Un Amor Inesperado: Esa Noche Lo Cambio Todo

¿Dónde está mi ropa?

De nuevo, Anna se maldijo a sí misma, por qué se volvió tan estúpida frente a este hombre extranjero.

"Ejem, ¿quién eres?" dijo Anna con un cuerpo perfectamente erguido, frente al hombre que le había hablado.

Encuentra esa pregunta, el hombre levantó una ceja. Él debería ser el que hace preguntas como esa. Después de todo, esta es su casa.

Mientras que, por otro lado, Anna se maldecía a sí misma de nuevo. ¿Por qué tal pregunta logró escapar de sus labios?

"Parece que todavía estás borracho", murmuró el hombre, luego se dio la vuelta y tomó un vaso lleno de agua mineral, tenía la intención de dárselo a Anna, pero cuando se dio la vuelta, la chica ya estaba en el segundo piso corriendo hacia su habitación. .

"¿Qué pasa con ella de nuevo?" Su monólogo luego siguió a la chica a su habitación.

Anna, que ya estaba en la habitación, inmediatamente cerró y corrió por todos los rincones de la habitación, el baño no se le escapó. Ella estaba buscando la ropa que usó anoche.

No encontrar un solo hilo de su ropa hizo que se alborotara el cabello con rudeza.

¿Eh?

Corrió de regreso al espejo y descubrió que su cabello estaba lacio y ordenado, ya no estaba enredado. ¿La tenue fragancia que emanaba de su cabello la hizo sentir un poco de pánico?

¿Quién se limpia el pelo?

¿Quién se cambió de ropa? Su piel suave con un aroma masculino se sumó a los pensamientos negativos en su cabeza. Como si no lo aceptara, Anna desabrochó algunos botones de su camisa y luego se tocó la piel hasta donde podía llegar.

¿Podría ser ese hombre? No, sacudió la cabeza para rechazar los pensamientos negativos que parecían ser ciertos.

Sin esperar mucho, Anna salió corriendo a pedirle una explicación al hombre extranjero.

Caminó apresuradamente y abrió la puerta, debido al pánico, Anna no se dio cuenta de que algunos de los botones de la camisa que vestía estaban abiertos de par en par.

Bruck

Anna casi se cae, después de abrir la puerta, de alguna manera su cuerpo golpeó algo muy fuerte.

Una mano tan fuerte envolvió su cintura, su mejilla presionada contra el amplio pecho de un hombre que no reconoció.

Anna de repente retrocedió y se distanció del hombre.

"No me culpes, dime, quién ordenó que estés parado frente a la puerta" dijo Anna mirando al hombre.

Esta vez, fuera cual fuera el riesgo, Anna no quería ceder y, en la medida de lo posible, quería aprovecharse del extranjero.

¿De quién es la culpa de cambiarse de ropa sin su conocimiento? En la mente de Anna en este momento, tal vez el hombre había visto todo su cuerpo sin un solo hilo.

Por supuesto, el chico estaba un poco molesto con la chica que de repente abrió la puerta y chocó contra él. Su piel caliente que tocaba causaba una sensación inusual especialmente para hombres normales como él.

"Será mejor que te arregles los botones de la camisa antes de abrir la puerta, o un..."

Anna inmediatamente cerró la puerta tan rápido como un rayo, ni siquiera esperó a que el hombre terminara su oración.

Sus mejillas estaban sonrojadas, su ropa completamente expuesta a medias.

De nuevo, por su descuido, se humilló a sí misma.

Se arregló los botones de la camisa, respiró hondo y luego se abofeteó suavemente la mejilla repetidamente, "Anna consciente, consciente. Deja de avergonzarte de nuevo".

Luego, su mano trató de agarrar el pomo de la puerta nuevamente y la abrió lentamente.

La figura de un hombre con la mano cruzada en el pecho y el cuerpo apoyado contra la pared entró en su vista.

Con pasos lentos, Anna se acercó a él.

"Lo siento", dijo en voz baja.

El hombre no respondió y solo miró fijamente a Anna.

"Yo-yo quiero ir a trabajar, ¿puedo saber dónde está mi ropa?" preguntó lentamente. Ella, que anteriormente tenía una ira apasionada y quería pedir una explicación sobre sí misma cuando estaba borracha, inmediatamente se encogió. No te atrevas a preguntar más.

Al ver que el hombre no respondía, Anna se sintió un poco avergonzada.

Tranquilízate, Ana. No hagas nada precipitado y termines avergonzándote a ti mismo', pensó.

"Estimado señor, gracias por ayudarme y disculpe mi rudeza. Ahora quiero ir a trabajar. ¿Dónde está mi ropa?" dijo Anna en un idioma que pensó que era demasiado.

"En la basura", dijo el hombre y luego se alejó de Anna.

"Qué..."

"Todavía es temprano, no armen un escándalo en mi casa. Quiero darme una ducha", interrumpió para luego entrar a otra habitación en el segundo piso. Debido al Skinship anterior, ahora quería sumergirse en el agua fría.

"Ah, sí, abajo hay comida para ti", añadió antes de desaparecer detrás de la puerta.

Anna, que vio la actitud y la forma de hablar del hombre, se quedó mirando fijamente. Ni siquiera había dicho nada y el hombre ya la había bombardeado con mil frases.

Dejada sola, Anna pensó mucho en cómo saldría de la casa con ropa que no fuera tan reveladora como la que estaba usando ahora, una camisa demasiado grande que solo le llegaba a la mitad de los muslos.