El abandono de Melissa

pase toda la tarde jugando con mi bebé, lo metí a bañar y por fin se a quedado dormido, estoy ordenando la casa cuando lo veo llegar con Israel, si el mismo joven que conocí hoy en la universidad, yo sentí vergüenza al verle.

Aún así actúe educadamente y dije buenas tardes, que tienen de buenas cuando mi mujer se presentó hoy, a la universidad solo para avergonzarme, que avergonzarte, quise darte una sorpresa, pero la sorpresa, me la llevé yo al verte con tu amante.

Y que esperas que haga si tú pareces pordiosero, además vete en un espejo pinche cerda, es en serio Raúl, estás seguro de querer continuar está discusión, por qué yo no, por lo menos yo sí conozco la vergüenza, y por respeto a tu amigo no te contesto lo que te mereces, tu a mi no me hablas de esa manera Melissa, que no se te olvide que el hombre de esta casa y el que manda, aquí soy yo.

No le haga caso señora, viene ebrio y no se preocupe que el que se siente avergonzado en este momento soy yo.

Y tú qué tanto platicas con ella, no me digas que te gusta lo corriente, en ese momento, no soporte más y le di una bofetada y cuando el estaba a punto de regresarla, Israel se puso en medio de los dos, yo corrí con lágrimas en mis ojos, tome a mi niño y salí de casa.

Quizá debería arrepentirme por haberle, levantado la mano, frente a su amigo, pero no me arrepiento, estoy harta de sus humillaciones, de sus infidelidades, no merezco que me trate de esa manera, y como su esposa merezco respeto.

Con las prisas no tome ni siquiera un suéter para mí y está haciendo mucho frío, además no saque nada de ropa ni las cosas del niño, pero por hoy no quiero regresar, llegué con doña Mary y le conté lo sucedido, Elizabeth ya se imaginan está furiosa, me dice que no me preocupe que lo deje, que ellas me ayudarán a sacar a mi hijo adelante, que el no me merece.

Y después de hablar con ellas e instalarme en mi antiguo cuarto, he tomado la decisión de dejarlo, me duele pero es lo mejor.

Al día siguiente le dejé mi niño a Doña Mary, para ir a la casa a recoger mi ropa y la del niño, Elizabeth no quiso dejarme ir sola así que me acompaño, yo creí que no habría nadie pero me equivoqué, cuando entre a la casa olía horrible, había botellas de cerveza por todos lados y cuando fui a la cocina para buscar lo de mis ahorros y el dinero para surtir lo de la venta, me lleve otra desilusión, estaba vacío no había ni un peso, me puse furiosa pero trate de calmarme, pero esa no era la única sorpresa que mi marido me tenía, aún faltaba la cereza del pastel.

Al entrar al cuarto para recoger mi ropa mi sorpresa fue grande en mi cama junto a el se encontraba Samantha completamente desnuda,

Yo no pude evitar gritarle que significa esto, como pudiste, traerla a ella y en mi cama, ella se cubría con una sábana pero me miraba con burla, amor tú dijiste que ya no regresaría,

Y que te hizo pensar eso, estúpida está es mi casa, pero en ese instante entro Elizabeth me miró a los ojos y dijo admiro tu paciencia pero mira y aprende como se trata a las putas y sobre todo a las que rebasan los límites de la decencia y se les olvida cuál es su lugar, mientras ella hablaba ya le estaba dando su arrastrada a Samantha, ella gritaba y Raúl el muy cabron, solo miraba y se reía, perdón amor no supe lo que hacía tome demasiado, pero no volverá a pasar, te juro que ni siquiera recuerdo que haya pasado algo entre nosotros, lo único que recuerdo es que ella tocó a la puerta y yo le abrí pero después de eso no tengo recuerdos.

Yo me reí y le dije y tú qué dijiste está pendeja ya se la creyó, ya me perdonó y aquí no ha pasado nada, pues no Raúl ya estoy hasta la madre de tus resbalones, de tus humillaciones, de que no valores mi amor y pongas mi orgullo por los suelos, ya estoy harta de que me pongas de tapete y me uses como plato de segunda mesa.

Lo siento pero esta vez rebasaste los límites y no estoy dispuesta a perdonar, seguí juntando, mi ropa y la de mi niño en una bolsa, recogí su gimnasio y di la media vuelta, el al ver qué estaba decidida se abrazo a mis pies, me pidió perdón e hizo miles de promesas

y al ver qué no cedí, comenzaron las amenazas.

Los insultos, pero yo salí con mi frente en alto y no voltee para atrás, mi amiga Elizabeth me ayudó y me dijo estoy orgullosa de ti, no derrames ni una lágrima no es lugar ni el momento se fuerte que no te vea débil, yo le brinde una sonrisa, aún que por dentro estaba hecha pedazos, sentía que había fracasado, pero en ese momento me encontré con la mirada de Samantha que estaba en medio de la calle toda desgreñada, con infinidad de rasguños, parecía que la había atacado un León, no pude evitar decir hasta luego querida socia, Elizabeth sonrió y dijo mira ya empezamos a sacar tu lado Perris, yo no pude evitar reír y seguir mi camino.

Durante seis meses no supe nada de Raúl el solo mandaba, a mi suegra a dejar la leche y los pañales, me enviaba algunas cartas, pidiendo perdón, diciendo que le casa no era la misma sin nosotros, pero Samantha se encargaba todos los días de recordarme, que el seguía con ella, y aunque mi suegra, me insistió hablarlo con el.

Yo simplemente no estaba lista, durante este tiempo rente un pequeño local a 3 casas de doña Mary , ahí vendo mis productos, desde rompope, galletas, cajeta, algunos dulces artesanales, y me está llendo muy bien, me siento feliz, por mis logros pero no dejo de pensar, en mi deseó de tener una familia, en pensar que a mí niño le hará falta su padre, y en ocasiones gracias a eso pensamientos, derramó una que otra lágrima, Pues dentro de mi existe una culpa.