sacarme la ropa ya mismo y que un hombre me devorara, pero por muy drogada que estuviera, no quería que fuera ese animal que tenía al lado sujetándome.

...Quiero ir al baño, susurré...

E increíblemente el me llevo allí, cerré la puerta, pero sabía que él estaba allí esperándome, me eche agua fría en la cara para despertarme un poco y pronto me di cuenta de que no tenía mi bolso, él me lo quitó antes de ayudarme a entrar al baño, diablos, si que estaba perdida.

...Chicas? ¿Dónde están? ¡Necesito ayuda, alguien que me ayude por favor! Auxilio, no quiero ser violada, no quiero....

Mis lágrimas caían, estaba sola y perdida, este tipo había hecho todo tan bien, que posiblemente mis amigas y Bets seguían creyendo que estaba todo bien en aquella cabina.

Mientras pensaba él entro al baño y me sujeto, sentir su tacto hizo que el efecto de la droga se activara más en mi, y yo sin ser consiente empezé a provocarlo, se reía el muy maldito, pero yo no podía controlar mis acciones, supe que me llevo a una habitación y me puso sobre la cama, enseguida empezó a acariciar mis piernas y mis muslos llegando a mi entrepierna, yo enloquecí, mientras lo oí decir algo.

...Estás muy mojada, estás perfecta para mí....

Tenía asco de su toque, pero allí estaba manoseandome, sentí que me tocaba los senos por encima de la ropa, y que besaba mi cuello, pero alguien abrió la puerta, no veía muy claro pero supe que era el don nadie, no se porqué, a pesar de que me caía muy mal, en ese momento lo sentí como mi tabla de salvación, se veía distinto, tal vez yo estaba alucinando, pero no importaba, me levanté como pude y me arrastre hacía él, suplicando por favor que me ayude.

La verdad no sé que sucedió pero luego no ví más a Enrique en la habitación, solo estaba él, que me miraba como con dolor? Me dijo que me llevaría al hospital, pero yo solo quería que se me quitará esto, así que me llevo al baño y me dí una ducha fría, y aunque recupere algo de mi cordura, ese deseo seguía allí, los líquidos bajaban por mi entrepierna, era terrible este efecto.

Salí del baño y lo ví allí parado esperando con cara de preocupación y entonces tome mi decisión, si los santos a los que pedí ayuda me mandaron está prueba para ver si cumplía mis promesas, yo lo iba a hacer.

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