Escapar

Estar en ese lugar se volvió más y más en un torbellino de emociones, todo el día tenía miedo, pero no quería hacerme la débil, según lo que me había dicho D no debería de demostrar mi debilidad, llegó el tiempo que casi no lo miraba.

Casi siempre lo miraba con V.

Cuando V cumplió los 18 años, me dijo que escaparía con D, que quería que fuera con ellos.

No supe que contestar si intentábamos escapar y nos atrapaban, sin duda nos matarían.

Lo sé por qué ya había visto como a algunos los amarraban a troncos en medio del pateo y nuestros cuidadores nos hacían ver cómo los molían a golpes, era una demostración pública de que no deberías de intentar escapar.

Estaba muy asustada.

La noche del escape llegó.

_ Lista?_ me preguntó D

_ No creo que sea buena idea._ le dije, tenía mucho miedo no quería morir, sin antes saber que les había pasado a mis padres en realidad

_ Emma, un barco nos espera en el muelle no lo podemos hacer esperar._ … _ Por favor, Emma ven conmigo, no puedo dejarte aquí!_ él me estiro la mano para que yo la sujetará, lo dude un poco, pero al final la agarre.

Cometí un error del cual me arrepentiré toda mi vida, esa noche.

Corrimos al cuarto de V.

V salto y nos abrazó a ambos.

Nos fuimos corriendo a una parte trasera con un gran muro de bocks.

_ ¿Cómo saldremos?_ pregunté.

_ No te preocupes por eso._

D movió unos blocks y una parte de la pared cayó.

Estaba con un pie de mi libertad y otro en el infierno.

Me quedé pasmada no sabía que hacer, tenía mucho miedo.

V y D salieron.

D me estiro la mano para que saliera, pero no me podía mover, no dejaba de pensar en los cadáveres apilados donde estaba mi madre y en los golpes de las personas a las que amarraban por qué intentaban escapar.

Cuando escuchamos los gritos de unos hombres. “Allá están.” “Atrápenlos.” También se escuchaban los aullidos de los perros.

_ Emma, dame la mano, tenemos que irnos._ me dijo D

_ No, tengo mucho miedo!_

_ Emma._ Él me vio con súplica.

_ Vámonos, Dominic. _ V lo jalo y se lo llevó.

Me quedé en ese lugar pasmado, mientras veía como se alejaban.

La última mirada de D estaba llena de frustración, hoy en día sé que me miró con una pizca de odio.

Los hombres me agarraron.

Y otros corrieron detrás de ellos.

Algunas lágrimas corrieron por mis ojos.

Ese día fue el último que vi a D, pero a V no.

Días después regresaron con ella.

La amarraron a ese tronco y la molieron a golpes luego entre varios hombres la abusaron.

Ella murió desangrada.

Me culpé demasiado por eso, si tan solo no hubiera tenido miedo.

Nunca supe lo que pasó con D.

Solamente sé que cuando V regreso me miró con tanto odio y mientras moría entre la multitud no dejaba de verme, parecía como si navajas se encajaran en mi cuerpo.

Sobreviví, cuatro años más, con mi virginidad intacta, si los golpes si me los daban, por qué cuando querían lastimarme me defendía, no me iba a dejar.

Llego mi mayoría de edad.

Me dieron una ropa muy corta, una putifalda que se me miraban los calzones sin necesidad de agacharme y un top.

Me hicieron que me maquillara, nunca en mi vida me había maquillado.

Yo sentía que me miraba horrenda, pero las miradas de los hombres eran demasiado, me estaban comiendo con la mirada.

A pesar de que no soy muy bonita.

Soy morenita, mis cabellos son negros y mis ojos marrones, no soy la típica chica que pintan en novelas y revistas, güeras y de ojos de color, yo solo soy una chica normal y corriente que fue sometida a un infierno, por mis propios tíos, los cuales venían y me lastimaban cada vez que tenían la oportunidad.

Me dieron de comer y en la noche llegaron mis tíos.

_ Has pasar a la doctora, veremos cuánto nos van a pagar por ella, aunque bonita no es con 500 pesos mexicanos estaría bien conformarse._ Dijo mi tío y mi tía comenzó a reír.

_ Malditos miserables hijos de…_ No termine de lanzar mis insultos por qué mi tía ya me estaba golpeando de nuevo.

_ Ojalá se mueran._ Dije entre mí.

Los odio con todas mis fuerzas y no dudo que ellos sean los que han tenido que ver algo con las muertes de mis padres.

Cuando terminaron de golpearme entró una doctora.

_ Haber abre las piernas._ Dijo la doctora.

_ De perdida inviten un cafecito._ Dije con una sonrisa.

Sentí como mi tío me jalo de la pierna y me las abrió demasiado, me dolía.

La doctora se puso un guante y metió sus dedos en mi vagina.

Me dolió horrible.

Quería llorar, pero no les iba a dar el gusto.

La doctora sacó sus dedos y el guante estaba pintado de rojo. Era mi sangre.

_ Si aún es virgen._ dijo la doctora.

Mi tío me soltó las piernas.

_ Creo que si me darán los 500 pesos por ti._ Los tres se comenzaron a reír.

Después salieron del cuarto

Me sentía asqueada que hasta vomité todo lo que había comido.

Unas cuantas horas pasaron, y entró mi cuidador.

_ Ya te vas voy a darte tu despedida!_

Me aventó a la cama y se subió arriba de mí.

Se desabrochó el pantalón, mientras su mano subían por mi muslo.

_ Suéltame, maldito!!!_

Le mordí el cuello, si no me equivoco le arranque un pedazo porque el sabor metálico estaba en mi boca.

Él se molestó y me golpeo en el estómago.

Y comenzó a bajarme mis calzones.

_ Suéltame._

Sentía que ahora sí ni 500 pesos iba a valer.

“Irónico el pago mucho más por mí.” Pero aún no llego a esa parte.

Llego mi tío y baja al maldito imbécil de mí.

_ Si le pones las manos encima te mato!_ solo sonreí, mi tío cuidaba la mercancía.

_ Levántate Emma_ Ya hasta había olvidado que mi nombre era Emma.

Él me estiro la mano más no la tomé, me levanté y me acomodé la ropa.

_ Ya vámonos, no quiero estar aquí viéndote la cara, maldito cobarde._ le dije y salí del lugar.

_Algún día me la pagarán_ dije en lo bajo.

Fuimos a la mitad del pateo y me hicieron formarme detrás de varias muchachas que también ya eran mayores de edad, algunas no paraban de llorar yo estaba serena, no ganaba nada con llorar, mi destino ya estaba marcado y llorar no lo iba a cambiar.

A empujones nos hicieron subir a una furgoneta, gris.

_ Por favor, Nooo, déjenos._ Gritaban todas.

_ Ya cállense me duele la cabeza._ Dije y me senté en el rincón de la furgoneta.

“Mamá te extraño” cuando cerraron la furgoneta y todo estaba oscuro derrame algunas lágrimas.

Lo que no sabía es que en esa casa de citas lo conocería a Él, al capitán, como todos lo llamaban.

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