Capitulo 4.

Salomé.

La semana paso muy rápido y ya estamos viernes, hoy Cloe me invito a salir a un bar, no tenía ganas de salir pero me convenció y aquí estoy frente al bar a punto de entrar, ella anda con su "conquista de la semana" así lo nombró y creo que ni siquiera sabe como se llama, solo me dijo que frente a él le llamara Rosi, lo sé, mi prima esta más loca que una foca, en fin, haber que nos trae la noche...

CLOEE

- Vamos Salomé, solo un trago, no me hagas la próxima vez invitar a mamá.-. Sonrió. -. Ella es ma más divertida que tú.

Ante su comentario reí como loca al imaginarme a mi tía en un bar bailando reggaeton.

- Ay Cloe, tu y tus ocurrencias-. Me jaló de la mano y me llevó al centro de la pista para bailar.

Me deje llevar por la música y la verdad que con las copas que me he tomado ya estoy entrando en ambiente, terminamos de bailar y nos fuimos a sentar dónde estaba el chico que andaba con mi prima, que a mí parecer no sabe cómo estar a solas con ella, pero lástima por él, porque de mi prima no me despego aunque él tenga tantas ganas de coger.

Los minutos pasan y Cloe baila con su conquista, he dejado de bailar porque me he sentido observada desde que empecé a bailar con mi prima. Disimuladamente miro por todas partes y me encuentro con unos ojos verdes penetrantes que me deja sin aliento, al percatarse que lo descubrí me da una sonrisa ladina y mi cara se enrojece por lo que decido apartar mi vista.

- Cloe, me tengo que ir-. Digo cuando mi prima llega hasta mi.

- Hay prima por Dios, recién son las 3 de la mañana.-. Se queja y yo la miro sorprendida.

¡Ya son las tres de la mañana!

- Lo siento Cloe, no me siento bien si quieres te cubro con mi tía, pero ya no quiero estar más aquí.-. Le supliqué con la mirada y al parecer se apiadó de mi.

- Esta bien, déjame te llamo un taxi para que vayas segura-. Propuso y yo acepté-. ¡Ah! dile a mamá que me quedé con Amanda.

- ¿Amanda?-. Pregunté confundida.

- Si, la que nadie la manda-. Empezó a reír como loca por su ocurrencia y yo solo sonreí y me fui...

LIAM

Por fin llegó el viernes, estoy un poco estresado, ya que, mi plan de llevarme a la nueva sirvienta a la cama se me está complicando, a cada nada me esquiva y presiento que hasta cambia de oficios con la loca de Cloe para no toparse conmigo.

- Ey amigo, voy a salir a un bar esta noche, te apuntas.-. Me dijo Marcos entrando a la oficina.

- Eso ni lo dudes mucho trabajo me tiene sofocado y necesito despejarme de tanto estres-. Dije masajeando mi cien.

- Perfecto-. Dijo emocionado-. Por cierto Briana te anda buscando como loca-. Su confesión me puso el alerta.

- ¡Ni se te ocurra decirle que hoy vamos salir!.-. Le apunté con el dedo.-. Después la llamare.- Dije más calmado.

Marcos me veía como si supiera que no solo lo de Briana me tiene exaltado, somos amigos desde hace mucho y sólo necesita mirar bien para saber lo que me pasa.

- ¿Me vas a decir lo que te tiene así?-. Preguntó y yo negué sonriendo-. Para mi, es que una mujer la cual quieres seducir, no te ha dado ni la hora.

¡Ven!, les dije que este capullo me conoce más que yo mismo. Y la verdad tenía razon, por lo que ante su comentario, solo bufé y no dije nada, pero de algo si estaba seguro y era que el lunes empezaría mi plan de conquistar a la sirvienta y llevármela a la cama.

La noche llegó y con ello la salida al bar, cuando llegamos nos fuimos directo a la zona vip donde nos esperaban otros amigos y empezamos a beber.

Después de un rato se no nos acercaron unas hermosas mujeres y nos hicieron compañía en la mesa, pero sin querer mi vista viaja a un punto en la pista de baile y me impresiono al ver a la sirvienta con un hermoso vestido rojo unos centímetros arriba de las rodillas que le marcan sus curvas, la seguí observando hasta que se dio cuenta y chocamos miradas, le sonreí y ella se sonrojó apartando la vista de mí.

Podía notar lo nerviosa que estaba, tanto que, cuando llegó su prima le dijo algo al oído y se fue del bar huyendo de mí.

- Así que no te soy indiferente.-. Susurre.-. Muy pronto serás mía...

Salomé

El lunes llegó y empecé a ir a la universidad, todo me fué de maravilla y cuando llegué a la mansion me cambié como un rayo, mi tía me dió los oficios asignados y terminé antes de tiempo, por lo que me di un tiempo de descanso.

Caminé por un sendero que lleva a un riachuelo y allí empecé a leer un libro que había comprado con lo poco que tenía ahorrado en el internado.

Me encantaba leer, pero no me atrevía a entrar en la biblioteca de esta mansión porque después me metería en problema aunque no voy a negar que habían libros que ansio leer.

Estaba tan concentrada en la trama del libro que no escuché a nadie acercarse a mi hasta que su voz me paralizó.

- Hola-. Dijo con su voz varonil.

No pude evitar mis nervios, y sin mirarlo le devolví el saludo.

- No pensé que tu trabajo consistía en leerle cuentos a los peces.-. Comentó.

Si este chico se dedicaba a hacer chistes de este tipo, estaba segura que quebraría, es más, lo denunciarían por ser tan malo.

- Pues siempre hay nuevas cosas por hacer-. Dije cerrando el libro-. Además estoy en mi tiempo libre.

Me propuse a irme porque lo que menos quería era tener problemas con mi tía y con la jefa de ella, pero la mano de Liam me detuvo, empezó a acercarse poco a poco y eso me puso el alerta.

Este chico me meterá en problemas.

- Sabes, llevas una semana aquí y aun nose tu nombre-. Dijo acariciando con delicadeza mi brazo.

- Pues así es mejor, no lo cree-. Me zafe de su agarre.

Nose porque pero su presencia me inquieta mucho, y creo que lo mejor es mantenerlo al margen.

- Mira se que empezamos mal.-. Me sujetó de nuevo cuando intenté pasar por su lado-. Así que dame otra oportunidad para empezar desde cero que te parece.

Miré su agarre en mi brazo y lo soltó, no estaba segura que pretendía este hombre, pero como solía decir mi madre, todos merecemos segundas oportunidades y quién soy yo para negar una.

- Esta bien-. Acepté y le extendí mi mano-. Me llamo Salomé Palmieri, soy sobrina de la sra Claudia un gusto.

- Encantado, soy Liam Russo-. Aceptó mi mano-. Así que eres prima de Cloe, interesante.

Nos mantuvimos en un incomodo silencio, hasta que decidí que era mejor irme de allí, pronto mi tía me llamaría y lo que menos quería era problemas.

- Me tengo que ir-. Le dije.

Empecé a caminar por el mismo sendero por el que me vine, mi cabeza era un revoltijo de cosas

- Espera!!!.-. El grito de Liam me detuvo en seco.

Gire para verlo, pero estaba demasiado cerca, así que retrocedí un poco.

-¿Será que te puedo invitar a salir uno de estos día?-. lo mire incrédula.-. Tranquila será para conocernos más, que dices.

- Mientras no me meta en problemas con su mamá y mi tía, no hay problema.-. Acepté su invitación.

- Despreocúpate que de eso yo me encargo, ya veras que no te vas a arrepentir.-. Después de decirme eso me fui de allí.

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