Lunes por la mañana, como cada semana llegamos temprano directo a nuestras oficinas, el a la oficina del CEO y yo a la oficina de su asistente personal, junto a la suya.
Entro a su oficina llevando conmigo mi libreta de apuntes, una tablet y del bolsillo mi celular, lista para empezar una nueva semana llena de reuniones y almuerzos de trabajo.
"Buen día Liliana" saludo a la secretaria, quién voltea a verme con una sonrisa, fingida como siempre. Pienso qué debo hacer algo con ella pues en el mes de prueba que lleva lo único que ha hecho es coquetear a a mi esposo y eso no me está gustando, el sol amarme mucho pero es tan despistado que nunca se da cuenta cuando las resbalosas trataron de meterse por los ojos.
"Buen día señorita Nicole" volviendo su mirada hacia mí, no sin antes olvidarse de esa pose inclinando su cuerpo hacia mí y mostrándole su trasero, pero solo me ve a los ojos sin notar el atrevimiento de esta pequeña serpiente. Que impertinente su parte, me incomoda bastante que intente hacer eso delante mío, bueno quizás tenga la culpa niña que nadie sabe la oficina que soy su esposa.
Creo qué Papá tenía razón es hora de que me conozcan, empezando desde ahora.
"Terminaste amor, voy a empezar con tu agenda para el día de hoy" le voy diciendo mientras voy acercándome a ir por detrás de su escritorio dándole un beso en los labios, el levanta una ceja intrigado por lo que estoy haciendo.
"No me mires así" le digo, solo te quiero premiar por hermoso fin de semana juntos, aunque sol es una excusa, sí fue un fin de semana maravilloso, juntos en una hacienda lejos de la ciudad, haciendo el amor cada que se nos ocurrió y y sin limitaciones para qué otras personas nos interrumpan.
En fin, Liliana se quedó observándome muyyyy sorprendida, yo diría que no sabe qué hacer.
"Disculpa Liliana, ya puedes retirarte y no te olvides los detalles acordados" le indica Richard.
" Si señor, cómo ordene" dice y se retira sin antes lanzarme una mirada.
Richard aprovecha que estoy junto a él, para sentarme en sus piernas y abrazarme, "me gusta cuando te pones celosa y tratas de marcar tu territorio" me dice, luego me da un beso apasionado derribando todo el enojo provocado por la resbalosa. "No recuerdo haberlo hecho en la oficina" me dice mientras muerde el lóbulo de mi oreja y tocando mis piernas.
Estoy a punto de flaquear, cuándo recuerdo que vine a llevarlo a la junta que iniciará dentro de 5 minutos, "será luego amor, tenemos una junta dentro de 5 minutos" le digo a un poco.
El respira profundo para calmar sus deseos y luego me dice "es una promesa?" con una derrite y me moja.
"Sabés que sí, siempre estoy lista para ti" le respondo.
"No se cómo lograré concentrarme en la reunión, solo que estés a mi lado" dice frustrado o eso intenta.
"Si es así, me sentaré en otro lugar", le digo con una sonrisa.
Cierra la puerta que está a punto de abrir, y mi corral en ella "ni se te ocurra, tú siempre debes sentarte a mi lado, tu lugar es al lado mío" dice para sellar lo dicho con un beso profundo y posesivo.
"Y yo soy la posesiva?" le digo con la seja levantada, " al menos a mí no me toque te amo tan descaradamente, Pero está bien yo tampoco quiero estar lejos de ti" no respondo, pues sí lo amo con todos sus defectos y sus virtudes.
Llegamos y todos están en sus asientos, esperando la llegada de jefe.
"Buen día para todos" saludo al ingresar a la sala de juntas, me tomé de la mano y entrelazar nuestros dedos para avanzar hasta nuestros lugares, me ayuda con la silla para poder sentarme Y luego el toma asiento en su lugar.
"Primero y antes de empezar la junta, debo presentar los correctamente..." para un momento para tomarme la mano con una sonrisa y continuar "a mi esposa Nicole Robles de Robles, antes de que se hagan descabelladas historias en su mente, yo soy el hijo adoptado de la familia Robles y llevamos 3 años de casados" termina de decir para darme un beso en el dorso de la mano y otro en la frente.
"No daremos ninguna explicación extra, y ahora empecemos con la reunión" indica para que todos pongan atención a la reunión que dura unas 3 horas, entre propuestas análisis y mejoras a las que no preste mucha atención gracias a mi compañero que no paraba de masajear mis muslos debajo de la mesa y yo he me estoy derritiendo tratando de no soltar ningún gemido.
No entiendo cómo logra entender la reunión e incómodarme al mismo tiempo, termina la reunión y todos se retiran.
"Malo, como me puedes torturar de esa manera durante 3 horas?" le digo si en un puchero " y me esperes un informe porque realmente no escuché nada" me dijo mirando a los ojos.
"No te preocupes, el informe lo hará Liliana, en cuanto a ti, me debes una promesa" me dice mientras me toma de la mano para levantarme llevarme directo a su oficina.
Cierra con llave y toma de la cintura con un beso apasionado que solo termina de derretir todo mi autocontrol lo que quedaba de él, me lleva hasta su escritorio se deshace de todo lo que está encima de él para levantarme en este con una sola mano, Claro sin antes deshacerse en mi falda, me toma de los muslos avanzando hacia la entrepierna con suaves masajes circulares, mientras sus labios manejando besos húmedos desde el lóbulo de mi oreja descendiendo por la clavícula, los hombros deteniéndose en mis pechos por encima de la tela, , desperado tira de mi blusa logrando que los botones vuelen por toda la oficina.
"Sabes qué...que no tengo... otra prenda para... para ponerme... despuésss?" le digo entre jadeos.
"Luego lo resuelvo" responde sin dejar de besar mis gemelas y mates que decida destrozarlo también me los desabrocho, a lo que sonríe divertido, "me acabas de quitar una pequeña diversión" me dice metiendo un pezón entre sus labios a lo que suelto un suspiro y mero mi mano dentro de su pantalón deshaciendo su cinturón y el cierre, para masajear su dulce bastón logrando ponerlo más duro de lo que ya está.
Se acomoda entre mis piernas y entra de una sola estocada, estremeciendo con ello todo mi ser, es maravilloso lo que logra en cada encuentro, nunca me cansaría de esto porque siempre es con él, con la persona que amo.
Después de muchos besos, embestidas,palabras melosas y promesas de amor acabamos con el mayor placer que se pueda alcanzar con un gran gruñido y creo que hasta Liliana oyó, pero no me quedé atrás, grito su nombre con un gran suspiro.
Nos miramos a los ojos mientras nos damos besos cortos hasta lograr calmar nuestra respiración. Nos vestimos y salimos de oficina listos para almorzar, encontrándonos con Liliana cerca de la puerta con rostro ruborizado. Que mujer, estoy casi segura que estuvo escuchando, (que pervertida), pero me imagino que dejara de coquetear con mi marido, si no será mejor deshacerme de ella.
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Comments
Myriam Patiño
Que parejita tan explosiva
2024-04-28
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