Un recorrido por la ciudad y un castigo sádico

Cuando Hanna trajo el carruaje me sentí bastante extraña, creo que Hanna me miraba con lástima, yo no le veo nada de malo... pero bueno, me subí y le pregunté si traía dinero 'ya que se me había pasado' dijo que si había sacado del lugar donde siempre lo guardo 'sospechoso' ya que seguro se me había olvidado 'sinceramente sí, en las novelas solo van a la ciudad y por casualidad habían llevado el dinero yo estoy acostumbrada a ponerla en mi ropa, (justificandose)' Al parecer le tenía mucha confianza o simplemente no tenían confianza en mi... bueno... ni idea.

Al llegar a la ciudad, todo estaba bastante lleno, el mercado era muy concurrido ademas de animado, tenia puestos de venta en cada rincón y gente gritando para poder llamar la atención de los demás y así ver si podía vender mas. Se que no debería estar aquí 'tal vez' pero creo que realmente ya me emocione... le pedí a Hanna que me indicara por donde puedo conseguir madera y todo lo que necesito para trabajarlo. Al ir recorriendo cada lugar me fui distrayendo ya que era realmente curioso, los mercados parecen no haber cambiado con respecto de donde vengo.

'Se podría decir que amo el bullicio, así se sabe que hay vida... pero obviamente solo en algunos casos'

Al llegar a nuestro destino pude ver que tambien habían puestos de carpintería 'si les pido hacerlo, ¿cuanto me cobrarían? ¿podrían hacerlo bien?' Supongo que es mejor que lo encargue, ya que se hará un trabajo mas fino por parte de alguien con experiencia, por lo que le di las indicaciones al señor, las respectivas medidas, la clase de madera, el puente, etc. No me había decidido entre una guitarra clásica y una flamenco, por lo que pedí una de cada una, pregunte el precio y a Hanna si tenía lo necesario, lo que por suerte sí... así que me dirigí con los señores que venden madera, y busqué si tuviera alguna que se pareciera al arce y abedul 'mejor si son esas' y algo de madera mas común, ademas pasamos por la carnicería para comprar huesos grandes, y compre unos cuchillos e instrumentos para tallar.

Después de terminar con las compras que quería fuimos a hacer unos recorridos y entramos a un sector con gente tocando, era música muy animada, aunque tocaban solo con violín, en cierto momento me puse a bailar, extrañaba esto...

Al regresar a casa llevamos todo lo que compré a mi habitación, pero en el camino me interceptó el mayordomo diciéndome que la Señora me estaba llamando 'tengo un mal presentimiento'.

Beatriz (seria)

- ¿A donde fuiste?

Elena (calmada)

- Fui a la ciudad

Beatriz

- ¿Para qué?

Elena

- Quería comprar un poco de madera

Beatriz (enojada)

- Mira niña, no se lo que estas planeando, pero si quieres causarme problemas ni se te ocurra ¿entiendes?

Elena

- No se a que se refiere, solo fui a comprar madera

Beatriz (irritada)

- No quieras engañarme mocosa, se perfectamente que estas planeando algo. Se te dará 15 azotes y reducirá la mesada. Espero que la próxima vez ni pienses en salir de la residencia, ya suficiente tenemos contigo dentro de esta. (irse)

Mayordomo Felix

- Señorita, sígame por favor

Elena (temblar)

- S.. si (seguir)

Al llegar al patio habían un montón de guardias formados, que despues se retiraron, al medio había un tronco donde me pusieron de cara a el y lo rodearon con mis manos para amarrarlos, luego abrieron un poco mi vestido para que se note mi espalda, no pude evitar moverme para tratar de evitar ese castigo que no encuentro justificación. Poco después llegó la marquesa y se sentó en una silla que le llevaron mas una sombrilla, ella les pidió que me lo hicieran lento pero con fuerza.

Al poco rato comenzó a desgarrar me la piel, trate de no gritar pero aun así hacía ruidos de dolor, comencé a sentir mi mandíbula doler ya que trate de amortiguar mis gritos, sin embargo al llegar los quince azotes, la marquesa ordenó que me dieran otros cinco y me dejen cinco horas bajo el sol, pude ver de reojo una sonrisa satisfecha de parte suya.

Al terminar de sentir ese dolor, llegue a probar un sabor metálico en la boca, mi cara estaba húmeda por las lágrimas y la respiración agitada...

...'Debo huir de aquí'...

Al abrir mis ojos me di cuenta que estaba en mi habitación, al parecer me había desmayado... trate de llamar a Hanna, sin embargo mi voz sonaba apagada y temblorosa...

¿Qué diablos hice para merecer esto? ¿realmente la Elena real tuvo que aguantar todo esto más de una vez? Con razón parecía alguien apagada... ahora me da pena...

Estuve recordando nuevamente mi anterior vida, a mi adorada hermana, a mi madre, y a mis deseos que al final no pude cumplir. Deseaba tanto ver el progreso de Christin, sus sueños realizados, que sea feliz, que tenga sus hijos, una familia que la ame... al final no pude cumplir nada, ni siquiera mis sueños personales... Sé que mi pequeña logrará cumplir todo lo que desea, siempre fue decidida, yo solo quería ver como lo lograba... siempre estaré orgullosa de ella, es por eso que por ella debo seguir mi camino aunque ahora estemos separadas, prometí que estaría bien, debo estarlo, lograre todos mis sueños, tocare y llevare la música por todos los rincones de este lugar, les mostrare la libertad que yo sentí cuando comencé a tocar, les mostrare las mas enredadas emociones, las mas puras, las mas anheladas, les mostrare de lo que soy capaz...

Mientras mas pensaba y decidía, extrañamente una ráfaga de viento se abría paso por la ventana, era algo calmado y cálido, como si algo me dijera que era la decisión correcta, tal vez solo mi imaginación... pero eso sentía yo, ese momento fue tan placentero que llegó a sacarme una sonrisa, ya podía verme frente a las personas tocando...

En todo eso entró Hanna que al verme sonriendo y viendo el techo puso una expresion como de tristeza e incomodidad, cerro la ventana y me comenzó a curar la espalda.

Mañana sería un nuevo día... (sonreír)

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